Esta asociación fue presentada en la Facultad de Biológicas del Campus de Vegazana por sus dos impulsores: Víctor de Santos y Marina Serna. En el encuentro se presentaron una serie de informes que evidencian la gravedad de la situación climática, que es consecuencia directa de la mano del hombre.
'Rebelión científica' se caracteriza por no esconder que su propuesta se basa en la "desobediencia civil". "Necesitamos movilizarnos a este nivel. Nuestro movimiento apela a la comunidad científica y académica", expusieron los impulsores del movimiento.
El objetivo fundacional es "organizar acciones disruptivas o protestas potentes" para concienciar al conjunto de la sociedad de la necesidad de dar un giro hacia políticas más verdes. En este sentido, desde 'Rebelión científica' aseguran que estarán coordinados con los movimientos de la misma índole que han surgido en otras partes de España y ponen el ejemplo del activismo en las universidades, como un encierro de científicos y personal académico en Granada.
La sesión de ayer fue de carácter informativo y buscó reclutar miembros activos para tener "fuerzas suficientes" para emprender este tipo de acciones a nivel local. En la misma se explicó la razón de esta "urgencia" y se dieron argumentos para formar parte de esta manera de entender la lucha contra el cambio climático. "'Rebelión científica' surge a raíz de la inacción de nuestros gobernantes ante la gravedad de la crisis climática y de darnos cuenta de que la publicación de artículos científicos no es suficiente. La ciencia es clara y no se actúa. La comunidad científica debe actuar al nivel de la emergencia y debemos pasar a la desobediencia civil. No son suficientes las recogidas de firmas o las manifestaciones y hay que quebrantar las leyes porque nos estamos jugando el futuro y la vida", aseguró Víctor de Santos a este periódico minutos antes del comienzos de la presentación.
Este ambientólogo e investigador califica la situación actual de "catastrófica" y asegura que se agravará si se retrasa la puesta en marcha de nuevas políticas medioambientales. "Lo que hagamos en los próximos tres o cuatro años va a determinar el futuro de la humanidad. Se nos está acabando el tiempo y los próximos años son claves para lograr una presión fuerte de la sociedad civil para lograr cambios de verdad", argumentó el impulsor de 'Rebelión científica' en la ULE.
Sequías y fenómenos extremos
Durante la ponencia, Marina Serna avaló con datos está delicada tesitura a la que se enfrenta la humanidad. Según los informes presentados, en el mejor de los escenarios la temperatura media del planeta subirá en grado y medio con respecto al año 1850, en la época preindustrial. La proyección más optimista, pero que conlleva igualmente desertificación y escasez de alimentos. En las peores previsiones, a finales de este siglo el calentamiento podría llegar a los ocho grados y medio, en una "ínfima posibilidad de que no haya un colapso socioeconómico" para la humanidad.
Marina Serna es estudiante de Biología en la ULE y confía en que este mensaje cale entre los universitarios, para que se comprometan en la lucha contra el cambio climático. "Está planteado como parte de un movimiento internacional y hermanado con otros movimientos. Esperemos que llegue a toda la comunidad científica que sienta la urgencia de la necesidad de cambiar como sociedad para revertir el cambio climático, que se entienda que es urgente y que hay que pasar a la acción", valoró la alumna del Campus de Vegazana.
Las políticas medioambientales de las últimas décadas hacen irreversible en que en las próximas se produzcan con mayor frecuencia sequías y fenómenos extremos, como se ya se está viendo con olas de calor como las de esta semana en la India y Pakistán, con temperaturas que superan los 45 grados. De continuar esta tendencia, se vería comprometida la viabilidad de las cosechas y de la agricultura.
El problema no es ajeno a León. De hecho, tal y como explicó este grupo de científicos, el 74 por ciento de España estará desertificada para 2090. Un año en el que todavía vivirán personas de la generación actual y en el que el mundo podría ser muy diferente debido a este problema a escala planetaria.
Este "llamamiento desesperado" que pretende ser 'Rebelión científica' busca avisar de la necesidad de actuar con carácter inmediato para frenar el calentamiento global. Tanto el planeta como las futuras generaciones de la humanidad lo agradecerán.