José Ignacio García: "Tal vez ya voy necesitando dar el salto a la novela"

El autor donostiarra afincado en Valladolid presenta este jueves en el Ateneo Cultural El Albéitar ‘La memoria de los crisantemos’, que recopila algunos de los cuentos navideños escritos a lo largo de los últimos 25 años e incorpora algunos nuevos para celebrar sus bodas de plata narrativas

Joaquín Revuelta
23/11/2022
 Actualizado a 23/11/2022
El escritor y crítico literario José Ignacio García. | JUAN CARLOS GONZÁLEZ MUÑOZ
El escritor y crítico literario José Ignacio García. | JUAN CARLOS GONZÁLEZ MUÑOZ
Aunque reconoce encontrarse un tanto agobiado por el estrés de estos últimos días, José Ignacio García asegura sentirse feliz tras la presentación de su último libro ‘La memoria de los crisantemos’ (Castilla Ediciones) en el pueblo de Portillo, donde vivió antes de fijar su residencia en Pozal de Gallinas, pequeña población de Valladolid. León será la tercera parada de su gira de presentación de este libro de cuentos con el que celebra sus bodas de plata narrativas. La cita será este jueves a las 19:00 horas en el Ateneo Cultural El Albéitar, donde estará acompañado por el escritor y editor Gregorio Fernández Castañón.

– ¿Cómo vive este periodo de promoción de una obra a la que ha dedicado tiempo y esfuerzo y que a partir de este momento va a estar expuesta a la opinión de los lectores?
– Lo vives con miedo y expectación. Por un lado estás deseando llegar a algún sitio y esperas y deseas que haya mucha gente que vaya a verte, pero a lo mejor te encuentras a cuatro personas viéndote, que eso es bastante frecuente incluso en escritores de primerísimo orden. Hasta la fecha he presentado el libro en Palencia y en Portillo, y la verdad es que ha tenido una buena acogida. Lo que sí estoy intentando es que cada presentación sea una fiesta, por lo que tiene el libro de celebración de mis 25 años de carrera. En unos casos digamos será una fiesta más íntima, porque seamos menos para celebrarlo, y en otros, como en el caso del pasado domingo en Portillo, pues será una fiesta multitudinaria.

