Julen Ugidos saca a la luz la historia de Antonia Cid

El autor de Villademor de la Vega mantendrá este martes una charla con la periodista Teresa Giganto en la sala Región del ILC a propósito de la publicación del libro ‘Ahogada en el silencio’

Joaquín Revuelta
27/09/2022
 Actualizado a 27/09/2022
El leonés Julen Ugidos recupera en ‘Ahogada en el silencio’ la figura de Antonia Cid, quien realizó la primera denuncia por violencia de género en 1879.
El leonés Julen Ugidos recupera en ‘Ahogada en el silencio’ la figura de Antonia Cid, quien realizó la primera denuncia por violencia de género en 1879.
La sala Región del Instituto Leonés de Cultura servirá de escenario este martes, a partir de las 19:30 horas, a la presentación del libro ‘Ahogada en el silencio’, la biografía de Antonia Cid, «la mujer valiente de Villademor» que tuvo el coraje de presentar en 1879 la primera denuncia por violencia de género de la que se tiene constancia en Castilla y León, y una de las primeras en España. La presentación del libro adoptará el formato de una conversación entre el psicólogo y educador social Julen Ugidos, autor de la publicación, y la periodista Teresa Giganto, quien se hizo eco de la historia en un reportaje publicado por La Nueva Crónica en julio de 2018. En el mismo Giganto relataba los orígenes y personalidad de María Antonia Cid de la Fuente, nacida en Villademor de la Vega el 18 de abril de 1833 en el seno de una familia numerosa. Madre soltera de un hijo que murió a edad temprana, Antonia Cid se casó y enviudó a los 41 años tras fallecer su marido en un accidente de trabajo en Villaverde de Sandoval. Casada en segundas nupcias con Santiago Alonso, también viudo, vivió un matrimonio tan traumático que le hizo personarse en el Ayuntamiento de Villademor de la Vega para denunciar a su marido por malos tratos después de que éste le propinara una brutal paliza. Así consta en un documento del 20 de enero de 1879 en el que figura el acta del juicio verbal de faltas que estuvo presidido por el juez de paz  Pascual Chamorro, quien dio la razón a la mujer e impuso al agresor una pena de cinco días de arresto, la mínima que entonces contemplaba el Código Penal para este tipo de faltas.

Lo extraño del caso y que aún hoy sigue siendo un misterio, es que desde entonces nada más se supo de Antonia. Ni los archivos municipales hablan de ella, ni tampoco entre la familia se difundió nunca el paradero de la mujer. Piensa el autor, según recoge Giganto en el reportaje, que pudo buscar refugio en la casa de su hermano, que vivía en Toral de los Guzmanes. «Pero en los archivos de Toral tampoco hay rastro de Antonia, no habiéndose localizado hasta ahora ningún documento que acredite su defunción. Tampoco se sabe si tuvo en realidad el apoyo de su familia o si por el contrario no vio respaldada su decisión por su entorno más cercano».

Lo que sí tiene claro el autor es que Antonia fue una mujer «de armas tomar» y que está muy orgulloso de tenerla en su familia, pues Antonia era hermana del abuelo de su bisabuela. «También sé que ella era una mujer de mucho carácter y muy trabajadora, pero poco más», reconoce Ugidos, que también investigó si podríamos encontrarnos ante el primer caso de denuncia por violencia de género. «Tengo que agradecer que la entonces directora general de la Mujer, Ruth Pindado, se volcó en el caso, indagó en todas partes y se puede afirmar casi con toda seguridad que fue el primer caso de violencia de género en la comunidad», concluye.
Archivado en
Lo más leído