Justicia con Dani Gordo

19/08/2022
 Actualizado a 19/08/2022
Guardar
Dani Gordo, en un partido en su etapa con el Ademar. | MAURICIO PEÑA
Dani Gordo, en un partido en su etapa con el Ademar. | MAURICIO PEÑA
Hay veces en las que el tiempo juega a tu favor y hace valorar más lo conseguido. Y creo que en el Ademar con Dani Gordo sucede algo así. No era la primera vez que regresaba a León y ni siquiera era un choque oficial, pero verle ayer sentado en el banquillo del Palacio hace trasladar la mente hacia esas dos temporadas en las que se puso al frente de la escuadra ademarista.

Dos años difíciles. Muy muy complicados. Quizá más de lo que incluso en ese momento nos parecían. Cuando nadie quería coger lo que en España siempre había sido un trasatlántico del balonmano, pero que tras topar con su particular iceberg económico hacía aguas y bastante tenía con no hundirse, el técnico aceptó el reto. Formó dos plantillas con imaginación y recursos de la tierra, con los dos presupuestos más bajos dentro de la Asobal que ha tenido el Ademar en las dos últimas décadas, y fue un año 5º y otro 7º.

Pero claro, estábamos muy mal acostumbrados. Veníamos del Ademar dominante, que un año antes había rozado la ‘final four’ de la Champions, que siempre era un equipo a batir. Y el nivel de exigencia que tuvo fue muy alto. Demasiado alto para los mimbres que había.

Ahora, mirando en perspectiva aquellos equipos y lo que ha pasado después, se mira de forma diferente. Quizá no se fue justo con aquel equipo. Y en particular con Dani Gordo.

Ojo, no digo que él no hiciera nada mal. Cierto que nunca le hubiera llegado esa oportunidad en ese momento de su carrera sin esas circunstancias. Que quizá le costó manejar la presión que se encontró, porque a eso también se debe aprender. Y que ves a sus equipos después y notas que ha crecido y progresado desde entonces.

Pero creo que, aunque sea años después, hay que poner en valor su labor. Le tocó volver a empezar desde más abajo para volver a la élite, pero que por ejemplo la selección de Brasil o un Brest que venía de ser cuartofinalista de Champions le dieran sus equipos deja claro cómo está de valorado ahora mismo en el balonmano.

He de ser sincero, nunca pensé que diría esto cuando se fue. Pero no sólo creo que volverá a entrenar al Ademar, sino que lo merece. Y si hubiera un cambio en el banquillo en un futuro cercano, sería una de mis opciones prioritarias.
Lo más leído