La biblioteca Azcárate

Hoy se cumple exactamente un siglo desde que, el 15 de diciembre de 1921, abriera sus puertas en el corazón de la capital leonesa, al lado mismo de la catedral, la biblioteca Azcárate, creada por la Fundación Sierra Pambley para albergar los fondos de Gumersindo Azcárate que habían donado sus herederos tras su muerte en 1917.

Por si no lo sabes, fue la primera biblioteca pública y circulante –con préstamo de libros– en León, y tuvo mucho éxito –además, un tercio de los usuarios eran mujeres, con lo que eso significaba en la época–; y contaba con una notable colección de volúmenes de entre los siglos XVI y XIX, principalmente sobre ciencias sociales; fondos que, con el tiempo se han ido incrementando, incluidas publicaciones relacionadas con la Institución Libre de Enseñanza –cuyos principios han guiado a la Fundación– o utilizadas en la Escuela Industrial de Obreros –que se encontraba en el mismo edificio– o en las Escuelas Sierra Pambley. Me lo decía Luisa Traseira, su actual directora, con la que tuve ocasión de charlar.

La biblioteca Azcárate ha pasado básicamente por tres etapas: la primera, desde su fundación hasta 1936 cuando, en el marco de la Guerra Civil, al caer León en manos sublevadas, fueron los fondos incautados; la segunda, desde entonces hasta 1978, con el obispo de León como cabeza visible y el sacerdote Antonio González Lama al frente durante alrededor de tres décadas –en la biblioteca ‘nació’ la célebre revista Espadaña en 1944–; y, la tercera, desde ese momento, cuando con la vuelta de la democracia fue restablecida la Fundación Sierra Pambley, ya hasta hoy en día.

En estos momentos, la biblioteca se encuentra cerrada al público, en proceso de reestructuración. En cuanto reabra –todavía no se sabe cuándo–, será de nuevo posible retroceder un siglo en el tiempo tan solo con cruzar la puerta y encontrarte con un mobiliario –mesas, sillas, librerías con enrejado de gallinero…– que han utilizado miles y miles de leoneses en los últimos cien años.