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La autovía de nunca acabar

13/12/2020
 Actualizado a 13/12/2020
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Corría el verano de 2018 –era el mes de julio– cuando el ministro Ábalos, rodeado de la troupe habitual que acompaña a los altos cargos del Estado, se hacía presente en tierras leonesas con el fin de inaugurar el tramo León-Santas Martas de la (por ahora, futura) autovía que unirá a la provincia con Valladolid. Que unirá. Dado el tiempo transcurrido desde que se empezó a hablar de ello, más parece la esclavizada obra de una pirámide egipcia o la de la Catedral de Santa María de Regla y su famoso topo. Y tanto es así, que hay ya quien cría malvas o ha sido abuelo por partida doble. Ítem más, se ha dado el caso de varios misacantanos, hoy a las puertas de la jubilación.

Pues bien, en aquel ‘fiestón’ político de la teatrera apertura del vial solo faltó –ya se dijo– las cadenetas, los fuegos artificiales y unos pinchos de embutido y de tortilla preñada para redondear la tarde. El estreno, con todo dios presente sobre el recalentado asfalto –autoridades locales, provinciales, autonómicas y algún despistado habitual– fue una verbena de pueblo. Una caricatura impostada.

Frente a toda la ‘hidalguía’ allí congregada, el propio ministro de Fomento –que tiene la cara más dura que el granito y suele mentir de palabra, obra y omisión al estilo de los antiguos sacamuelas– anunciaba que los ochenta y nueve kilómetros restantes (Villanubla-Santas Martas) de la ensoñada pista, eran poco menos que pan comido, como apuntan los optimistas del Alcoyano. Que la cosa iba ‘p’alante’, vamos.

Ahora, con los nuevos Presupuestos Generales del Estado se ha vuelto a la carga. Ya veremos si con los fusileros del rey o con la banda de Pancho Villa. De momento –y las cosas de palacio ya se sabe cómo van– hay que actualizar la evaluación ambiental porque había caducado después de once años. Once años, que le zumba el mango. Y vuelta a empezar. Y otro de los puntos calientes es saber de dónde sacarán de aquí a tres años los 365 millones –luego habrá rectificados con sus consiguientes incrementos– en que está presupuestada la obra. A la fecha solo se contemplan 400.000 euros para 2021. Menuda generosidad. Pero dale al manubrio, Antón, que son nuevos.

Y sin caer en juicios de valor pero dado el futuro económico que se prevé para los próximos años, la autovía León-Valladolid (o viceversa) va a ser el cuento de la lechera y una nueva tomadura de pelo. ¿Que si de aquí a 2024 harán algún ‘tramín’ del recorrido? Claro que sí, lo harán. En la provincia de Valladolid, naturalmente, cuando se acerquen las elecciones y haya que vender gestión. Y pare usted de contar, amigo. La inocencia es ilimitada si el anuncio emana del Gobierno. Y mucho más en concreto si viene del ‘enredabailes’ ministro Ábalos.
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