Secundino Llorente

La crónica de un confinamiento anunciado

08/10/2020
 Actualizado a 08/10/2020
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Nos lo temíamos. Se veía venir. Es la crónica de un confinamiento anunciado. La noticia menos deseada pero más esperada a lo largo del verano. Se habían suspendido todas las fiestas, desde San Juan y San Pedro o San Froilán hasta los miles de fiestas populares, pero hemos ido en sentido contrario a las recomendaciones de las autoridades: mientras estas pedían la supresión de reuniones, nosotros seguíamos buscando más que nunca motivos de celebraciones. Los leoneses hemos recibido el porrazo: «La Junta de Castilla y León decidió cerrar León y el municipio de San Andrés de Rabanedo para frenar los contagios de la Covid-19 y estas medidas restrictivas se extenderán al menos durante 14 días». Parece inexplicable que hayamos podido ser tan insensatos como para llegar a estar de nuevo confinados, pero esta es la triste realidad.

En esta última semana la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha lanzado un grito de alerta porque no puede entender qué está pasando en España para tener unos datos tan alarmantes en la pandemia de la Covid-19. Esta Organización muestra una gran preocupación porque desconoce lo que aquí sucede y se ha propuesto analizar los factores por los que somos el país de la Unión Europea con más contagios sin saber qué es lo que está fallando.

La directora de Salud Pública y Medioambiente de la OMS, María Neira, en su intervención en el Nueva Economía Fórum, no se explica la actual situación de España y no cree que la causa sea sólo el comportamiento de los jóvenes o las múltiples reuniones familiares. Además, ella teme que lo que ahora sucede aquí puede ser un anticipo de lo pasará en otros países europeos en las próximas semanas por lo que ha pedido expresamente «analizar de una manera muy crítica y muy objetiva dónde están los fallos y, sobre todo, ha abogado por la coordinación y el liderazgo, con unas medidas muy claras y transmitidas con claridad a la población».

Para ella es inexplicable lo que aquí está ocurriendo a pesar de las medidas tan restrictivas en comparación con otros países y pide que se analice lo que está fallando en nuestro sistema de atención primaria o rastreo para confirmar que los contactos cumplan la cuarentena.

Yo entiendo su asombro, sorpresa y perplejidad, pero es que lo que usted desconoce, señora directora, es que «en España somos diferentes». Posiblemente lo entienda mejor con palabras de Miguel de Unamuno. A principios de febrero de 1936 don Ramón Serrano Suñer, popularmente conocido como el Cuñadísimo por ser cuñado del caudillo Francisco Franco, un ferviente lector y admirador de Unamuno, invitó a una tertulia a los dos, a Unamuno y a Franco, en el hotel Nacional. De todo lo que allí se trató sólo me interesan ahora estas palabras de don Miguel de Unamuno a Franco, con Serrano Súñer como testigo: «Mire usted, general, le agradezco sus palabras y el que haya leído mis obras..., pero le quiero decir algo que quizás no haya dicho nunca. Yo no me siento escritor, ni catedrático, ni político (que nunca lo he sido), yo pienso que no he sido otra cosa en toda mi vida que un simple maestro de escuela, sí, sí, un maestro de escuela, ¿y sabe por qué?, porque siempre he pensado y sigo pensando que el problema de España es un problema de educación y que los españoles son como niños que lo ignoran todo. Verá, general, tras muchos años de estudio y meditación sobre el ser español he llegado a una conclusión: el español no es ni mejor ni peor que otros pueblos, pero... tiene algo especial, que es como un péndulo que sólo tiene extremos, o sea, o todo o nada... o apatía total o pasión sublime... Tal vez por eso Galdós dijera aquello de que el español es el que sabe hacer un 2 de mayo y no sabe hacer el 3 y el 4. Los españoles no quieren saber nada de nada durante años y de pronto un día se llenan de pasión y pierden la noción de todo... Y entonces, ¡ay, entonces!... te pueden conquistar un Imperio o te incendian las iglesias y los monumentos. «No hay términos medios». Por eso creo que también yo me he equivocado, yo quise despertar espíritus y ahora ya me temo que lo que he despertado han sido fieras... Es un pueblo éste que no sabe lo que es la libertad... quizás porque nunca la conquistó, porque cuando la tuvo fue más bien un regalo de alguien.

Posiblemente hoy los leoneses estamos convencidos también de que no hemos tenido «términos medios» y, al salir del primer confinamiento comenzamos a celebrarlo con fiestas en las calles sin valorar el riesgo que teníamos porque el virus aún no había desaparecido. No hemos sido suficientemente prudentes.

Posiblemente, doña María Neira, en estas palabras de Unamuno pueda encontrar la clave para entender a los españoles, capaces de soportar cien días en el confinamiento más estricto del mundo y desescalar pasando al extremo opuesto sin prevenciones ni cautelas. ¡Qué le vamos a hacer! Aquí somos así, señora. Ya nos lo decía Don Miguel: «El español es como un péndulo que sólo tiene extremos, o todo o nada».
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