La atención temprana cuanto antes, mejor

Cuando hablamos de Atención Temprana o estimulación precoz, nos referimos al conjunto de intervenciones o terapias que van dirigidas a niños con algún trastorno en su desarrollo, o para aquellos que tienen el riesgo de padecerlos

Sofía Morán
03/03/2019
 Actualizado a 19/09/2019
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La Atención Temprana funciona. Imaginen esta frase en un gran cartel, con llamativas luces de neón. Quizá les parezca que esto debería ser el final del artículo, la conclusión y el cierre, pero es que esto es lo más importante que voy a escribir aquí hoy, y casi siento que debería repetirlo en cada párrafo, para que lo recuerden, para que lo usen y para que lo cuenten.

Pero, ¿y qué es exactamente la Atención Temprana?

Cuando hablamos de Atención Temprana o estimulación precoz, nos referimos al conjunto de intervenciones o terapias que van dirigidas a niños con algún trastorno en su desarrollo, o para aquellos que tienen el riesgo de padecerlos. Para ellos, para sus familias y para su entorno. Se llevan a cabo siempre por un equipo multidisciplinar de profesionales como logopedas, fisioterapeutas, pedagogos, psicólogos… Un servicio fundamental, público y gratuito que, como ocurre con otras muchas cosas, ni te suena, ni sabes de qué va la vaina, a no ser que te haya tocado pasar por allí. A mí me tocó, así que hoy les hablo desde el otro lado, como usuaria y como madre.

La Atención Temprana en Castilla y León depende de la Consejería de Servicios Sociales y está dirigida a niños de entre 0 y 3 años (de 3 a 6 se trabaja a través del colegio y después todo ello es un ‘búscate la vida’ en toda regla). Hay comunidades como Madrid, donde la asistencia se da hasta los 6 años, pero donde cuentan con listas de espera de más de un año. Y otras, como Canarias, donde ni si quiera cuentan con este servicio. Algo absolutamente demencial. La Atención Temprana funciona. La Atención Temprana es vital, y no debería ser un privilegio.

A veces es sólo una impresión, esa intuición de madre que te lleva a pensar que algo no va bien. A veces es más evidente, cuando ves claramente que tu hijo no llega a hacer las cosas que la mayor parte de los niños de su edad pueden desarrollar. Y no sabes por qué. La gente, el entorno, siempre te dice cosas como «es muy pequeño, ya hablará, cada niño tiene su ritmo». O aquellos clásicos que alimentan leyendas del tipo «pues uno de mi pueblo no habló hasta los 7 años, y ahora es arquitecto». Así, tal cual, como si de un titular de ‘El Mundo Today’ se tratara. Pero otras muchas veces, la resistencia somos los propios padres, que preferimos seguir adelante con la ceguera de no ver lo que tenemos delante.

Sin embargo, y aquí voy con la tercera, la Atención Temprana funciona. Debemos tener claro siempre, nos digan lo que nos digan, que esperar nunca es la solución, háganme caso, cuanto antes empieza la estimulación, mejores resultados se consiguen (por la llamada plasticidad neuronal), son terapias que no pueden esperar porque son la llave maestra para desarrollar su potencial.

Y es que a pesar de que la evidencia científica respalda, sin lugar a dudas, la eficacia y el valor de la Atención Temprana, ésta sigue siendo una gran desconocida. Y cuando aterrizas allí, no tienes ni idea de lo que te vas a encontrar, pero lo cierto es que cuando llamas a esa puerta, ya tienes la mitad del trabajo hecho.

Cuando además de acceder al servicio, te tocan esos profesionales cualificados, con experiencia, y con una cosa tan importante como la vocación, todo resulta un poco más fácil.

La incertidumbre te ahoga, pero allí no vas a buscar (sólo) consuelo, ni una ligera palmadita en la espalda, sino una intervención especializada, un buen criterio profesional y terapias eficaces. Es el momento de ser exigentes.

La imprescindible valoración inicial de la psicóloga fue el primer escalón, la primera bombilla en encenderse. Un poco de luz al fin. Sin duda tuvimos suerte justo en el momento en el que debíamos tenerla. Como terapeuta nos tocó ‘el hueso’, el que nunca te da oxígeno. Nos tocó currar. Nos tocó el mejor.

Teníamos malas expectativas y mucho trabajo por delante. Después de ocho meses, conseguimos darle la vuelta a la tortilla. Gracias siempre, Mikel. Quítense los miedos, pero sobre todo quítense las dudas. La Atención Temprana funciona, se lo he dicho 4 veces y aun así no me parecen suficientes.

Sofía Morán de Paz (@SofiaMP80) es licenciada en Psicología y madre en apuros
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