La bajada de la Dolorosa

Es uno de esos actos casi íntimos de la Semana Santa leonesa, que comenzó siendo casi una labor de oficio para unos pocos pero cada año tiene más adeptos y seguidores, que no se quieren perder cómo es el inicio y los preparativos de los próximos diez días. Por eso este jueves se pudo comprobar cómo la bajada de la Morenica en la iglesia del Mercado reunía a decenas de personas, justo después de la novena que también logró que el templo estuviera abarrotado en la víspera del inicio de la Pasión leonesa. Fue entonces cuando la considerada como verdadera patrona de la ciudad fue bajada a mano por decenas de braceros que con mucha maestría lograron que la Virgen del Mercado descendiera desde su lugar protagonista en el altar hasta el trono en el que hoy procesionará por las calles de la capital.

Y es que a partir de las 20 horas se inicia el primer desfile del año, el organizado por la parroquia que da nombre a la Virgen, y en la que participan todas las cofradías y hermandades de la ciudad, en un recorrido por las principales calles del centro en una procesión que se iniciará con el himno a la Virgen y las campanas de la iglesia marcando el paso.

De esta forma, la talla del siglo XV está preparada desde anoche para poder presidir la procesión de la Dolorosa, gracias al trabajo siempre altruista de los devotos que, pese a la incomodidad del descenso, lograron un año más que la Virgen pueda estar ya en el trono.

Y aunque todo salió como se esperaba, ya que no es fácil descender la talla con tanto valor histórico y artístico sin que sufra ningún daño, se volvió a echar de menos a Enrique García Centeno, el sacerdote que durante años guió a mayores y pequeños en estos trabajos y que falleció hace poco más de un año, dejando no solo huérfana la parroquia del Mercado, sino también a todos los papones que en días como ayer todavía buscaban la aprobación del párroco más emblemático de la Semana Santa leonesa, que pese a su ausencia ya está preparada para lo que viene.