La Biblioteca Pública limita el aforo de su salón de actos

Su inadecuada ubicación en la planta sótano, que supone problemas de evacuación, ha obligado, por razones de seguridad, a reducir a 50 el número de asistentes a las actividades que se celebran en este enclave del edificio

Joaquín Revuelta
19/01/2023
 Actualizado a 19/01/2024
Algunos de los participantes en los debates filosóficos del pasado lunes. | PACO FERGAR
Algunos de los participantes en los debates filosóficos del pasado lunes. | PACO FERGAR

La Biblioteca Pública se ha visto obligada a reducir a 50 personas el aforo del salón de actos por una cuestión de seguridad, dado su inadecuada ubicación en la planta sótano del edificio de Santa Nonia que supone problemas de evacuación de un enclave que antes de la pandemia llegaba a acoger a casi un centenar de personas, generándose una cierta sensación de agobio, sobre todo a raíz de tener que bajar el techo para la instalación del aire acondicionado. Esta situación, de la que se percató la arquitecto y actual jefa del Servicio de Cultura de la Junta de Castilla y León, Amelia Biain, llevó a sacar una normativa en la que se reducía a la mitad el aforo de salón de actos, limitación que esta misma semana ha provocado un incidente con un grupo de asistentes a los debates filosóficos que se celebran los lunes por la tarde en la Biblioteca al no permitirse la entrada a un grupo de treinta personas que no habían tramitado previamente su inscripción, un requisito obligatorio para poder asistir a cualquier acto público que se celebra en la Biblioteca. «Nadie de quienes quedamos fuera sabíamos de este requisito, con el que no estamos de acuerdo y queremos hacerlo público, porque son pasos que se van dando y hay que parar este control», reza parte del comunicado enviado el pasado martes a los medios por Ramiro Pinto, escritor y responsable del Ágora de la Poesía, y que va acompañado del escrito de protesta formal realizado en el libro de reclamaciones.

Puestos al habla con Ángela Mañas Martínez, la actual directora de la Biblioteca Pública tras la jubilación de su predecesor en el cargo, Alfredo Díez Escobar, comenta que en esta nueva etapa que se abre en la Biblioteca Pública con su llegada al cargo «priorizo la seguridad y el respeto». «Si conoces el salón de actos te darás cuenta que es una ratonera y si pasara algo no habría forma de evacuar el local sin consecuencias graves», asegura Mañas, quien también hace hincapié en el hecho de la necesidad de inscribirse para asistir a cualquiera de las actividades públicas programadas por la Biblioteca. «Se puede hacer por teléfono o en la misma biblioteca y tan solo se exige el nombre de pila y un número de teléfono. No se trata de ninguna forma de control sino de un tema de organización», sostiene Mañas, para quien otro debate es si la Biblioteca Pública con un aforo de 50 personas es el lugar idóneo para celebrar actos que tengan un gran poder de convocatoria. «Es la otra cuestión que habría que plantearse, además tratándose de un lugar donde deben primar el respeto y el silencio. Es verdad que una biblioteca también es un punto de encuentro, pero no puedes protestar dando voces y molestando a otros usuarios», se lamenta la directora de la Biblioteca Pública, que quiere dejar constancia de que la limitación de aforo lleva en vigor desde el fin de la pandemia. «Con el anterior aforo de cien personas había una salida de emergencia de la que ahora ya no disponemos», asegura Mañas, para quien parte del problema generado el pasado lunes se debe al hecho de que el coordinador de los debates filosóficos sí avisó a sus alumnos de la necesidad de llevar a cabo la inscripción pero no hizo lo propio con otros participantes asiduos a los mismos. «Lo que está claro es que al aforo anterior no se puede volver porque no se puede garantizar la seguridad de la gente», concluye.

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