La alegría de vivir en un pueblo del Esla

Un 52% de la población de municipios de la zona Vega Esla está satisfecho de vivir en su pueblo y un 45% está muy satisfecho, solo un 3% se muestra poco satisfecho

Teresa Giganto
03/08/2015
 Actualizado a 16/09/2019
Grupo de teatro de mujeres de Villademor de la Vega durante una de sus actuaciones en la Casa de la Cultura de dicha localidad. | T. GIGANTO
Grupo de teatro de mujeres de Villademor de la Vega durante una de sus actuaciones en la Casa de la Cultura de dicha localidad. | T. GIGANTO
En la Vega del Esla el verano se nota. Su población aumenta en estos meses de calor gracias a la vuelta al pueblo de aquellos que en su día se fueron a la ciudad a trabajar, pero aprovechan el estío para visitar a los familiares que se quedaron. Llegan sobre todo de Asturias y del País Vasco, enclaves industriales en los que hace 50 años era más fácil encontrar un sueldo alejado de la rudeza de la tierra y el arado. La despoblación está contenta en julio y en agosto y en pocos pueblos se escucha eso de que «no anda ni el gato por la calle». Eso y el «esto está muerto» queda para septiembre, cuando los ‘forasteros’ hacen las maletas y ya en el bar echan la partida los de siempre, y tan contentos.

Valencia de Don Juan y Vega de Infanzones son los únicos pueblos que tienen más vecinos que en los 90 Al menos así lo demuestra una encuesta poblacional realizada por el grupo de acción local Poeda en el marco de la elaboración de su Agenda 21. En ella queda de manifiesto que un 52% de la población de la zona de la Vega del Esla está satisfecha de vivir en su localidad y un 45% de ella está muy satisfecha. Un 97% que se ubica frente a un minoritario 3% que se muestra poco satisfecha. Otra opción que tenían los encuestados era la opción ‘Nada satisfecho’, pero nadie la eligió.

Las encuestas fueron efectuadas por Poeda hasta finales de noviembre de 2014, quedando patente en las respuestas de los encuestados que «si a esta población se le ofrece una calidad de vida digna, elegiría vivir en el Esla», según recoge el diagnóstico ambiental de la zona. «Todo ello se debe a que de forma general perciben un buen acceso a los servicios básicos y una buena calidad ambiental, alejada de focos de ruido y contaminación, si bien echan en falta un mayor número de actividades culturales», contemplan las conclusiones de las encuestas.

Además de las preguntas de satisfacción, a los vecinos de los pueblos de las orillas del Esla también se les preguntó por los factores que podrían evitar la despoblación de los pueblos de la zona con el objetivo de «conocer las acciones que se deben potenciar de cara al futuro» desde Poeda. De igual modo que en sus respuestas mostraron satisfacción por vivir en el pueblo también tienen claro qué se necesita para fijar población. El 43% considera que el principal factor para evitar la despoblación es la creación del empleo estable en la zona. El fomento de la oferta ocio cultural-social tendría muy poco interés (3%), mientras que la mejora de servicios ocupa casi el 1 de cada 10 respuestas.

Contentos, pero cada vez menos


La Vega del Esla está formada por 16 municipios cuya población, según datos del Instituto Nacional de Estadística (Ine) de 2013, es de 13.464 habitantes. La cifra está muy por debajo de los 20.576 que figuraban en los censos allá por la década de los 50. Este descenso supone una pérdida del 35% de la población, un decrecimiento que, sobre todo, fue más acentuado en la década de los 60 y sostenido desde los 90 hasta ahora.

Hay un caso excepcional y de gran relevancia que rompe con esa tendencia a la baja y es Valencia de Don Juan. Mientras el resto de pueblos perdía población, la localidad coyantina ha experimentado un crecimiento de más del 24,6% desde la década de los 90. También Vega de Infanzones ha aumentado su número de habitantes, aunque con una cifra inferior (8%).

La otra cara de la moneda, la de los pueblos que despuntan por abajo y por haber perdido un gran número de vecinos, la tiene Villamandos con un decrecimiento de casi el 36% o Campo de Villavidel que prácticamente ha quedado reducido a la mitad (de 403 a 209).

Lo cierto es que desde el años 2007 hasta hoy, la zona Esla ha crecido en conjunto un 1%, algo actualmente inusual en las zonas rurales, pero que representa un fenómeno que, sobre todo, ha sido posible por el acentuado crecimiento de Valencia de Don Juan. Su aumento de población se debe en gran parte al paralelo crecimiento económico que ha experimentado, destacando sobre todo el asentamiento de industrias en sus inmediaciones.
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