La calle carreras vs ronda interior (del siglo XIX al XXI)

Por José María Fernández Chimeno

08/05/2021
 Actualizado a 08/05/2021
La Calle Carreras, en 1910 (foto propiedad del Ayto. de León).
La Calle Carreras, en 1910 (foto propiedad del Ayto. de León).
Los tiempos para el urbanismo de la ciudad de León están cambiando. ¿O quizá no tanto? La ironía del destino (se dice que es el arma de los cínicos) ha puesto a prueba la historia del Consistorio leonés en más de una ocasión. Se podría aplicar también a otros estamentos públicos, incluso a nivel nacional, pero en el caso que nos atañe, la calle Carreras versus Ronda Interior de León, sin duda que se hace merecedora al citado epíteto…. o quizá a otro peor, el del caciquismo secular.

En ese afán por querer incorporarse a la modernidad, que siempre han demandado los leoneses (a veces mal entendido), sucedió que, cuando el concejal D. Mariano Sanz Hernández fue nombrado alcalde de León, el 25 de octubre de 1892, en sustitución del dimisionario Cayo Balbuena López (que había sido elegido por el Gobernador Civil para desempeñar el cargo, durante el bienio de 1891 a 1893) en un día nefasto y en sesión ordinaria, de 5 de enero de 1893, se notificaba: «que tras celebrarse sin resultado dos subastas para el suministro de morrillo con destino a las obras en que se han de ocupar los obreros, porque los acarreadores se obstinan en que el precio sea de dos pesetas el metro (cúbico), fuera de lo que la Comisión propuso y el Ayuntamiento acordó; que en la calle de la Carrera (la actual calle Carreras) hay algunos cubos de muralla que pueden derribarse, lo que proporcionaría material y trabajo a los obreros y también el ensanche de dicha vía…». En su defensa ha de decirse que, en pleno auge de la Revolución Industrial del siglo XIX, eran muchas las «ciudades europeas» que hasta entonces continuaban teniendo un urbanismo medieval, y que tomaron la decisión de derribar sus murallas para dar acceso a los ensanches.

En España resultaría pionero el Eixample de Barcelona (en 1859 el ingeniero y urbanista Ildefonso Cerdá diseñó una reforma urbanística que dio origen al actual barrio del Ensanche, donde se llegaron a edificar numerosos edificios modernistas, entre los que destacan la Basílica de la Sagrada Familia, la Casa Milà y la Casa Batlló, todas obras de Antonio Gaudí). Siguiendo su ejemplo, el Ayuntamiento de León encargó al jefe municipal de obras públicas José Manuel Ruiz de Salazar, un estudio publicado en 1889. Según recogía el proyecto: «León es una ciudad que está aumentando, está saliendo de su letárgico sueño y ha de tener en poco tiempo un notable crecimiento, quizás en armonía con el Ensanche proyectado con ser éste grande».El caciquismo del alcalde Mariano Sanz –con ser hoy en día considerado un atentado al patrimonio artístico leonés– no tuvo una fuerte oposición entre los Sres. Concejales; solo Joaquín Ruiz se mostró partidario de «la conservación de los cubos; que sirven de ornato y de recuerdo».Cuando el genial arquitecto catalán tuvo ocasión de viajar por tierras leonesas, y de conocer la ciudad de León (1889/1893), aún permanecían intactos los citados cubos de la muralla. Pero la amenaza de derribo ya se cernía sobre ellos (entre 1906 y 1911 la piqueta ejerció su cruel cometido) para favorecer el continuo trasiego de carromatos tirados por caballos y bueyes.Pasado más de un siglo, parecía que nada podría devolver a la calle Carreras su forma original, hasta que en otra pirueta del destino ese «afán por querer incorporarse a la modernidad» llevó al Ayuntamiento a dar salida al creciente tráfico motorizado con la terminación de la Ronda Interior (a finales del siglo XX se planteó la expropiación de las casas que hay entre las calles Fernando I y Alfonso el Justiciero). El proyecto se anota desde 1982 en el Plan General de Ordenación Urbana. Y «desde que en el año 2003 pudo leerse en un artículo que decía ‘León pagará con suelo del cuartel de Almansa parte de la ronda interior’, todos los vecinos afectados por este anacrónico estado del patrimonio leonés creyeron que era tan solo cuestión de tiempo que el adarve se convirtiera en un «balcón» privilegiado desde el que admirar los diferentes sistemas defensivos», cuyo coste correría a cargo de los beneficios por la venta del citado cuartel (de Almansa); no obstante, el necesario proyecto de construcción redactado en enero de 2009 por Omicrom Amepro, tras diversas circunstancias que longum et citar en este artículo, se demoró más de doce años. Este estudio avanzaba la Ronda Interior desde la plaza del Espolón hasta la calle La Palomera, obligando la reordenación del tráfico que afecta a todo el entorno.De por medio, han sido numerosos los atentados sufridos por la muralla [ver artículo de LNC, titulado: Impacto contra el patrimonio leonés (31/12/2019)]; desde su inmediata destrucción por el choque de vehículos ligeros, hasta la lenta pero sistemática micro-erosión debido a las vibraciones y contaminación de los tubos de escape de los vehículos pesados (la calle Carreras aguanta cada día el paso de más de 32.000 vehículos). Otro salto en el tiempo nos coloca en el actual 2021, donde la peatonalización de las grandes avenidas de las «ciudades europeas», y del resto de España, ha marcado el camino a seguir dentro del urbanismo leonés.Y otra vez, ironía del destino, esta arteria esencial para el tráfico rodado «que ahora aspira a volver a ser una simple y acogedora calle peatonal, por la que transiten los viandantes, frente al lienzo Norte de la gran Muralla; pues sobre el terreno se definirán las huellas de los cubos ya sentenciados a finales del siglo XIX (su traza semicircular será un banco corrido y en el interior se colocará empedrado)» ve como la apuesta personal de otro alcalde, José Antonio Diez, le favorece. No obstante, su futuro sigue condicionado al de la Ronda Interior de León (la ejecución del vial entrará en los 2.250.000 € del proyecto total, y se pagará en un 50% con fondos de la U.E. dentro del plan Edusi), y el horizonte cercano se cita para diciembre de 2023.Llegados a este punto, es obligado recabar la opinión del que durante cuarenta años fue el arquitecto municipal de León, Miguel Martínez Puente (1980-2020), para que podamos salir de dudas, y, seguramente, él nos convencerá con datos de que ahora sí ha llegado el momento tan esperado durante el último cuarto de siglo… y de los 127 años de evolución urbanística de León.Nos puede decir, por ejemplo: ¿de quien fue la «feliz idea» (sigo tirando de fina ironía) de condicionar la terminación de la Ronda Interior a la venta del cuartel de Almansa? o ¿cómo ve el ex arquitecto municipal el futuro de esta zona de la ciudad, que ha sido tan maltratada por la historia y la desidia de anteriores alcaldías, a lo largo del tiempo?«Respecto a la primera pregunta, hay que remontarse a un Convenio en el año 2009 entre el Ministerio de Defensa y el Ayuntamiento de León, con el fin de desarrollar el Sector que incluye una buena parte del denominado Cuartel de Almansa, incluido en el P.G.O.U. de 2004, con el objetivo de obtener para el Ayto. de León suelo cuyo aprovechamiento urbanístico permitiera conseguir recursos económicos para la expropiación de la Ronda Interior, y para el Ministerio la obtención también de recursos económicos para financiar Planes de Inversión de las Fuerzas Armadas».

