La cuarentena dispara las acogidas y vacía una protectora de Salamanca

‘Siempre fiel’ se queda sin animales durante la crisis por el Covid-19 al conseguir que todos los perros estén con una familia durante el tiempo de confinamiento

Ical
26/03/2020
 Actualizado a 26/03/2020
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Las crisis, del tipo que sean, acostumbran a llevar aparejadas situaciones de incertidumbre, miedo, enfado y estrés. Pero, en ocasiones, también llevan a la población a un punto que saca lo mejor de la mayoría de sus miembros. La empatía, el reconocimiento, la responsabilidad y la solidaridad son también factores que entran en juego y se multiplican ante situaciones como la que está viviendo ahora el mundo, pero con mayor incidencia España e Italia, por la crisis sanitaria derivada de la rápida propagación del coronavirus Covid-19. Y uno de los muchos ejemplos de ello lo están viviendo en primera persona los miembros de la protectora de animales ‘Siempre fiel’, ubicada en la provincia de Salamanca, donde el confinamiento domiciliario al que se ha visto sometida la población tras la aprobación del Real Decreto de Estado de Alarma, el pasado 14 de marzo, que obligaba a la restricción de movimientos, ha impulsado que varias personas y familias se hayan decidido a acoger a uno de los perros de la protectora durante, al menos, el periodo que dure la cuarentena.

“Con la cuarentena, la gente se ha solidarizado mucho con los animales, porque cuentan con más tiempo para estar y trabajar con ellos en casa y porque así permiten que los voluntarios, que tenían que seguir yendo al refugio para atender las necesidades de los perros, puedan pasar este periodo en sus casas, sin arriesgarse a un posible contagio”, explica Noemí Robayna, miembro de la Junta Directiva de la protectora ‘Siempre fiel’.

No obstante, no cualquiera ha podido acceder a la acogida de los animales. Y es que el hecho de que una de las excepciones a las restricciones de movilidad fuese precisamente el poder salir a la calle a pasear al perro podía generar suspicacias por este aumento del interés por la acogida. Por ello, desde la protectora tuvieron “mucho cuidado con que no se los llevase gente que los quisiera solo para pasearlos”, realizando con cada persona que quiso acoger un can “una entrevista personal”. “Pero son gente responsable, que ya tiene mascotas en casa y quería aprovechar este periodo para ayudar a estos perros, que no están habituados a estar en una casa, y poder trabajar eso con ellos ahora que pueden quedarse en sus viviendas por el confinamiento”, señala Robayna.

De hecho, a día de hoy los miembros de la Junta Directiva de la protectora siguen “en contacto diario con las personas que han acogido a los perros”, entre los que se encuentran algunos de los voluntarios que, antes de la cuarentena, acudían varios días a la semana a colaborar en el refugio donde se encontraban los animales, y que como el resto de familias de acogida, envían fotos y vídeos para mostrar el estado y los progresos de los canes. “Esta situación le está viniendo muy bien a todos los perros porque, si estaban en el refugio, era por algo”, afirma Noemí Robayna

Confianza en “la mano humana”


Porque como explica la miembro de la Junta Directiva de ‘Siempre fiel’, de los cerca de 40 perros cuyas adopciones y acogidas gestiona la protectora, la decena que se encontraba en el refugio antes de la declaración del Estado de Alarma “eran perros con miedo, que en la vida anterior a su entrada en el refugio probablemente no tuvieron mucho contacto con personas y, si lo tuvieron, no fue bueno”.

Eso hace que ahora, gracias a la acogida por parte de personas identificadas con la responsabilidad de dar confianza a los canes, y bajo el seguimiento de los miembros de la protectora, los animales “vuelven a confiar en el ser humano”, como demuestran hechos como que “perros que cuando se fueron solo comían si estaban solos, o que al llegar a sus casas de acogida se hacían sus necesidades encima si se cruzaban con una persona en el pasillo, ahora ya estén comiendo delante de algunas de las personas que los han acogido e, incluso en un caso, de la mano de uno de ellos”. Todo ello supone “una gran oportunidad para que los perros sepan que de la mano humana también llega cariño”.

Profesionales y voluntarios


También está ayudando en este proceso de aprendizaje de los animales, y de las propias personas que asumen la acogida, la participación de adiestradores profesionales que se pusieron en contacto durante los últimos días con la protectora para colaborar, impartiendo lecciones telemáticas desde sus casas, con las familias y las personas que se decidieron a acoger un perro para mejorar su calidad de vida durante estas semanas de cuarentena.

“Ha habido varios adiestradores que se pusieron en contacto con nosotros para que les pasáramos casos y dos de ellas ya tienen los números de las personas de acogida para mandarles tareas”, comenta Robayna, quien también apunta que, por su parte, los que tienen a los canes en sus casas cumplen “reenviando vídeos y fotos de cómo ha reaccionado el perro a esa tarea”, de tal forma que los adiestradores puedan “ir ajustando todos los ejercicios” que reduzcan la ansiedad de los animales por estar en un entorno desconocido como una casa.

No es menos importante la labor de los cinco voluntarios, de los 108 con los que cuenta habitualmente la protectora, que también están desarrollando un trabajo de “mover el pienso hacia los hogares de acogida, atender las urgencias veterinarias y todo lo demás que pueda llevar la cuarentena”. Y es que, como relata Noemí Robayna, la protectora también se ocupa de “comprar la comida y los elementos para el perro”, suministrando así a las familias de acogida de lo necesario puesto que ‘Siempre fiel’ “acarrea con los gastos que supone acoger a un animal”.

Acogidas… ¿convertidas en adopciones?


Esa acogida que se está llevando a cabo estas semanas por el confinamiento es una de las modalidades con las que cuenta la protectora ‘Siempre fiel’, de manera habitual, para que personas y familias responsables se puedan hacer cargo de perros que normalmente están acogidos en otras modalidades. Se trata así, como explica Noemí Robayna, de “acogidas con fecha, que se hacen para que el perro no tenga que volver al refugio y alguien pueda cuidar de él mientras la persona de acogida habitual está fuera por el motivo que sea”, gestión que realiza directamente la protectora.

No obstante, desde la misma se confía en que estas acogidas temporales que se han sucedido durante la primera semana de cuarentena y que vaciaron el refugio de la protectora, se puedan tornar en una acogida indefinida, que es la que “suele darse con estudiantes que se encargan de uno de los perros durante los años que permanecen en la ciudad”, o incluso en una adopción, con lo que la persona de acogida pasaría a ser el responsable del can aunque desde ‘Siempre fiel’ se haría “un seguimiento de por vida del animal”.

En ello confían desde la protectora, donde señalan que “aunque estamos en tiempos malos, lo bueno que tienen es que nos unimos todos y la solidaridad se ve muchísimo más en las personas que en el día a día normal”. Porque, como concluye Noemí Robayna, “todos necesitamos compañía, de personas o animales, y ahora nos damos más cuenta porque no la tenemos”.
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