Juanmaría G. Campal: "La sensibilidad no es del autor, te la regala el lugar"

El poeta, columnista y escritor ovetense afincado en León regresa a la escena literaria con su nueva obra poética, ‘Pliegos del Sur en renglones cortos’, que este jueves presenta en Botines

Joaquín Revuelta
20/09/2018
 Actualizado a 12/09/2019
El escritor y columnista Juanmaría G. Campal.
El escritor y columnista Juanmaría G. Campal.
El poeta, columnista y escritor ovetense afincado en León, Juanmaría G. Campal, presenta este jueves a las 20:00 horas en el Museo Gaudí Casa Botines su nueva obra poética que se aleja de su anterior publicación, ‘Cuadernos deshojados’, en la que reunía una selección de artículos de opinión publicados entre los años 2007 y 2015.

‘Pliegos del Sur en renglones cortos’, que ha publicado la editorial independiente asturiana Piediciones, comienza con unas breves palabras introductorias del propio autor que ponen en antecedentes al lector del sentido de esta nueva publicación: «Durante años la vida me regaló el privilegio –ni suerte ni derecho– de habitar algunas semanas, ya no en Granada, sino en el Carmen de la Victoria de su Universidad. (...) Aquí va lo en él sentido, escuchado al silencio y escrito durante mis dos últimas estancias».

Ubicado sobre el antiguo Convento de la Victoria, la Universidad de Granada lo adquirió y remodeló a mediados de la década de los cuarenta para dedicarlo a residencia universitaria, «primero para estudiantes marroquíes al estar enfrente del Instituto de Estudios Islámicos y más tarde como residencia de invitados de la propia universidad», recuerda Campal, que acudió por primera vez a este enclave privilegiado frente a la Alhambra en el verano del 2002, entonces en compañía de su hija, y desde entonces no ha faltado a la cita a excepción de este 2018. «La primera vez fui con mi hija y disfrutamos del Carmen, pero disfrutamos sobre todo de la ciudad de Granada y no ‘enraicé’, por así decirlo, en este lugar. A partir de ese año, que también fue un año mi hija conmigo, ella salía y yo permanecía en el recinto. De hecho, yo solo salía por la mañana a pasear por el Sacromonte o el Albaicín con el fresco y por la noche a escuchar flamenco. El resto del día lo pasaba dentro delCarmen porque tenía unas condiciones idóneas para leer y escribir, y estar tranquilo», reconoce Campal, cuyas primeras estancias duraban una semana, ampliándolas en los últimos años a quince días.

De este lugar ‘mágico’, el columnista y escritor destaca su ubicación frente a la Alhambra, que proporciona vistas maravillosas de sus jardines, de la musicalidad del agua que transmite sus pequeñas fuentes, y de una quietud absoluta, «pues aunque hay más residentes, una vez que desayunan la mayoría marchan a hacer lo que tú hiciste otros años, que es turismo y acercarse a la playa o a conocer la ciudad, cosa que tú ya conoces, y te quedas solo con los compañeros que llevan la recepción y los que trabajan en la cocina. Algún visitante por las tardes, pero el resto del tiempo los jardines y yo», sostiene este autodidacta, impenitente lector e «incurable aprendiz de escribidor», como gusta definirse, al no reconocerse poeta, sino «escribidor de renglones cortos».

Juanmaría G. Campal reconoce que los dos últimos años de estancia en el Carmen de la Victoria son los que se reflejan en el libro, consciente de que se iba a jubilar y que de alguna manera iba a dejar de disfrutar de ese privilegio. «Los apuntes y primeros borradores tomados durante mis dos últimas estancias en el Carmen de la Victoria fueron corregidos ya en León, hasta dejarlos a mi gusto, pero esencialmente los poemas fueron escritos allí», señala Campal, que en ningún momento se planteó que el libro tuviera otro lenguaje que no fuera el poético. «No me lo había planteado de otra manera porque son casi sensaciones de lo que allí iba percibiendo cada día, que quería guardar porque para mí, de alguna forma, eran como un tesoro», asegura.

El escritor asturiano está convencido de que ‘Pliegos del Sur’ está impregnado no tanto de la sensibilidad del autor como de la sensibilidad que regala este enclave tan especial. «Para explicar mi estancia en el Carmen de la Victoria me gusta utilizar el término ‘retiro’, pues en realidad me sentía alejado del mundanal ruido, disfrutando de la música del agua, de la visión de la Alhambra y estando allí anónimamente. Casi formando parte del paisaje».

Desde el punto de vista editorial, Campal reconoce que propuso la publicación de ‘Pliegos del Sur en renglones cortos’ a pequeñas editoriales de Granada, pero ni se molestaron en contestar. «Lo de la educación entre las editoriales, ya lo dije más de una vez, deja mucho que desear». Algo que por suerte no ha sucedido en el caso de la editorial asturiana Piediciones, que enseguida contestó y dio luz verde a la publicación de este poemario cuyo lanzamiento inicial es de 250 ejemplares y que este jueves se presenta a las 20:00 horas en el Museo Gaudí Casa Botines, donde el autor estará acompañado por el joven poeta Aaron A. Alonso y por la editora Puri Sánchez. «Es poesía y sobre todo soy Juan Campal, lo que quiere decir que ya me parecen muchos ejemplares», sostiene el autor, que sobre Aaron A. Alonso, que le acompañará en la mesa, comenta que es un jovencísimo poeta leonés al que conoció, junto a otras dos jóvenes poetas, en el Ateneo Varillas en un encuentro que mantuvo con Antonio Merayo y Rafael Saravia. «Me gustaba la idea de que me leyera alguien con una mirada joven y fresca. Sé que el contenido del libro puede parecer un tanto espiritual o de alguien ya entrado en años y por eso quería saber la opinión de un lector absolutamente joven», señala Campal, que ya está trabajando en un nuevo libro sobre un año en la vida de un hombre y que va a estar estructurado en 365 párrafos de 64 palabras «porque es el año 64 del protagonista». No le gusta calificarlo como «un juego» pero confiesa que se lo está pasando muy bien. «Cuando logras cuadrar un párrafo que más o menos me gusta me provoca la misma sensación que cuando consigo cuadrar el artículo de los miércoles a 2.500 caracteres. Medalla y beso», sonríe este escritor al que le agrada escribir por la mañana muy temprano y que no echa de menos la universidad, a la que estuvo ligado muchos años. «No la echo de menos. Creo que fue una suerte y un privilegio trabajar en ella, pero la verdad es que desde el día que decidí jubilarme, quizá por salud mental, porque no entiendo esas posiciones de la gente que sigue echando de menos el trabajo, es tanto lo que me da la jubilación, que es disponer de tiempo, que no echo de menos mi anterior trabajo», comenta.

Tras la presentación de ‘Pliegos del Sur’ en León, la idea es llevarlo a Gijón y Avilés, en este último caso –reconoce Campal– «por motivos sentimentales al ser el pueblo de mis padres», y tampoco descarta hacer una presentación de su obra en Granada. Campal confiesa que su hija, con la que descubrió en 2002 el Carmen de la Victoria y al que acompañó en dos ocasiones, todavía no ha leído el libro.
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