La Casa Consistorial de Urdiales, un colorido lienzo de imaginación

Las paredes del Consistorio de Urdiales del Páramo se han convertido en murales de pintura que ahora decoran la casa de todos los vecinos del municipio

T.G.
27/09/2018
 Actualizado a 03/09/2019
Despacho de la Alcaldía en la Casa Consistorial de Urdiales. | T.G.
Despacho de la Alcaldía en la Casa Consistorial de Urdiales. | T.G.
Frente a las escuelas de Urdiales, las banderas en el balcón de un inmueble y el tránsito de vecinos delatan que se trata del Ayuntamiento del municipio. El vistoso granate de su fachada no es nada comparado con lo que el edificio guarda desde hace unos meses en su interior. La que fue antaño la casa en la que vivía el secretario del pueblo se ha convertido desde hace ya unos años en la Casa Consistorial y además, gracias a la imaginación de Andrés, el alguacil de la localidad, también es un pequeño museo donde en los últimos meses las paredes se han convertido en vistosos lienzos llenos de imaginación y color.

Goya Manjón, regidora del municipio, muestra con satisfacción los últimos arreglos que han efectuado en el inmueble como por ejemplo el salón de plenos que han acondicionado «con cuatro cosinas para no gastar mucho». La regidora reconoce que el municipio tiene «otras necesidades mucho más urgentes» y por eso van adaptando las instalaciones que tienen poco a poco y sin prisa.

Las puertas de las diferentes salas presentan formas geométricas de colores al más puro estilo pop, en el rincón de las escaleras una rama pende del techo que también está pintado y decorado como un mural y a conjunto de las paredes. El despacho de la Alcaldía presenta en su pared una peculiar representación de ‘La última cena’ y el salón en el que celebran los plenos va cogiendo ya color después de haber renovado su mobiliario. No falta tampoco el colorido en las paredes de los pasillos y no hay rincón que se haya resistido al arte del alguacil de Urdiales en su Casa Consistorial. Todo ello lo va desarrollando fuera de su horario de trabajo de modo que es en sus ratos libres cuando Andrés da rienda suelta a su imaginación para que el Ayuntamiento de esta localidad paramesa se convierta también en un peculiar museo de murales. Un ‘Miguel Ángel’ que ha reconvertido el aburrido gotelé en divertida decoración.
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