10/05/2020
 Actualizado a 10/05/2020
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El sabio Jesús, de Aleje y fundador del Instituto Bíblico y Oriental, me sorprendió hace bastantes años con una respuesta que no me gustaría olvidar porque fue una lección de vida. Era un paisano muy joven y hablaba idiomas que los puede conocer gente lista, de la que no llega a presidente del Gobierno, pero también manejaba otros que te hacen mirarlo como las vacas de Nayu al tren, asustadas porque si no le sonríen les puede costar quince o veinte mil euros, según sople el aire cuando chufla la máquina. Sobre el inglés, francés, alemán y similares él se manejaba en latín, griego, acadio, sumerio, escritura jeroglífica o arameo;es decir, que él sí podría jurar en arameo, pero no jura. Cuando uno es modesto...

–Don Jesús, ¿y cuándo tuvo tiempo para aprender estos idiomas si casi es un rapaz? ¿no le levantaba las faldas a las rapazas en el recreo...?

–Es que me ocurrió una cosa. Siendo niño tuve la suerte de padecer una enfermedad extraña y tuve que pasar varios años postrado en cama y aproveché para estudiar estas cosas.

Habéis leído bien. Dice que siendo chaval tuvo «la suerte» de pasar varios años en la cama. Y se quedaba tan pancho, mirándote con una sonrisa.

Y pensé, ya que sabio no voy a poder ser porque la cosa no tiene remedio y no tuve la suerte de pasar años en la cama, me voy a quedar con la filosofía del sabio y tratar de contarle la vida a la gente en clave de sabio, que es en clave de no encogerle el corazón a quien le deben sobrar motivos como para que vengas tú con más rollos.

Y además da resultado. Poco tiempo después de la entrevista a Jesús se lo conté a mi amigo El Tumbao. Y él dijo, «tomo nota, como Juncal». A los pocos días fue al médico, le mandó hacer análisis y fue a por los resultados.

–¿Tumbi, qué tal ‘el analís’?

–Oye, increíble, te invito a comer, y a don Jesús por el consejo. Parezco Amancio Ortega, tengo de todo: tengo el azúcar alto, el colesterol también, la tensión doble, tengo alta la alta y hasta la baja... No me falta de nada.

Igual no era eso lo que quería decir Jesús, pero es una forma de verlo.
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