La autoridad moral de la sanción

Desde el momento en que la Junta se atreve a desobedecer la normativa estatal, pierde toda la autoridad para exigir al resto de administraciones que cumplan su propia normativa, una peligrosa espiral que no lleva más que al descrédito de las instituciones

Ya no estaba el panorama como para que ninguna de las administraciones se pudiera permitir perder más crédito
27/01/2021
 Actualizado a 27/01/2021
La Junta comunicó ayer al Ayuntamiento de León la imposición de una sanción de 3.001 euros por la organización de un desfile el día Reyes. Se trata de una sanción similar a la que recibirán los consistorios de Villaquilambre, San Andrés del Rabanedo y Sariegos. Si alguien quiere escribir un manual de cómo perderla confianza del contribuyente, no tiene más que seguir los últimos pasos de la Junta. Ya no estaba el panorama como para poder perder crédito, al menos en lo que a la política se refiere, pero lejos de reconocer eso en Valladolid parece que prefieren dar una patada hacia adelante y señalar culpables, crear cortinas de humo que a algunos, ya sólo unos cuantos despistados, les impidan ver la inoperancia de muchos de nuestros dirigentes autonómicos. Desde el momento en que el ejecutivo de Fernández Mañueco se atrevió a desobedecer la normativa impuesta por el Gobierno de la nación, en el caso del ya famoso adelanto del toque de queda, la institución autonómica tiene que asumir que pierde toda la autoridad moral para poder sancionar a otras instituciones por desobedecer su normativa, más cuando, como es el caso, las cabalgatas de Reyes se celebraron con todas las precauciones posibles. Perdiendo la autoridad moral, sólo le queda intentar conseguir la autoridad a base de sanciones, y ese es exactamente el camino para terminar de perder la confianza que le quedaba.
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