La carta

Parece que nuestro alcalde leonés le ha enviado una carta al presidente catalán, Sr. Puigdemont, con motivo de unas declaraciones(que habrá que tildar de desafortunadas por mor de la costumbre) realizadas por aquél en el extranjero, (en Harvard nada menos) en las que se apropia de la ‘cuna del parlamentarismo’ para una ciudad francesa que en tiempos fue catalana, hurtando así el título que la Unesco le tiene concedido a León.

A propósito de ello, recuerda este cronista que cuando vivía en Asturias, sabiendo que procedía de Barcelona, le solían contar los amigos astures el famoso caso de la carta que el ayuntamiento de Mieres remitió al de Barcelona a raíz de que éste les enviara una misiva escrita en catalán. «Tamos ablayaos por la papela que nos apurrísteis»!, comenzaba la tal respuesta, al parecer.

Pero nuestro alcalde va mucho más allá y, trasla queja, se postula como anfitrión e invita al del flequillo presidencial: «Quisiera aprovechar esta ocasión igualmentepara invitarle a conocer in situ esta realidad de la que los leoneses estamos profundamente orgullosos». Y es aquí cuando al cronista le asalta la duda de si el alcalde tiene en verdad sentido de la proporcionalidad pues parece situarse en plano de igualdad y, vamos a ver Don Silván, no parece que alguien que habla en Harvard en nombre de una que él tiene por nación, vaya a perder su valioso tiempo escuchándole a usted que habla en León y ¿en nombre de cuántos habitantes y qué PIB y cuál enjundia empresarial? Y, si para colmo, aquel alude a una ciudad francesa que fue catalana (de un reino que nunca existió) como usurpadora de un título de cuna del parlamentarismo ¿qué espera Usted?

Ignoro si habrá respuesta o no; pero corre usted un grave peligro de que, al ir la misiva en español, no solo le respondan en catalán diciéndole que no la han entendido («Tamos ablayaos por la papela que nos apurrísteis») sino que le inviten a visitar la Cataluña en Miniatura, el parque temático que tienen en Torrellas de Llobregat, para enseñarle a usted dos monumentos, el palacio episcopal de Astorga y la casa Botines de León, que según parece, siendo catalanes, les tenéis robados Vos.

Como escribe nuestro Luis Mateo Díez en su ‘Vicisitudes’,«con fuego cruzado es mejor la retirada que la valentía». Y como dicen en Asturias: «Vamos dejalo pa prao».

Y lo de tratar de razonar con un ágrafo institucional mucho recorrido no tendrá. Y menos con intimidación: «Aquí nadie puede arrogarse nada que no venga avalado, histórica, científica y jurídicamente». Nos ha jodido mayo. Dicen en León.