La belleza y las particularidades del Torío

Es uno de los ríos trucheros más visitados en León / Sus rápidas corrientes atesoran magníficas capturas y sus aguas limpias y cristalinas son un paraíso para la trucha

Rodrigo Prado Núñez
02/02/2018
 Actualizado a 17/09/2019
Un momento de pesca en el gran paraje que supone siempre el río Torío. | R.P.N.
Un momento de pesca en el gran paraje que supone siempre el río Torío. | R.P.N.
La Montaña Central Leonesa atesora algunos de los mejores ríos de nuestra comunidad. Aquí la naturaleza fue tan generosa que procreó una vida esplendida y salvaje, son tantas las montañas, los ríos, los valles y son de tanta belleza sus paisajes que cuesta mucho imaginarse lugares más bellos para pescar. Aquí, en plena Reserva de la Biosfera de los Argüellos, tiene sus fuentes de origen nuestro protagonista de hoy: el río Torío.

En cada una de nuestras provincias, en cada zona, existen multitudes de ríos, pero solo algunos y por alguna razón seguramente más natural que mística, se transforman en verdaderos protagonistas de la pesca de la trucha a gran nivel. El Torío es uno de los ríos trucheros más visitados por los pescadores de León y de los que nos visitan con la idea de pescar en nuestras aguas. Su pesca varía mucho a lo largo de la temporada, tiene unas características muy especiales dependiendo del deshielo y el cierzo, pero siempre se puede buscar esa magnífica captura que sus rápidas corrientes atesoran.

Las zonas más propicias en el tramo medio están en Serrilla y Vegacervera; el tramo alto es el más codiciado y solicitado El río Torío que nace en el Puerto de Piedrafita, a 1.680 metros de altitud, después de descender brioso por el cerro se une impaciente a las pozas de Piedrafita la Mediana entre bellas cascadas que quedaran grabadas en nuestro recuerdo para siempre. Recorre de norte a sur los municipios de; Cármenes, Vegacervera, Matallana de Torío, Garrafe de Torío, Villaquilambre y León, donde desemboca en el Bernesga una vez recorrido sus serpenteantes 61 km. Sus afluentes principales son arroyos que recogen las aguas de las montañas que se mantienen con nieve gran parte del año, aportándole oxígeno y nutrientes; arroyo Canseco, Valverdín, Valporquero, Correcillas, Coladilla y Robles. Sus aguas limpias y cristalinas lo convierten en un verdadero paraíso para la trucha común que habita los ríos de nuestra provincia. A su orilla se respira tranquilidad y armonía donde sus aguas es lo único que se escucha. La cabecera del alto Torío está conformada por cumbres que van de este a oeste con alturas de 1.900 a 1650 m. Todo el valle alto del río Torio y gracias a la erosión fluvial da lugar a altas gargantas que se elevan entorno al río, ofreciendo una auténtica maravilla de la naturaleza y un paraíso para los pescadores. Es de resaltar las Hoces de Pontedo y las de Vegacervera que es Espacio Natural Protegido.

A lo largo del Torío nos encontramos con diferentes aspectos; rápidos, corrientes, pozones, chorreras, remansos y raseras, que van conformado una forma de diferente de pescarlo.En este entorno también se puede disfrutar con el contacto de una flora y fauna muy valiosa, que brindan la posibilidad de apreciar el encanto de un hayedo o el sobrevolar de aves rapaces de impresionante belleza.La flora sorprende con los colores verdes de los árboles y plantas. Según desciende el río la vegetación de ribera aumenta y aparecen sauces, chopos, serbal, espinos, frenos y avellanos.El río tiene sus aguas muy transparentes y muchas veces puedes disfrutar de alguna trucha subiendo a comer, tomando insectos o reposando. También habita la Nutria y el hocicudo Desmán.

Por interés de pesca lo podemos dividir en tres partes; bajo, medio y alto Torío. En la parte baja del río, muy frecuentado por pescadores de la Capital, muestra el deterioro causado por las cuatro mini-centrales que tiene en su corto recorrido y esto influye en la calidad de la pesca. También sus aguas son utilizadas para el riego de una forma descontrolada que deja el río en verano prácticamente seco. Y es aquí donde reclamamos la implantación de políticas serias que compatibilicen la industria con el respeto al río y al medioambiente.

La pesca a la leonesa es la modalidad que mejores resultados da; también al inicio la cucharilla y al final la seca El tramo medio discurre prácticamente a la vera de la carretera, León-Collanzo, aquí el río mejora en calidad y cantidad de peces, siendo la zona de Serrilla y Vegacervera la más propicia para la pesca, y así llegamos al pequeño paraíso de las Hoces de Vegacervera, que es un largo desfiladero donde el cauce del río va serpenteando encajonado entre paredones de más de cien metros de altura horadando lentamente la montaña, aquí el río es una auténtica maravilla de la naturaleza y un paraíso de pescadores con truchas bravas y dificultosa pesca.

El tramo alto comienza en un pequeño trecho vedado que va desde el primer puente que nos encontramos en las Hoces hasta el comienzo del coto de Felmín. Este ya histórico coto, creado en 1958, es uno de los preferidos de los pescadores y rara vez hay permisos sobrantes para disfrutarlo. Es un tramo de río pedregoso y con grandes bolos que crean multitud de refugios que dan cobijo a una buena población de truchas de una medida aceptable que harán las delicias del pescador más exigente. Pasado el pueblo de Felmín el río se acerca a los 16 m. de ancho que va a mantener durante casi todo el coto entre una exuberante vegetación de ribera. Luego entre grandes tablas, corrientes y pozos discurre entre montañas que dibujan un precioso paisaje, pescar aquí es un gozo constante con la naturaleza. Rebasado, aguas arriba, la mitad del coto el río modera su complejidad y la pesca se hace más llevadera.

Ya decíamos que no es un río fácil, tiene poca eclosión en primavera y a veces cuesta acertar con la mosca adecuada. La pesca a la leonesa es la modalidad que mejor resultados suele dar durante toda la temporada, sin desmerecer la cucharilla al principio y la seca con la llegada del verano.
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