La apicultura de Castilla y León se profesionaliza

El sector atraviesa un momento “de cambio” en el que la tendencia es a desterrar las prácticas “arcaicas”

S. Gallo (ICAL)
27/06/2015
 Actualizado a 17/09/2019
El apicultor francés Gilles Fert, imparte un curso de cría de abejas reina en Sueros de Cepeda. | CARLOS S. CAMPILLO (ICAL)
El apicultor francés Gilles Fert, imparte un curso de cría de abejas reina en Sueros de Cepeda. | CARLOS S. CAMPILLO (ICAL)
La apicultura se está convirtiendo en los últimos años en una forma de vida, en especial para muchos jóvenes que se están adentrando en este sector como consecuencia de las dificultades económicas. Esto, junto a la tendencia que marcan las propias abejas, está generando un momento “de cambio” en este sector, en el que se están abandonando las técnicas “arcaicas” que se venían desarrollando durante las últimas décadas, para dar paso a una profesionalización cada vez más necesaria.

Y es que en los últimos años el número de apicultores ha crecido de manera importante, aunque no será suficiente y se prevé que dentro de unos años se contabilice un descenso “brutal” con el abandono de esta actividad de los agricultores más longevos y a su vez tradicionales de la Comunidad. Sin embargo, las incorporaciones ratificarán esa tendencia a la profesionalización y a que el apicultor se convierta en ganadero conocedor, no solo del proceso de producción de la miel, sino también de aspectos como a cría de abejas para la prevención de enfermedades, entre otras materias.

Algunas nociones de ello está impartiendo este fin de semana en Sueros de Cepeda el prestigioso apicultor francés Gilles Fert, que está dando a conocer su método de cría de abejas reinas para conseguir una mayor producción de miel y “con buenas condiciones”. Fert ha explicado al medio centenar de asistentes llegados de toda España que con la cría de reinas se puede hacer una selección “para reproducir las mejores” porque una abeja reina “es solo una parte de la familia” y una reina de buena calidad “es una reina joven” capaz de hasta poner 2.000 huevos al día.

“El interés para el apicultor es siempre mantener reinas jóvenes que pongan mucho, que haya más abejas y así más miel”, de ahí que las características genéticas que se tienen en cuenta fundamentalmente en el proceso de cría sean “la producción de miel, la mansedumbre y que no desarrollen enfermedades”, porque en el mercado europeo no es posible el desarrollo de antibióticos y hay enfermedades que antes requerían de esos medicamentos. “Ahora sabemos cómo hacer la prevención para que no desarrollen enfermedades”, explicó.

Para Fert, la visión que se tiene de las abejas “está cambiando” y se hace referencia mucho al interés de la polinización, de ahí la necesidad de mantener la agricultura, no solo por la producción de miel, sino para polinizar “todo” porque “en el monte el oso no va a encontrar comida si no hay abejas, porque no hay arándanos o frambuesas” y la importancia de la polinización “es mucho más que la miel”, puntualiza. Igualmente, en Europa se produce una situación “muy grave” porque se pierden cada año entre un 25 y un 30 por ciento de las colmenas y “hay riesgo de que desaparezcan las abejas”.

En este sentido, el responsable de la consultora Urzapa, organizadora de este curso, Urbano González, incidió en que la opinión pública está interesándose por la función polinizadora de las abejas “y las administraciones tendrán que hacerlo mucho más “porque “no hay posibilidad de polinización si no es a través de los agricultores” y si no se repone la pérdida de abejas mediante la cría de reinas, enjambres o más apicultores “la carga polinizadora no va a existir en el medio ambiente” con el perjuicio que eso supondría para la cadena alimentaria.
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