E incide en sus apreciaciones: «Como consecuencia de dicho Convenio, el Ayuntamiento redacta el documento de ordenación urbanística del Sector, aprobándose en el año 2010, lo que permitiría iniciar el proceso de gestión de este Sector –no obstante–. El problema surge al aparecer una parcela de propiedad privada en este ámbito, dificultando su gestión, sin que se llegara a un acuerdo, lo que paralizaría el proceso quedando todo ello en suspensión hasta nuestros días, sin poderse obtener el suelo previsto y, por tanto, la financiación necesaria para el fin expropiatorio».

En cuanto a la segunda pregunta, Miguel Martínez se muestra mucho más optimista, pues es consciente que, según se fue convirtiendo en peatonal la Ciudad Antigua, la circulación de vehículos se desvió hacia las vías de borde, Avda. de los Cubos, Calle Carreras y la Plaza del Espolón (por el norte) y la Avda. Alcalde Miguel Castaño (por el sur); esta anomalía requería de una solución que enlaza con la tan ansiada prolongación de la Ronda Interior: «el proceso de ampliar la Ronda Interior supondrá «poner en valor» los barrios de La Palomera y San Mames; con nuevas expectativas urbanísticas y de «calidad de vida» para toda esa zona; resolviendo el tráfico rodado de este-oeste por el exterior del Casco Antiguo». Y añade, pues, convencido: «¡será muy beneficioso para toda la parte norte de la ciudad! Un proceso urbanístico de saneamiento y puesta en valor de los citados barrios».

También la alcaldía de León ha emitido su opinión al respecto, y añade a lo ya dicho que: «La apuesta (del actual alcalde José Antonio Diez) por el urbanismo y la movilidad sostenible posibilitará el que será, sin duda, el cambio de León más importante de este siglo.

La recuperación de la muralla, la integración en la trama urbana con una actuación conservadora del legado pero avanzada en el futuro por la inclusión de una solución ajardinada y sostenible supondrá la puerta de acceso para la recuperación de toda la zona norte de la ciudad, una de las áreas más degradadas urbanística y socialmente. Los proyectos para la Ronda Interior, y las calles Los Cubos y Carreras cambiarán la ciudad, creando un gran eje peatonal exterior que unirá la Catedral con San Isidoro, con la transcendencia que esto tiene de cara a la recuperación, también, del Casco Histórico; así como de atractivo para el turismo cultural».

Y, para concluir, el alcalde D. José Antonio asegura que: «está convencido de que León no dará la espalda al proyecto, pero admite que ha sido muy valiente abordarlo porque toda obra genera polémica y así lo han constatado algunos de sus predecesores que, teniendo los fondos y la oportunidad, no lo abordaron. Ahora, afirma Diez, León cambiará, se adaptará al nuevo urbanismo, a la ciudad para los peatones y a la recuperación del legado; dando además respuesta a la demanda de los vecinos de nuevas calles como la Ronda Interior, que lleva más de dos décadas esperando esta actuación».

José María Fernández Chimeno es Doctor en Historia y experto en arquitectura.
Lo más leído