17/05/2019
 Actualizado a 19/09/2019
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Nunca he tenido demasiados ídolos, seguramente porque solo me gusta a admirar a aquellos que no tienen el reconocimiento masivo de la sociedad. Los ídolos suelen ser por lo general personas inaccesibles, que dan la sensación de vivir en una burbuja a la que el resto de mortales no tenemos acceso. Sin embargo, un ídolo no deja de ser alguien a quien admiras y a mi siempre me ha gustado hacerlo con gente cercana.

Es por eso que Juanín siempre ha sido uno de esos pocos ídolos que he tenido. Recuerdo ser un chavalín y que apareciera por la puerta del colegio ni siquiera recuerdo para qué. Yo apenas iba a ver al Ademar más que en ocasiones señaladas, apenas conocía a ningún jugador de sus plantillas, pero claro que sabía quien era Juanín. Cómo no iba a saberlo.

Ser de una tierra como esta, en la que los deportistas que destacan a nivel nacional e incluso internacional se cuentan con los dedos de una mano, hizo más fuerte ese sentimiento. Verle marcando goles con la camiseta de España o levantando títulos con el Barça me parecía algo imposible para alguien de aquí, de alguien a quien había visto en el patio de mi colegio.

Después pasé a poder entrevistarle, a contar sus virguerías desde el extremo. Otra cosa tachada de la lista. Ojalá no le pase factura ser un ídolo cercano. Ojalá tenga en casa el reconocimiento que merece quien nos hizo creer que un chaval de aquí puede ser el más grande en lo suyo.
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