Justicia total por el atentado de Cortizo

Francia entregará a la etarra Soledad Iparraguirre, alias 'Anboto', para que sea juzgada por ordenar el asesinato del comandante a Sergio Polo, condenado a 110 años de cárcel

Alfonso Martínez
11/08/2019
 Actualizado a 19/09/2019
El féretro con el cuerpo de Cortizo, a su llegada a la Catedral. | MAURICIO PEÑA
El féretro con el cuerpo de Cortizo, a su llegada a la Catedral. | MAURICIO PEÑA
El 22 de diciembre se cumplirán 24 años del atentado terrorista perpetrado por ETA que costó la vida al comandante Luciano Cortizo después de que la bomba lapa que habían adosado a los bajos de su vehículo hiciese explosión cuando circulaba por la calle Ramón y Cajal de León. En el interior viajaba también la hija del militar, que resultó gravemente herida. Además, tres viandantes que se encontraban en la zona también sufrieron daños de diversa consideración.

Aunque este atentado estuvo a punto de prescribir, lo cierto es que afortunadamente la justicia está más cerca de cerrar el círculo sobre el mismo. Francia ha comunicado a la Audiencia Nacional que a finales de este mes entregará a España a la histórica dirigente de la banda terrorista Soledad Iparraguirre, alias 'Anboto'. La etarra, expareja del que fuera número uno de la banda Mikel Albizu, Antza, podrá ser juzgada así por haber ordenado presuntamente el atentado contra Cortizo.

La entrega a España de 'Anboto' la pidió la Audiencia Nacional en 2015 a raíz de la "revisión que periódicamente efectúan las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad de los atentados de ETA sin resolver", según el auto judicial.

La Guardia Civil, analizando el sumario abierto por la desarticulación del comando Álava en febrero de 1996, halló nuevas pistas sobre la muerte de Cortizo en varios registros. En una de las intervenciones, los agentes encontraron documentos, armas y material explosivo similar al utilizado en la explosión que causó la muerte del comandante en la capital leonesa.

Además, los agentes de la Ertzaintza encontraron una carta de 'Anboto', entonces jefa de los comandos legales (integrados por terroristas no fichados), en la que daba instrucciones al etarra Sergio Polo –ya detenido y condenado a 110 años de prisión– para que atentase contra Cortizo. De la carta se desprende también que ella facilitó el material explosivo para ese crimen.

Esa revisión periódica de los atentados sin resolver permitió reabrir el caso del de Cortizo solo unos meses antes de que se cumpliesen 20 años del mismo y de que, por tanto, el delito prescribiese. Fue en octubre de 2015 cuando se dictó auto de procesamiento contra Soledad Iparraguirre y Sergio Polo por haber inducido y ejecutado respectivamente el atentado contra Cortizo.

Pero como ella estaba presa en Francia cumpliendo condena por otros atentados, sólo Polo se sentó en el banquillo de los acusados. La sentencia se conoció en marzo del año pasado y condenó al terrorista a 110 años de prisión, 30 años de por el delito de asesinato terrorista contra un miembro de la Fuerzas Armadas y 80 años por otros cuatro delitos frustrados de asesinato terrorista en grado de tentativa (20 por cada uno). Polo fue absuelto de tenencia de explosivos al haber sido condenado por el mismo delito en otro procedimiento.

La sentencia ordenaba también el pago de una indemnización a la viuda de 300.000 euros y 160.000 a cada uno de sus dos hijos. A la hija del comandante, además, debe indemnizarla con 92.100 euros por las lesiones sufridas y otros 250.000 por las secuelas del atentado. El juez concedía así las indemnizaciones solicitadas por la acusación particular debido al "enorme trauma" que supuso para la mujer e hijos el asesinato "no sólo de forma brusca e inesperada, sino además de un modo especialmente violento, cruel y sanguinario".

Según los hechos probados de la sentencia, en el año 1995 Sergio Polo recibió la orden de la cúpula de ETA de acabar con la vida del comandante Cortizo, para lo cual recibió materiales explosivos en la vivienda que ocupaba en Pasajes de San Pedro (Guipúzcoa). Siguiendo las directrices de la banda, el acusado confeccionó una bomba lapa de fabricación casera y en los días previos al 22 de diciembre de 1995 se trasladó a León para ejecutar el atentado, vigilando el vehículo de su objetivo.

La noche del 21 al 22 de diciembre, Polo accedió al interior del vehículo del comandante y colocó bajo el asiento del conductor el artefacto que él mismo había preparado. Sobre las 13:20 horas del día 22, cuando el militar y su hija se subieran al coche, al poco de arrancar, el artefacto hizo explosión. A consecuencia de ello, Luciano Cortizo, de 44 años, falleció, y su hija, de 18, resultó herida de gravedad. Igualmente resultaron heridos tres viandantes.

Claves de la sentencia


La resolución judicial hacía hincapié además en la gravedad de la acción por tratarse de una zona transitada el día 22 de diciembre, fecha del sorteo de la Lotería de Navidad, con lo que el acusado "debió representarse la clara posibilidad de causar la muerte de algún otro ocupante o transeúnte, además de la del sujeto contra el que se quería atentar".

Los jueces consideraban en la sentencia que hay "sólidos indicios" que llevan a la conclusión de que Polo ejecutó el atentado. Entre esos indicios, señalan la comunicación orgánica firmada por la etarra que ahora podrá ser sentarse en el banquillo tras ser entregada por las autoridades francesas. Dicha comunicación de 'Anboto', que los peritos datan entre noviembre y diciembre de 1995, fue intervenida en la vivienda de Pasajes que ocupaba Sergio Polo en relación con la perpetración de una acción en León. "Ello constituye un indicio incriminatorio especialmente relevante que abona que el destinatario de la misma fue el autor material del asesinato que debía perpetrase en León", explicaban los magistrados en la primera sentencia de un caso que se acerca cada vez más a la justicia total.
Archivado en
Lo más leído