José Porcel: "Necesitaba sentirme un poquito libre y vulnerable"

El artista sevillano acude el próximo domingo por primera vez al Auditorio de León con su espectáculo más íntimo y personal

Joaquín Revuelta
17/09/2019
 Actualizado a 19/09/2019
El bailaor y coreógrafo sevillano en un momento del espectáculo 'Porcel', que el domingo estrena en el Auditorio. | BEATRIX MEXI MOLNAR
El bailaor y coreógrafo sevillano en un momento del espectáculo 'Porcel', que el domingo estrena en el Auditorio. | BEATRIX MEXI MOLNAR
El bailaor y coreógrafo sevillano José Porcel debuta en la capital leonesa, después de 25 años de profesión formando parte en sus inicios del elenco artístico del Ballet Nacional de España y más tarde de las compañías de Rafael Aguilar y Antonio Márquez hasta la formación de su propio ballet flamenco, con un espectáculo en solitario que supone todo un reto en su larga trayectoria profesional, un espectáculo íntimo y personal en el que el artista se entrega a su arte sin salir en ningún momento de escena, «sin efectismos y dotado de toda la verdad que siento», un montaje con denominación de origen que el próximo domingo se representa a partir de las 19:00 horas sobre el escenario del Auditorio Ciudad de León con entradas a 18 euros la platea y 15 euros el anfiteatro.

– En sus más de tres décadas de profesión no se ha dado la oportunidad de actuar en la capital leonesa. ¿Qué sensaciones le provoca cuando se enfrenta a audiencias en este caso inéditas?
– Pues, la verdad, es de ilusión por una ciudad importante en España como es León, que en mis 32 años de profesional no he tenido todavía ocasión de visitar a pesar de haber recorrido todo el país con el Ballet Nacional de España. León me faltaba y la verdad es que llegar con mi compañía me provoca una gran ilusión, sobre todo porque tengo familia en León por parte de mi mujer. De hecho, esta actuación viene un poco ligada a esta circunstancia. Me preguntaban que cuándo iba a ir y lo cierto es que movimos los hilos y se ha podido producir. La verdad es que estoy muy contento de tener la oportunidad de presentarme ante el público leonés y más en un escenario como el Auditorio.

–¿Qué sabe del recinto dónde este domingo va a tener lugar la actuación?–La verdad es que es un espacio con una acústica increíble para desarrollar cualquier arte escénica, dado la capacidad que tiene el recinto, cómo está dotado técnicamente.Sin duda es un lugar para hacer una representación de alto nivel.–¿Qué se va a encontrar el público leonés en este espectáculo que ignoro si lleva un tiempo itinerando por otros puntos de la geografía nacional y que desde el propio título, ‘Porcel’, indica que se trata probablemente de su proyecto más íntimo y personal? –Se trata de la última producción que hemos hecho, que acaba de regresar de Tel Aviv, donde hicimos dos funciones con el teatro lleno. ‘Porcel’ es el primer espectáculo que decidí hacer en solitario. La compañía acaba de cumplir 20 años y siempre ha contado para sus montajes con un nutrido elenco de bailaores y músicos sobre el escenario. Esta vez he querido hacer un espectáculo más íntimo, pues tan solo van cuatro músicos conmigo y se desarrolla todo en la escena. Lo dirige Rubén Olmo, que recientemente ha sido nombrado director del Ballet Nacional de España, y como te digo es un espectáculo muy personal. Te puedo asegurar que en mi carrera es uno de los que más me están marcando personalmente. Es un espectáculo de danza flamenca, de toque de guitarra flamenca y de cante flamenco. Se desarrolla muchísima verdad, se desarrolla una energía y, ya te digo, un trabajo exquisito capaz de llegar al cien por cien al espectador, y que cuando lo ve su reacción es la de haber asistido a un espectáculo en el que los artistas se han dejado la piel sobre el escenario.–¿‘Porcel’ es el tipo de espectáculo que necesitaba realizar en este momento de su trayectoria profesional?–Sí, totalmente. Necesitaba un poquito soltar de mi interior hacia fuera, expresarme, soltar todo ese aplomo que he adquirido con los años. Pienso que todo artista necesita hacerlo en un momento determinado de su carrera. En mi caso necesitaba sentirme un poquito libre, vulnerable, imperfecto, olvidándome de la técnica, dejándome llevar. Date cuenta que el espectáculo ‘Porcel’ en su 60% va totalmente improvisado en escena. El 40% restante lleva un esquema de principio a fin con una dirección escénica.Eso me da mucha libertad a la expresión.–¿El espectáculo que presenta este domingo en León supone igualmente una manera propia de acomodar el lenguaje del flamenco a los nuevos tiempos y llegar a otro público?–Así es. El mercado teatral está pidiendo ya espectáculos más escénicos. Antiguamente ponías a los músicos detrás y tú bailabas. Eso ya no vale. Ahora tienes que desarrollar un argumento o una pieza escénica que lleve un guión capaz de cautivar al público de principio a fin. Y por eso estamos recurriendo desde hace diez años para acá al director de escena, y se recurre un poquito más a las coreografías... Y este espectáculo, aunque no tiene mucha escenografía, sí que cuenta con una dirección de Rubén Olmo, todo él está muy cuidado y se mueve por fases de estados anímicos de la persona que se encuentra en escena, en este caso yo. –El hecho de titularse ‘Porcel’, que es su apellido, implica que se trata de su proyecto más personal hasta la fecha. ¿Cual sería el ‘leit movit’ del montaje, qué es lo que ha querido expresar ?
–Se intenta de verdad expresar y comunicar en forma de arte lo que siente uno en su interior de una manera muy verdadera. El público cuando va a un teatro lo que quiere es sentirse lleno. Y este es un espectáculo que, desde los técnicos de luces y de sonido, el guitarrista, el cantaor, el percusionista y un servidor, está todo conectado para que entre todos saquemos al exterior toda esa energía y esa verdad. Ten en cuenta que yo estoy en escena una hora y veinte minutos sin salir de ella, lo que conlleva un trabajo, una preparación tanto física como psicológica, muy especial para ese espectáculo. Una semana antes de cada espectáculo de ‘Porcel’ tengo que estar preparándome, cuidando la alimentación, etc. Cada función exige tanta entrega que a mí me deja totalmente exhausto. Pero es lo que el público se lleva, toda esa energía y toda esa verdad.