– Tengo entendido que ‘La memoria de los crisantemos’ fue en realidad un encargo del editor, pues se encontraba en pleno proceso de escritura de una novela cuando le llegó la propuesta. ¿Cómo se lo tomó y no sé si ese paréntesis obligado ha podido resultar perjudicial para la novela? – Más que un encargo yo me lo tomé como un regalo. El día 3 o 4 de agosto me llamó José Antonio Rodríguez Lozano, de Castilla Ediciones, con el que colaboré hace un par de años en la antología ‘Cuentos pendientes’ y ahora coordino una colección de narrativa, para decirme que quería que en esa colección hubiera un libro mío. Yo le dije que estaba escribiendo una novela y que no estaba para despistarme con otras cosas. Él insistió recordándome que tenía mucha obra de temática navideña publicada y la verdad es que para mí fue una sorpresa descubrir que tenía más cuentos de los que yo era capaz de recordar. Por eso la selección no fue tarea fácil, porque muchos de esos relatos, por unas u otras razones, había que adaptarlos y luego te das cuenta de que por más que te lo planteen como un libro recopilatorio, y sobre todo pensando en los lectores habituales que me siguen desde hace tiempo, había que incluir algo de, como dicen en mi pueblo, ‘marisco fresco’, y más viniendo las navidades. Entonces al final hay también un buen número de cuentos que son inéditos y que he escrito además en estos dos meses, entre agosto y octubre. Por lo que se refiere a la novela, es verdad que desde el mes de julio hasta ahora y con lo que me queda por delante de promoción de ‘La memoria de los crisantemos’, es posible que hasta el año que viene no la pueda retomar, y me da pena porque nos estábamos haciendo muy amigos la novela y yo, empezábamos a llevarnos bien y me veo obligado a tener que interrumpir unos meses esa relación.– Por lo que me dice todo el material inédito que aparece en el libro ha sido escrito exprofeso para esta edición. ¿No contaba con relatos anteriores que no hubieran sido publicados? – De los 25 relatos de que consta el libro hay seis en concreto que he escrito exprofeso para esta edición. Entre ellos, el que abre y el que cierra la publicación, que son de los de mayor extensión y que por los comentarios que me llegan de la gente que ya ha leído el libro están llamando mucho la atención, porque son dos relatos en los que he querido plasmar una serie de cosas en torno a la amistad, el amor, la soledad, los fantasmas personales, y en el caso del último cuento hay un homenaje a los escritores que se mueren y que nos privan tanto de su vida como de los personajes que ellos han creado. – Me imagino que revisando sus antiguos cuentos y haciendo una comparación con los actuales habrá notado la evolución que ha experimentado a lo largo de estos veinticinco años.– El cuento más antiguo que hay en el libro, que tiene casi veinticinco años porque es de los primeros que escribí, es verdad que lo he retocado un poco, pero ese cuento a la gente le sigue gustado, como pude comprobar en Portillo. En general la gente no nota mucha diferencia a nivel de calidad entre los primeros relatos y los últimos. Pero yo sí que aprecio diferencias en varios aspectos. Al principio era como más relator de historias en las que refería ambientes, situaciones, pero no me metía digamos tan de lleno en la trama, en la vida de los protagonistas, eludía mucho el uso de los diálogos, no sé si porque no sabía hacerlos o porque no me sentía cómodo con ellos. Sin embargo en los últimos relatos hay mucho más conflicto, hay más acción, hay mucho más cuerpo a cuerpo entre los personajes, hay mucho más diálogo. Pienso que mi manera de escribir con el paso de los años ha cambiado y cada día me cuesta más escribir relatos porque tal vez ya voy necesitando dar el salto a la novela. Y aunque la novela y el cuento tienen en algunos casos características similares, los mecanismos de construcción de ambos no tienen nada que ver. – Cualquier creación literaria se nutre de recuerdos y vivencias personales, de fantasía e imaginación, y no en menor medida de las lecturas. Como crítico literario que es, ¿piensa que esas lecturas han ejercido mayor influencia en su creación literaria?
– Yo creo que es un poco todo. En este libro están obviamente todos los elementos imprescindibles de la Navidad: la magia, la emoción, la expectación, el amor, los desengaños, la soledad, la tristeza. Hay gente que me dice que hay cuentos muy canallas en el libro, pero también en Navidad se separan las parejas y se pegan los cuñados. El título del libro ya sugiere el peso que tiene la memoria, porque la memoria es fundamental y los escritores cuanto más escribimos y menos ideas tenemos, porque las vamos gastando, más tenemos que tirar de memoria, más tenemos que tirar de las relaciones que tenemos con otras personas, de lo que nos cuentan, de lo que vemos por ahí. Lo de leer tanto y a tanta gente que escribe tan bien yo creo que es un elemento de absorción involuntaria. Si de la memoria, de la imaginación o la creatividad tiras de forma consciente, de lo que vas aprendiendo de otros escritores, de rasgos o gestos que ellos utilizan, supongo que es algo que tú no copias, no pretendes utilizar esos recursos, esos argumentos, pero sin querer siempre se van quedando cosas.

– Hablando de otros autores, el azar ha querido que su libro coincida en el tiempo con el de un autor al que me consta que admira profundamente, que es Pablo Andrés Escapa, que acaba de publicar ‘Herencias del invierno. Cuentos de Navidad’ (Páginas de espuma). ¿Cómo ve esa coincidencia?
– A mí me parece maravilloso. Pablo tiene una trayectoria que para mi quisiera, pero sin pretender ser petulante yo voy notando que de alguna manera se me va reconociendo cada vez más como escritor. La labor de crítico ha ayudado mucho a que a mí se me valore más como escritor. Se está valorando mi prosa a través de mis reseñas. Para Castilla y León que dos escritores de la comunidad, Pablo Andrés Escapa ante todo y yo a otro nivel, hayamos reunido lo mejor de nuestra creación navideña y lo hayamos publicado ahora, me parece que es una excelente noticia para la literatura, para la comunidad y para la Navidad. Del libro de Pablo ya tuve constancia en primavera. Es un autor al que admiro mucho y es un libro que cuenta con una edición exquisita de Páginas de espuma. Ten en cuenta que Pablo Andrés Escapa está considerado y con mucha razón el mejor escritor de literatura navideña de España y en los primeros años de ‘Contamos la Navidad’ tuvimos el privilegio de contar con su participación.

