La cosecha del cereal de invierno cae un 12% en León

La producción se sitúa esta campaña en las 321.800 toneladas, lo que supone 41.600 menos que el pasado 2021

A. Rodríguez / Ical
13/07/2022
 Actualizado a 13/07/2022
Las labores para la cosecha del cereal de invierno ya han comenzado. | ICAL
Las labores para la cosecha del cereal de invierno ya han comenzado. | ICAL
La cosecha del cereal de invierno de la provincia de León se sitúa en la campaña 2021-2022 en 321.801 toneladas de producción de las 107.050 hectáreas cultivadas. Estas cifras suponen una disminución del 12% respecto a los datos de la campaña 2020-2021 en la que la producción fue de 363.438 toneladas con 101.119 hectáreas de cereal de invierno.

Unas cifras que tienden a ser «preocupantes» porque esta presente campaña ha sido la que más hectáreas cultivadas ha habido en la provincia leonesa prácticamente en los últimos diez años –con más de 6.000 de diferencia respecto al año pasado–, pero que sin embargo ha sido la de menor producción de la última década que ronda de media las 361.018 toneladas. De hecho, supone un 27% que la cosecha de 2020 que fue «extraordinaria» con 425.145 toneladas. Las escasas precipitaciones durante la primavera y las altas temperaturas, han sido uno de los principales agravantes de esta situación.

De esas 107.050 hectáreas cultivadas de las que se auguran 321.801 toneladas de producción de cereal de invierno para este 2022 en la provincia leonesa, se espera un rendimiento de 3.006 kilogramos por hectárea (kg/ha). Más concretamente, 59.119 hectáreas son de trigo con 214.287 toneladas y con un rendimiento de 3.622 kg/ha; 21.870 hectáreas de cebada con una producción esperada de 64.2463 toneladas y un rendimiento de 2.937 kg/ha; 11.852 hectáreas de avena con 19.942 toneladas y un rendimiento de 1.598 kg/ha; 9.669 hectáreas de centeno con 15.347 toneladas y un rendimiento de 1.587 kg/ha y 3.952 hectáreas de triticale con 8.983 toneladas y un rendimiento de 1.997 kg/ha.

Cosecha «mala» e «irregular»


Los datos de la provincia leonesa fueron dados a conocer ayer por el consejero de Agricultura y Ganadería, Gerardo Dueñas, este miércoles en Valverde del Majano (Segovia) donde presentó la previsión de la Junta de la cosecha de cereal de invierno de Castilla y León. Allí, calificó de «irregular» y «mala» tanto en la producción como en calidad, ya que el «peso específico es peor que el año anterior».

La producción en Castilla y León se queda en cinco millones de toneladas, un 34% menos que anterior campaña, que estuvo en 7,6 millones de toneladas, y un 20% menos que la media de los últimos cinco años, de 6,3 millones de toneladas. Gerardo Dueñas, acompañado de los responsables autonómicos de la organizaciones agrarias profesionales, sostuvo que la cosecha prácticamente está en estado muy avanzado o finalizada en la zona sur de la Comunidad, en las provincias de Ávila, Salamanca, Segovia y Valladolid.

La provincia de mayor producción es Burgos (1,2 millones de toneladas), seguida de Palencia (956.000 toneladas) y Valladolid (905.000 toneladas). El conjunto de las tres provincias producen el 50% del cereal de la Comunidad.

La meteorología adversa, ausencia de lluvias y altas temperaturas son las razones que provocaron el asurado del grano y una cosecha un 20% inferior a la media de los últimos cinco años. El consejero también destacó que Castilla y León sigue siendo «el granero de España» y se mantiene en la primera posición a nivel nacional con cerca del 36% de la producción.
Dueñas argumentó que, a nivel climático, entre octubre a febrero, fueron «meses más secos de la cuenta», que provocó «cierto retraso en el cereal». En marzo, cayó el doble de la media de lluvia, con un abril «relativamente normal salvo los periodos de heladas, especialmente el día 6 que provocaron problemas en cultivos como el almendro, la remolacha o la colza».

En cuanto a los dos meses claves, mayo fue «tremendamente seco y asurado de buena parte del cereal y junio, mucho calor y lluvias irregulares», lo que ha supuesto «una cosecha irregular y mala». En cuanto a la superficie, se cultivó 1,84 millones de hectáreas, un cuatro por menor que el año pasado, y un dos por ciento inferior a la media de los cinco últimos años. En esta superficie ya está descontada la superficie media que se siega para forraje, que en estos momentos se prevé en unas 75.000 hectáreas principalmente distribuidas en las provincias de Salamanca (29.000 hectáreas y Zamora (15.000 hectáreas).

«También destaco que el trigo quita terreno a la cebada y los cereales minoritarios como el centeno o la avena, con 150.000 hectáreas a favor del trigo», dijo el consejero de Agricultura y Ganadería. Concretamente, en esta campaña, el trigo, con 896.000 hectáreas, es el cereal más sembrado, ocupando en torno al 50 por ciento de la superficie. El cultivo de la cebada se encuentra en 748.000 hectáreas, la superficie de centeno se estima en 73.000 hectáreas; la de avena en 75.000 hectáreas, y la de triticale en 45.000 hectáreas.

Granero de España


A pesar de ser una cosecha mala, con una producción que se queda entorno a los cinco millones de toneladas, Castilla y León sigue siendo el granero de España, con un 3% de la producción sobre los 14 o 15 millones de toneladas que se prevé a nivel nacional.

En cuanto al valor aproximado que puede tener la cosecha en la Comunidad, el consejero lo cifró sobre los 1.700 millones de euros. «Se aproxima a un 17% más que el año pasado pero este año el incremento tan brutal que han tenido los costes de producción, hacen que el margen neto sea bastante inferior a lo que hemos tenido estos años atrás», resumió el consejero.

El rendimiento medio del cereal esperado es de 2.700 kilos por hectárea, un 19%inferior a la media de los últimos cinco años. Por especies, el rendimiento esperado del trigo es de 2.815 kilos por hectárea; un 21% inferior a la media, y el de la cebada 2.870 kilos por hectárea, un 14 inferior de la media. En avena se esperan 1.906 kilos por hectárea, en centeno 1.795 y en triticale 2.081, todos ellos también por debajo de la media.

Gerardo Dueñas indicó que, aunque aparentemente el valor mayor de la producción es superior debido a los precios actuales, no se debe olvidar el incremento de los costes que han asumido los agricultores en la campaña 2021-2022 y asimismo manifestó la enorme inestabilidad e inseguridad que existe de cara a las próximas siembras que se realicen en el mes de septiembre.
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