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¿Juicio a la ultraizquierda?

12/03/2019
 Actualizado a 16/09/2019
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La izquierda en general debe hacer un replanteo de su comportamiento en el contexto español y también internacional , así como en la dialéctica y métodos que emplea en la dinámica política.

Tendría que hacer un análisis objetivo, verídico e histórico de aquellos hechos que supusieron un retroceso de las libertades del ser humano durante los períodos ‘stalinista’ y maoísta y que supusieron el advenimiento de tiranías que tuvieron consecuencias nefastas para la humanidad y que se tradujeron en holocaustos masivos.

Urge este análisis en profundidad y en el que deberían de participar los diversos medios de comunicación con el mismo entusiasmo, dedicación y reiteración con la que exponen las persecuciones, asesinatos, torturas y exterminios deleznables que cometieron los nazis.

Unos y otros deben ser colocados a la misma altura y sin embargo no es así , uno de los sectores goza de bula de silencio.

Será debido a que el cine norteamericano sobre la segunda guerra mundial oculta todo lo demás, pero lo que ha sucedido a partir de las doctrinas ultraizquierdistas y revolucionarias ha tenido consecuencias nefastas en el devenir de los pueblos en lugar de haber desarrollado una dialéctica crítica de los sectores que se aprovechan de las necesidades de los pueblos, con varios ejemplos muy actuales que nos han hecho reflexionar sobre lo que escribimos.

Anne Applebaum, nacida en Washington en 1964, ganó el Premio Pulitzer con su obra ‘Gulag’ y esta problemática apuntada que subyace siempre entre nosotros, se plantea muy bien en su reciente obra ‘Hambruna roja’ (Editorial Debate) y en la que desarrolla la política de Stalin enfocada a borrar la nación de Ucrania, provocando el hambre en un lugar considerado el granero de Rusia.

En el período 1931-1934 murieron cuatro millones de ucranianos como consecuencia de los planes de colectivización narrando actuaciones dignas de la consideración de cineastas que se han extenuado ofreciéndonos otros hechos no menos denigrantes.

Llegados a este punto surge el interrogante lógico. ¿Por qué los medios y, especialmente, la izquierda europea y concretamente la española, no ha hecho ese examen de conciencia tan elemental y necesario sobre esos regímenes tiránicos que han sufrido una evolución paulatina hacia una sociedad consumista y capitalista ‘especial’, a la que tanto han criticado y denostado.

El objetivo soviético ‘staliniano’ en Ucrania fue acabar con la intelectualidad y el campesinado por medio del hambre más extremo, moviendo astutamente los peones de la propaganda, ya que hasta la fecha no se ha constituido un tribunal europeo a modo del de Nuremberg para juzgar estos crímenes horrendos.

Se deduce que esta acción no se llevó a cabo debido a que Stalin contribuyó a la derrota de Hitler y lo que hizo este tirano y el holocausto sobre los judíos se descubrió en tiempo real y, más tarde, no era correcto políticamente reconocer que un genocida había vencido a otro.

Después la izquierda podía haber elegido el camino de la reflexión pero se envalentonó y mantuvo con arrogancia que cualquier crítica contra el bolchevismo aumentaba el poder de la burguesía imperante y del capital sin pensar que en la actualidad tanto rusos como chinos abrazarían el consumismo y el comercio ‘on line’ más extremo.

Y además contemplamos estupefactos como surgen malas copias del comunismo staliniano ante el papanatismo de la ultraizquierda española y parte de la izquierda caviar.

Sería un notable avance lograr que los integrantes de la izquierda en el poder hicieran ese acto de contrición y evolución dialéctica que tanto necesita España para conseguir una estabilidad permanente y administrar el progreso sin sobresaltos y enfrentamientos, desterrando el victimismo.
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