La autobiografía más corta

30/09/2021
 Actualizado a 30/09/2021
a-la-contra-30-09-2021.jpg
a-la-contra-30-09-2021.jpg
Presume, y con razón, Augusto Monterroso de haber escrito el cuento más corto jamás escrito. Es más, pasará a la posteridad con su historia en seis palabras: «Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí», con la gracia añadida que sirve para un roto y para un descosido, para desesperarse por todo aquello que debería haberse acabado pero no parece tener fin.

A los fotógrafos, y a Mauri más, les encantan las manos. Los objetivos de sus cámaras se van a ellas y así van perpetuando manos de todos los colores y todas las edades, pero son las de los mayores las que más gancho tienen, las que más buscan.

Y es que realmente no son unas manos. Son la autobiografía más corta jamás contada. No es un cuento en seis palabras, es una vida en dos manos. Allí está escrito todo. Unas enormes venas que fueron creciendo según las manos necesitaban más sangre para sujetar los arados, arrancar los trigos, mover las guadañas, ordeñar a mano, como no podía ser de otra manera. Unas manos curtidas al sol y el viento, con unos dedos torcidos, agarrotados y en gatillo que delatan amaneceres entre frío y heladas, noches de riego sumergidas en la presa...

Las mismas manos nerviosas que aprietan el sombrero pues a tan solo unos metros el nieto se juega el prestigio de ser el orgullo de la familia.
Lo más leído