La derecha o la vida

Tomás Vega Moralejo
20/02/2020
 Actualizado a 20/02/2020
Me encuentro una cuanta gente que dice no saber la diferencia entre izquierda y derecha, o que no existe tal distinción realmente.

Si tuviera que explicar en una sola frase la diferencia entre políticas de derechas y políticas de izquierdas, diría algo así como que «la izquierda condiciona tu dinero y la derecha tus derechos».

Es, desde luego, una sentencia imperfecta a la que faltaría añadir muchos matices, pero en efecto la izquierda suele aumentar lo que comúnmente llamamos libertad, excepto por la economía; y la derecha es de economía liberal, pero de controlar lo que comúnmente llamamos libertad.

Es una auténtica faena porque, exagerando la cosa: ¿Para qué queremos dinero si no tenemos libertad? y ¿Para qué queremos libertad si no tenemos dinero para disfrutarla?

Y es que parece que no hay manera de que haya partidos realmente de centro, que es por donde está el equilibrio.

Debe de ser porque está en la propia naturaleza humana deslizarse hacia un lado u otro.

En fin... a lo que iba: estamos en trámites con la ley de eutanasia y la derecha lleva el tema a lo suyo, que es el dinero, con consideraciones como que se propone esa ley para ahorrar en gasto sanitario y pensiones. La frase es repugnante, pero a mí ya me da la risa aunque es especialmente grave ya que viene de la derecha presuntamente moderada.

La derecha son los de la defensa de la vida. Es como si se lo hubieran pedido, y cuando se habla de defender la vida ahí están ellos.

Pero ¿Qué vida defienden?

A mí es que me cabrean, porque cuando salen ellos o sus colegas religiosos hablando del tema se les llena la boca de defender la vida, pero me están diciendo que si algún día estoy sufriendo sin remedio y tanto que no puedo más, me tengo que jorobar y aguantar porque lo dicen ellos.

O sea, me quieren quitar el mismísimo derecho a disponer de mi vida.

O si una mujer quiere abortar, por ejemplo porque su hijo viene con malformaciones graves, y nacerá para sufrir y hacer sufrir (las cosas claras) indefinidamente... pues le están diciendo a la mujer que se tiene que aguantar y arruinarse la vida, y arruinársela a eso que está por nacer y que de momento no es más que un conjunto de células que ni siente ni padece.

O sea, que quieren quitar a la mujer el derecho de disponer de su cuerpo y del resto de su vida.

Pero claro, es que la vida es sagrada. Por eso son los de ofrecer sacrificios y se piden también el papel de adalides apoyando todo lo que tenga que ver con aniquilar la vida de los animales, ya sea haciendo el imbécil (sin perdón) en una plaza de toros o saliendo a pegar tiros.

Son también los de mirar para otro lado ante fronteras o pateras llenas de personas vivas que simplemente huyen de la desesperación, como haríamos cualquiera de nosotros.

El pensamiento de derecha tiene mucho que ver con el ego, con el ande yo caliente jódase la demás gente. Hacen esas consideraciones desde su posición acomodada. Quien así dice no está tetrapléjico, con dolores insoportables y sin esperanza postrado en una cama, entonces se atreve a decir que quien esté así se aguante quiera o no. Y quien así dice no va a tener un hijo fruto de una violación o con malformaciones físicas o problemas cerebrales graves, así que no se tiene que poner en el lugar de la mujer, que además es un ser inferior y además si la maltratan es que algo haría: que se joda y se aguante.

Y al final uno piensa si en realidad la derecha son los defensores de la muerte... o, por darles la razón: son los defensores de la vida... de mierda.

PD: Debo acabar mi artículo con la nota de que sé que todo eso que he dicho es debatible; que he dicho algunas cosas un poco a lo bruto; que hay gente de derechas, lo mismo que de izquierdas, buena, mala y regular. Incluso que hay gente de derechas o de izquierdas que no lo es por ideología sino solo porque es lo que le metieron o se le metió en la cabeza, y cuesta cambiar de lado político lo mismo que cuesta cambiar de religión o de equipo de fútbol.
En definitiva, pido que no lleve nadie esto a lo personal. Tengo buenos amigos que dicen ser de derechas. Pero al discurso típico de la derecha me remito. Quien no esté a gusto con ese discurso, que se cambie de lado. Quien no esté a gusto con mi discurso, que pase de él.

Tomás Vega Moralejo, ex alcalde socialista de Folgoso de la Ribera.
Lo más leído