José María Merino presenta 'A través del Quijote' en Sierra Pambley

El autor reconoce a la obra como "inclasificable" con cuentos y relatos con el personaje de Cervantes como hilo conductor

Fulgencio Fernández
22/11/2019
 Actualizado a 22/11/2019
La obra y su autor, José María Merino. | L.N.C.
La obra y su autor, José María Merino. | L.N.C.
"Por esas cosas de la vida en una de las relecturas de El Quijote me dio por pensar que podría hacer algo con esta gran obra de nuestra literatura. Y he pasado bastantes años trabajando en este libro que hoy presento en León, 'A través del Quijote', para el que la editorial más adecuada tenía que ser Reino de Cordelia".

- ¿Porqué?
- Porque está Jesús Egido detrás, que cuida los libros como pocos y como éste casi exigía que llevara ilustraciones... pues era el lugar adecuado.

Y en la editorial más adecuada —y el producto final le da la razón— publicó José María Merino esta última obra suya, A través del Quijote, que hoy presenta muy bien arropado, por la profesora Natalia Álvarez y el crítico literario Nicolás Miñambres.

Vaya por delante que el propio autor, el también académico José María Merino, reconoce que se trata de un libro "inclasificable", por el que desfilan cuentos, relatos cortos, incluso hiperbreves, reflexiones.... "a los que siempre marca el camino El Quijote".

De hecho José María Merino en su libro, de 408 páginas con 121 ilustraciones, "sigue capítulo a capitulo el orden de los capítulos de los dos volúmenes de El Quijote de Cervantes, introduciendo después del primer volumen los del Quijote de Avellanada, que me parecía fundamental para entender mucho mejor la obra pues su publicación fue la que impulsó a Cervantes a escribir la segunda parte".

Y así, sumando los quijotes de Cervantes y Avellaneda y las aportaciones del escritor leonés llegamos a 'A través del Quijote', por el que con los personajes quijotescos viven otros del mundo creativo de José María Merino; como su alter ego literario el profesor Souto y su mujer Celina, la profesora; o el gran patriarca de las letras leonesas, Sabino Ordás, del que nada se sabía desde hace un par de años cuando la Universidad le dedicó unas jornadas y suponíamos en su retiro de Ardón. "Souto y su mujer Celina viajan hasta la Mancha para acudir a un congreso sobre Don Quijote y en el que participa Sabino Ordás, lo que me permite que caminen de la mano personajes quijotescos y otros míos, como los ya citados y otros como Martín de Riquer o Francisco Rico".

A la pregunta de si cree Merino que su obra puede conducir a los lectores a las páginas del Quijote es sincero al decir que "ojalá... pero no creo que quien no haya leído El Quijote vaya a leer mi libro"; y reflexiona sobre su relación con la obra de Cervantes, convencido de que hay que leerla "a su debido tiempo; cuando ya tengas sentido de la melancolía, conocer un modo de contar propio del libro, entender la sorna que encierra; es fundamental para ver cómo evolucionan los personajes". 

Y recuerda cómo fue su acercamiento a la obra. "Mi padre era un gran lector del Quijote —recuerdo que tenía una edición ilustrada por Daniel Urrabieta Vierge— y yo no lo podía entender, simplemente por las cosas que me contaba pues me hablaba de un héroe pero muy curioso, un perdedor, le pasaba de todo, le pegaban, le apalean ¿qué héroe podía ser?". Por eso apuesta por una lectura en el momento adecuado, cuando ya entiendas que se puede ganar o perder, cuando entiendas 'la sorna' que encierra "que Sancho Panza fuera un tonto que no era nada tonto; que Don Quijote era un loco muchas veces muy cuerdo".

Y, explica Merino, "te das cuenta que ya llevabas mucho tiempo acercándote al mundo del Quijote pues muchas de las obras que había ido leyendo son de ambiente plenamente quijotesco; obras como 'La vuelta al mundo en 80 días', 'Las aventuras de Huckleberry Finn' o 'La hija del Capitán', hasta el punto de que al leer El Quijote tuve la sensación de que ya lo había leído a través de novelas como las que he citado".

Hablaba Merino del Quijote ilustrado que leía una y otra vez su padre y él siempre pensó en un libro con ilustraciones y en Jesús Egido... "Pero Jesús ya me advirtió, ¿querías ilustraciones? pues las vas a tener"; y así seleccionó más de cien, desde grandes clásicos como Gustav Doré a contemporáneos, como el leonés Miguel Ángel Martín, Goya, Apeles Mestres, Antonio Mingote... del siglo XVII al XXI.
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