La cosa está enredada

01/02/2018
 Actualizado a 17/09/2019
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Mauri siempre anda atento a la actualidad y siempre tiene en ese desván que llama archivo la imagen que la define. Cierto es que muchas veces no se atreve a ponerla y en otras correría el peligro de repetirse un día sí y otro también, me explica cuando me enseña una cuyo título no podría ser otro que «nos están dejando en pelotas».

Le gusta la lucha leonesa, conoce a los luchadores, sabe lo que le suelen dar fotos para enmarcar –¡cómo lamenta las retiradas de El Rápido, El Helicóptero, Felipe Suárez, los Cerezal de Corcos, Chispi, El Junco, El Divino o El Rubio!, por citar a algunos– pero en los últimos tiempos no entiende nada, como tantos otros, y con frecuencia me pregunta que es eso de la Junta Electoral, el Tribunal del Deporte, el recurso inicial, el de alzada... «¿Se están haciendo un Puigdemont?», pregunta.

No lo sé. Pero la lucha necesita ya salir de los tribunales y volver a las praderas, recuperar su historia y su entronque con las gentes, volver a ser el centro de las fiestas, mirar a los luchadores como los personajes importantes que siempre fueron en sus pueblos, sobrevolar las miserias y alzar el vuelo de la vieja tradición que les nutre para ganar el futuro que les debía esperar.

A este deporte jamás se compitió entre el barro, no lo olviden, o corren el peligro de que muchos digan «pues me calzo».
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