La Audiencia juzga una discusión por el ganado que acabó a tiros

Uno de los acusados disparó contra el otro con un arma de aire comprimido y, después, con una pistola con la que le apuntó a la cabeza; el otro lo golpeó con un palo

R. Álvarez
19/11/2022
 Actualizado a 19/11/2022
Ocho años y ocho meses de prisión es la pena que el fiscal pide para un hombre que se sentará en el banquillo de la Audiencia Provincial de León este lunes 21 de noviembre (a las 9:30 horas) por un delito de homicidio en grado de tentativa y otro de tenencia ilícita de armas. Un segundo acusado se enfrenta a la petición de la Fiscalía de tres meses de multa con una cuota diaria de diez euros por un delito leve de lesiones.

En sus conclusiones provisionales el fiscal remarca que el 7 de noviembre de 2019, sobre las 17:45 horas, los dos acusados (mayores de edad y sin antecedentes penales) coincidieron en un camino e iniciaron una discusión por el ganado de uno de ellos, que en ese momento estaba pastando. El segundo de los acusados se bajó del vehículo en el que iba y cogió de debajo del asiento una pistola de aire comprimido con la que el fiscal dice que «disparó en cuatro o cinco ocasiones» al propietario del ganado, «sin alcanzarle», emprendiendo este una «huida a la carrera».

Minutos después, el que disparó dio la vuelta con el coche en el camino y volvieron a coincidir, puesto que el dueño del ganado «estaba arreando las vacas para recogerlas». Entonces bajó del coche con un monedero entre sus manos y, según el escrito de la Fiscalía, «guiado por el ánimo de acabar con la vida» del otro «se dirigió hacia él y, cuando estaba a metro y medio de distancia, sacó del monedero una pistola, le apuntó a la cabeza y disparó, alcanzándole el proyectil el antebrazo izquierdo», ya que en un acto reflejo e instintivo levantó los brazos para protegerse la cara. De lo contrario, recoge el escrito, sería en ella donde le habría impactado el disparo.

Inmediatamente, el dueño del ganado le dio un golpe en la pistola con un palo que llevaba para las vacas. El arma cayó al suelo y cuando el que disparó intentó recuperarla, le propinó otros golpes más en la espalda y, en el momento en el que intentaba entrar en el coche, «le sujetó y tiró de la cabeza hacia atrás enganchándolo por los ojos», abandonando después rápidamente el lugar «cada uno en distinta dirección». El acusado que disparó «carecía de licencia que le habilitase para la tenencia y uso de armas», según explica el fiscal en su escrito.

Como consecuencia de estos hechos ambos acusados resultaron heridos. El que disparó sufrió contusiones no específicas en la cabeza y en la espalda y laceraciones en el ojo izquierdo que no requirieron de tratamiento médico posterior a una primera asistencia facultativa y que curaron «sin secuelas en doce días de perjuicio básico». Por su parte, el otro de los acusados sufrió lesiones consistentes en «una herida en sedal con orificio de entrada en el borde cubital de la cara anterior del antebrazo izquierdo» que requirieron de tratamiento médico-quirúrgico posterior consistente en la extracción del proyectil bajo anestesia local y curas posteriores. Tardó en curar treinta días, de los que tres de ellos fueron de perjuicio grave, dieciocho de perjuicio moderado y nueve de perjuicio básico. Como secuela, se indica que mantiene una cicatriz de cinco centímetros en la región cubital de la cara anterior del antebrazo izquierdo. Los gastos sanitarios al Sacyl se valoraron en 1.253,40 euros, que reclama la entidad.

Para el fiscal los hechos narrados son constitutivos de un delito de homicidio en grado de tentativa, de otro de tenencia ilícita de armas y un tercero leve de lesiones. Los dos primeros se atribuyen al que efectuó los disparos y el tercero al propietario del ganado. Al primero considera, por lo tanto, que procede imponerle una pena de ocho años y ocho meses de cárcel a razón de siete años por el primero de los delitos y un año y ocho meses más por el segundo. Reclama también que se le prohiba comunicarse o aproximarse a una distancia inferior a 500 metros del otro, de su domicilio, de su lugar de trabajo o de cualquier otro frecuentado por él durante ocho años. Por su parte, para el segundo de los acusados, al que atribuye un delito leve de lesiones, pide la pena de tres meses de multa con una cuota diaria de diez euros, así como la prohibición de comunicarse o aproximarse al otro a una distancia inferior a 500 metros de él, su domicilio, su lugar de trabajo o cualquier otro frecuentado por él durante seis meses.
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