– El libro de Pablo cuenta con una portada navideña muy acorde al periodo, pero la suya se sale del guion.
– La portada tiene que ver con el título del libro, que es también el del último cuento. Hace muchos años yo escuché una conversación por la radio, no recuerdo muy bien si era Bioy Casares o Bryce Echenique, que hablaba de los crisantemos de la desesperación como esas ideas que plasmaba sobre el papel y cuando no salía lo que quería se enfadaba, cogía el papel, lo estrujaba y lo tiraba a la papelera. Esa idea se quedó guardada en mi memoria y recurrí a ella para el relato que da título al libro. A Carlos Velasco, un diseñador de Valladolid, le pedí una portada al uso de ambiente navideño, pero después de leer el relato que da título al libro se le ocurrió esta portada inspirada en la desesperación de los crisantemos y donde el elemento navideño viene dado por la incorporación de una bola roja.

– No sé si su implicación en este libro ha afectado de alguna manera al proyecto editorial ‘Contamos la Navidad’ y si este año vamos a poder contar con un nuevo libro de cuentos.
– Este año si habrá una nueva entrega de ‘Contamos la Navidad’, pero sí es verdad que este libro ha hecho que no prestara toda mi atención al proyecto. Pero habrá libro y presentación en León, como no puede ser de otra manera partiendo de Impresión Punto y Seguido. Pero sí es verdad que este año con ‘Contamos la Navidad’ ha habido un problema que más que porque yo me haya despistado tiene que ver con la situación global que estamos viviendo. En ‘Contamos la Navidad’ vivimos de nuestros patrocinadores y de nuestros promotores. Y este año hemos perdido dos patrocinadores fortísimos, además en León, que solamente con ellos el proyecto ya era viable, por lo que ha habido que reinventarse y buscar patrocinadores nuevos más pequeños, hasta el punto de que el proyecto ha estado a punto de no salir.

– La presentación en León de ‘La memoria de los crisantemos’ tendrá lugar este jueves en el espacio expositivo del Ateneo Cultural El Albéitar, donde estará acompañado por una persona a la que tiene un especial aprecio, como es el escritor y editor Gregorio Fernández Castañón, que tuvo a bien distinguir el proyecto cultural ‘Contamos la Navidad’ con el Premio ‘La Armonía de las Letras’ en 2015. Supongo que para usted tendrá un significado muy especial.
– Como tú sabes yo empecé a escribir en los años que viví en León, tengo infinidad de amigos leoneses, adoro y admiro a Tomás Sánchez Santiago, José Luis Puerto, que me ayudó en mis comienzos, Avelino Fierro, Alberto Rodríguez Torices. Podría decir muchos nombres más porque en León levantas una piedra y salen doscientos escritores buenos. Tengo muchísimos amigos escritores en León pero probablemente yo no seguiría siendo escritor sin Gregorio Fernández Castañón. Yo escribí dos libros que tuvieron cierto éxito hace muchos años. Después de aquello tuve una ruptura matrimonial que hizo que tuviera de irme de donde vivía, separarme de mi ambiente, de mi entorno, de mis amigos, tener que empezar de cero en otro lugar diferente, sufrí una depresión terrible y estuve como unos cuatro o cinco años sin escribir. Y un día casualmente paseando por Portillo encontré a una pareja que resultaron ser Gregorio y su mujer Esther. Les invité a mi casa y yo tenía unas cuartillas encima de la mesa de mi biblioteca que Gregorio leyó y me planteó el reto de escribir lo que fue la novela ‘Mi vida, a tu nombre’, publicada en la colección de Camparredonda. Él de alguna manera me motivó para continuar escribiendo. Pero es que en 2015 cuando ‘Contamos la Navidad’ estaba a punto de desaparecer, Gregorio Fernández Castañón me llamó una noche pare decirme que nos habían concedido el Premio ‘La Armonía de las Letras’. Gregorio ha sido como una espoleta que en momentos de mi vida en los que yo no daba ni un duro por mi continuidad literaria se las ingenió para revitalizarme y para que yo pudiera seguir siendo un escritor.
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