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Junta de sordos y ciegos

23/01/2020
 Actualizado a 23/01/2020
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Las tenues reacciones de la Junta de Castilla y León a la reclamación de autonomía para la Región Leonesa corroboran el error de mantener la institución. Ante la avalancha de argumentos económicos, históricos y políticos en apoyo del cambio, se han limitado a descalificar a los disidentes de la Junta y a decir que todo va bien de forma difusa. Evidencian que ni ellos mismos saben qué decir contra la Autonomía Leonesa.

La raíz de esta actitud inane se sustenta en una actuación sostenida contra los intereses de León de la que ni siquiera son siempre conscientes. En estos momentos, por ejemplo, hay quejas por los perjuicios de no considerar zona de alta montaña al ayuntamiento de Oseja de Sajambre. ¿A alguien que conozca este lugar, en el borde de los Picos de Europa, se le puede ocurrir semejante barbaridad? Pues sí. Se le puede ocurrir a alguien que no haya estado en Oseja de Sajambre en su vida, que apenas conozca la Cordillera Cantábrica, que el significado de ‘zona de alta montaña’ le resulte ajeno y que no comparta esa realidad ni de lejos. Un director general de Valladolid probablemente no haya estado en Oseja de Sajambre, no sabe lo que es la economía de alta montaña y no comprende los determinantes de la orografía y el clima. Ese director general hablará ‘de oídas’, pero tendrá mano para la gestión de quitanieves, la gestión de la caza, para regular el uso de los bosques o para definir las líneas de subvención a los negocios rurales de esa zona que él no sabe ni cómo es, ni dónde queda, más allá de lo que ponga un mapa.

Este es el problema mil veces repetido por el que, otro ejemplo, un seleccionado de Valladolid de una federación deportiva tiene los desplazamientos pagados, pero si es de León, se tiene que pagar el desplazamiento a Valladolid; es la causa por la que Renault recibe más subvenciones que todas las empresas leonesas juntas: porque las normas están hechas para la gran empresa; es la causa por la que han dado subvenciones a Inzamac (Zamora) o a Incosa (León) con dinero de los leoneses, para trasladarse a Valladolid; la causa misma por la que construyeron un edificio a la medida para Telefónica a fin de alquilárselo a un euro al mes y trasladar puestos de trabajo de León a ese edificio.

La lista es un suma y sigue porque es tal la distancia física y mental entre Valladolid y León, entre Burgos y León, entre Segovia y León, que ven como natural el expolio de los cupos de leche leonesa hacia Castilla o el traslado de las aguas del salmantino Tormes a Valladolid, como antes hicieron con las del Esla. Es la ignorancia de una actitud rapaz que solo puede concluir en divorcio.
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