–En la ficha técnica del espectáculo figuran cuatro responsables de la coreografía, entre otros Antonio Canales y usted mismo. ¿Cómo ha sido su relación profesional con Canales?
–A Canales lo conozco de mi etapa de bailarín en el Ballet Nacional de Espapa en 1996-97. Una vez que formo mi propia compañía en 2001 lo llamo como coreógrafo y hace dos años hicimos el espectáculo ‘Encuentro’, que era como encontrarnos los dos otra vez pero ya compartiendo escenario. El espectáculo giró durante dos años por España y la verdad es que trabajar con el maestro ha sido maravilloso, es algo que me voy a llevar a mi tumba profesional. Poder decir que he estado con él en escena me ha llenado y me ha hecho aprender muchísimo, y, la verdad, experimentas unas sensaciones cuando este ‘monstruo’ te mira que es increíble. Para ‘Porcel le pedí que me asesorara en una coreografía que me faltaba. También figura Rubén Olmo, que ha montado el zapateado del principio del espectáculo; Alfonso Losa, que ha montado el tiento, y el resto de los números que he montado yo mismo. Desde que tengo compañía nunca me ha gustado ser coreógrafo de la totalidad del espectáculo. Prefiero la aportación de otros coreógrafos porque se enriquece la compañía. No me gusta que el sello de danza sea igual, sino que cada año sea diferente, que vayas adaptándote a la técnica y a cómo se están haciendo los espectáculos, pues esto va cambiando como todo, esto evoluciona a un ritmo trepidante.

–¿Qué sensación percibe cuando le toca actuar en provincias que no tienen una larga tradición de flamenco o también fuera de España, en países cuyo público no está en principio muy familiarizado con este arte?
–Lo que puedo decirte al respecto es que las muchas veces que hemos actuado en el norte español la reacción del público ha sido la misma que en el sur del país. El público se emociona de una manera que al artista le ayuda muchísimo a la hora de trabajar. El flamenco fuera de España no te puedes imaginar la locura que provoca tanto en Japón como en Estados Unidos, en Alemania, en China... es algo sorprendente. Recientemente hemos estado en Israel, en concreto la semana pasada en Tel Aviv, y la gente espera para hacerse fotos contigo, la gente te trae flores, es algo maravilloso. Te hace sentir artista. En este sentido tengo que decir que en España la cultura está muy frenada, está a años luz del resto de la Unión Europea. No soy yo el único que lo digo, lo dicen todos los artistas. Estamos muy parados. Sales fuera y es una maravilla cómo tratan al profesional. Y lógicamente eso se nota a la hora de ejecutar tu trabajo.
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