05/10/2015
 Actualizado a 15/09/2019
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De inmigrantes a extranjeros gracias a la ‘deriva soberanista’ de Cataluña. Y sin habernos movido del sitio. Sin salir de una patria que es la nuestra. Esa sería la deriva de tantos que como este cronista, se vieron empujados a salir de su tierra en busca de espacio vital hace ya 40 años. Las derivas nacionalistas se sabe cómo empiezan pero no cómo terminan. Patria y nación. Patriotismo y nacionalismo. Sobre el primero, nada que objetar, cuando no dé en patrioterismo. El segundo, se puede ver como ideología, siempre excluyente, y que tiende a mostrar sus fauces de fascismo. El pasado siglo fue un espejo bien calamitoso.

Como leonésen Cataluña, este cronista, se interesa por este asunto y lo glosa porque sabe que afecta a muchos compatriotas suyos. Y lo hace en un momento crucial en el que, con ocasión de las recientes elecciones al parlamento autonómico, se ha constatado que los grupos no independentistas han sido sostenidos por más del 50% de los votos emitidos. A pesar de lo cual, y por las leyes que rigen las democracias imperfectas, como es la nuestra, la asamblea de gobierno, nacional-independentista, se verá aupada al mando, y pondrá en marcha ‘la deriva nacionalista’ hacia la separación definitiva de Cataluña, constituyéndose en nuevo estado, con lo que pasaríamosde inmigrantes a extranjeros. Y sin movernos del sitio.

El gran Manuel Vázquez Montalbán, a quien conocí bastante, traté algo, y admiré mucho, gallego en Barcelona, terció en el asunto de las lenguas, una de las ‘razones’ en las que se basan los ‘derivistas’ y quejándose del olvido en el que dejaban al español los nacionalistas, dijo que el español era: «Una lengua viva, coexistente y cohabitante, quehablan la mitad de los catalanes, que la entienden todos, y que sirve a todos para comunicarse con el resto del estado». Y yo añadiría «con una buena parte del mundo».

Y en cuanto al nacionalismo: «Creo que el nacionalismo tiene un cierto riesgo de derivar hacia una forma de fascismo, según cómo se interprete y analice» (‘Ciudadanos de Babel’ 2002). Por cierto que Lluis Llach, el nº 10 de la lista de los independentistas a estas recientes elecciones al gobierno comunal, y que estaba presente en aquella entrevista, afirmó: «Está clarísimo».

Con la deriva, pues,hemos topado, Sancho. Y cuando a la masa se la agita con una ideología, no es capaz de ponderar los intereses que pueda haber detrás de los agitadores. Ni el perjuicio que pueda causar a otros. Entra en la exaltación del ego que, como es sabido, conturba y obnubila las mentes hasta el paroxismo.
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