La carta de su entrenador logra una bicicleta para la ciclista ucraniana

Grigorieva Sofya es una de las jóvenes ucranianas que llegó a Villamanín y mostró su pasión por el ciclismo, con potencial para ser medallista de un mundial

Fulgencio Fernández
04/06/2023
 Actualizado a 04/06/2023
Sofya, la joven y prometedora ciclista ucraniana ya entrena con su nueva bici. | L.N.C.
Sofya, la joven y prometedora ciclista ucraniana ya entrena con su nueva bici. | L.N.C.
Era el inicio de la invasión de Ucrania y Villamanín se volcó con dos familias de aquel país, a las que acogieron con todos los cuidados y un ejemplo de solidaridad. A su llegada a la localidad montañesa estaban, los cinco (dos madres y tres hijos adolescentes) bastante cohibidos, casi asustados, con muchos problemas con el idioma. Sin embargo, a una de las niñas (Sofya), con cara de ser la más vergonzosa, se le iluminaron los ojos cuando vio que entre los ‘obsequios’ había una bicicleta. La cogió y mientras el recibimiento seguía ella daba vueltas por el pueblo. Su madre, con el traductor de Google escribió: "Era ciclista en Ucrania".

Se sucedieron más noticias. Una de ellas que el Club Ciclista Bernesga le proporcionaba equipación y entrenamiento, colgó fotos recorriendo las Hoces de Vegacervera. Pero quien le había cedido la bicicleta la necesitó...

Con el silencio de quien se siente perfectamente acogida, agradecida, ya viviendo en León (las dos familias se han instalado en la capital en pisos independientes, las madres trabajan en negociosde hostelería) estaba Sofya algo alejada de su pasión cuando llegó desde Ucrania una carta de quien fuera su entrenador allí dirigida a sus colegas en España, ante los que se presentaba: "Mi nombre es Román Radchenko.Trabajé como entrenador de ciclismo en una escuela deportiva infantil hasta el 24 de febrero de 2022 ytuve la suerte de entrenar a la atleta Grigorieva Sofya", de la que recuerda que los conocidos acontecimientos en su país la trajeron a España (Villamanín).

La descripción que hace de la joven ciclista es la de una promesa de este deporte en un país en el que hay mucha afición a la bicicleta. Escribe Radchenko: "Tenía muchas esperanzas puestas en Sofya pues veía un gran potencial en ella, soñábamos con medallas del Campeonato del Mundo para ella.En primer lugar, está muy orientada a los objetivos, es trabajadora, disciplinada y adopta un enfoque muy responsable del proceso de formación". Por ello, se atrevía su antiguo entrenador a hacer una petición a sus colegas en España, en León: "Le hago un llamamiento, como colega, para que le dé a este atleta una oportunidad en nuestro hermoso deporte para ayudar a Sofya a hacer carrera profesional y conseguir altos resultados deportivos.En el futuro, ella le devolverá muchos momentos alegres y felices con sus victorias".

La carta llegó a ese grupo de gentes de Villamanín que se volcaron en su llegada y que no han dejado de lado a las dos familias en ningún momento, atentos a sus necesidades, colaborando para que se pudieran instalar en León capital y en la búsqueda de trabajo. Las dos madres ya lo tienen en dos establecimientos hosteleros de la ciudad y, explica Pope que siempre ha sido una especie de coordinador del grupo, "se encuentran muy bien, a gusto, agradecidas... pero siguen llevando dentro la situación que tienen, la guerra sigue, han dejado una parte de la familia allí...".

A la vista de las posibilidades que la joven parece tener en el mundo del ciclismo se pusieron manos a la obra de recaudar fondos para adquirir una bicicleta profesional digna. Y ya lo han logrado, ya han recaudado los fondos, ya está la joven ucraniana recorriendo las carreteras.

- ¿Cómo ha sido esta nueva ‘campaña’ solidaria con la joven ciclista ucraniana?
- Pues llamando a puertas y obteniendo respuestas que emocionan. No se si esto se suele hacer pero me deberías dejar citar a los colaboradores, como Mariló, del Club Ciclista Bernesga; y Trastamar, Embutidos Ezequiel, el Súper de Cuni en Villamanín o Ferecor El Bar de León, que se han volcado en esta iniciativa, junto a otros ocho o diez particulares, que han hecho posible que Sofya entrene con una buena bicicleta, de carbono, profesional.

Pues dicho queda y bueno debe ser recordar que su país sigue invadido, que ellos siguen viviendo muy lejos, soñando con volver y con ese peligro que siempre acecha de que cuando se quita el foco mediático de los conflictos los problemas de quien los sufre se acrecientan. Salvo que anden gentes como las de Villamanín por allí. Por suerte, hay más ejemplos.
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