Jorge Martí: "La música ha sido una forma de pelear contra el destino"

La Habitación Roja regresa a León después de protagonizar su cantante y compositor un documental que revela su faceta más humana y solidaria

Joaquín Revuelta
31/10/2018
 Actualizado a 17/09/2019
La banda valenciana La Habitación Roja presenta este miércoles en un concierto en El Gran Café los temas del disco ‘Memoria’. | JORDI SANTOS
La banda valenciana La Habitación Roja presenta este miércoles en un concierto en El Gran Café los temas del disco ‘Memoria’. | JORDI SANTOS
La banda valenciana La Habitación Roja regresa este miércoles a León dentro del programa ‘Escenarios Mahou’ que transcurre en salas de conciertos y que en el caso de León tiene como escenario El Gran Café, donde la formación liderada por Jorge Martí presentará a partir de las 21:30 horas, con las entradas agotadas desde hace ya varias semanas, los temas de su undécimo álbum titulado ‘Memoria’, con el que mañana jueves acudirá igualmente a la sala Attica de Ponferrada en un concierto que dará comienzo a las 22:00 horas.

La nueva cita leonesa de La Habitación Roja tiene desde el punto de vista informativo un carácter especial tras el estreno en el marco del festival de cine In-Edit del documental ‘In the Middle of Norway’, de la realizadora española afincada en Suecia, Mia P. Salazar, en el que se muestra la faceta hasta ahora desconocida y más solidaria de Jorge Martí, que desde hace una década trabaja en Noruega con enfermos de Alzheimer, a la vez que cuida de su mujer, Ingrid, aquejada de Síndrome de Fatiga Crónica, una enfermedad incurable que padecen en todo el mundo entre 15 y 30 millones de personas. Martí sonríe cuando le pregunto si han sido muchos los medios de comunicación que le han llamado a raíz de hacerse pública esa nueva faceta de su vida tan alejada del mundo de la música. «La verdad es que es sorprendente porque el documental lo han hecho dos personas (la realizadora Mia P. Salazar y el operador de cámara Georg Bungard) que no han contado con ningún tipo de apoyo y donde tampoco ha existido ninguna campaña de prensa previa al estreno. Yo les conocí en Barcelona haciendo un vídeo de La Habitación Roja para el diario El País. Ella era músico también y vivió muy de cerca la enfermedad y muerte de su padre. Después decidió establecerse se junto con Georg en Estocolmo, donde se dedican a la realización de documentales sobre gente que ellos creen singular. A Mia le pareció mi vida singular –creo que tiene razón– y terminó convenciéndome de que protagonizara uno de sus perfiles humanos. Se suponía que al principio iba a ser una pieza de 15 minutos para su currículum, pero terminó derivando en un documental que ha sido un trabajo de casi tres años que han hecho en sus ratos libres y en sus vacaciones y donde yo les iba contando todo mi periplo en Noruega desde hace diez años», comenta Martí, un tanto sorprendido de la repercusión que en los medios ha tenido ‘In the Middle of Norway’.

Jorge Martí reconoce que le surgieron dudas a la hora de aceptar la propuesta de Mia y Georg, pero matiza que no tanto por la banda como por la manera en que su decisión podía afectar a la intimidad de su mujer y a la de su entorno más cercano. «Siempre es un tanto arriesgado abrir tu vida, tus sentimientos, tu casa, a una cámara. Pero la verdad es que ha sido bastante natural. No lo recuerdo de manera traumática. Sí que ahora me da cierto vértigo. Entiendo que llama la atención, pero yo llevo viviendo esa dualidad desde hace muchos años. Prácticamente desde que empezó la banda he estado yendo y viniendo a Noruega, pero hace diez años enfermó mi mujer y eso me ha cambiado la vida». Esa dualidad se ha acentuado desde que decide trabajar en un centro de enfermos de Alzheimer en Molde, un pequeño pueblo de la Noruega interior, en parte para poder costear el caro tratamiento que sigue su mujer. «El hecho de trabajar con enfermos también hace que tu vida se vuelva más dual si cabe, más polarizada», confiesa Martí, a quien en Noruega tampoco se le conoce por ser el líder de una banda de música de larga trayectoria, con once discos editados y que cuenta con multitud de premios.Preguntado de qué manera esa situación vital ha transformado y no sé si mejorado al artista, el músico valenciano asegura que siempre ha sido una persona que a través de la música ha intentado expresarse, desahogarse y de alguna manera considera que su música, sus letras y sus canciones han sido una forma de pelear contra el destino. «Eso supongo que me ha ido modelando. Al final todo lo que vives y todo lo que pasa se refleja en las canciones. Hay gente que en su arte, en sus creaciones, inventa otras realidades paralelas. Yo simplemente soy un observador de la realidad y todo lo que le pasa a la gente que quiero, a la gente que me rodea, creo que va calando en lo que hago y en lo que escribo. Al final eso se manifiesta en la música y no sé si esto me ha hecho mejor o peor, no lo sé. Yo creo que la vida es en realidad un camino en el que te van surgiendo una serie de obstáculos que tienes que sortear como buenamente puedas. No hay un plan maestro establecido. Sí que he tenido la sensación de que ha habido unos cuantos giros dramáticos en mi vida que quizás explican el por qué La Habitación Roja es como es y que Jorge Martí es como es. Simplemente uno se acepta e intenta combatirlo como puede. Yo, de todas maneras, cuando la gente me pregunta cómo es que esto sale a la luz ahora siempre digo que es porque una gente me ha preguntado y yo he contado mi historia», sostiene el líder de la banda valenciana, que le ha parecido importante hacerlo así por varias razones. «La primera es porque admiro mucho a mi mujer, que lleva diez años luchando con una enfermedad que no tiene cura, que está menospreciada y los que la padecen están bastante solos, desaparecidos del día a día. Creo que también el hecho de trabajar con enfermos de Alzheimer y demencia me ha impresionado mucho, porque yo no había tenido contacto con este tipo de pacientes y me parecía importante visibilizar todo esto. Y después, que en España ha habido unos años en que mucha gente ha tenido que irse del país a buscarse la vida y de repente cambian las circunstancias, hay un desarraigo muy grande, hay una soledad y enfrentarse a otra cultura y otro tipo de realidad que también nos parecía importante que quedara reflejado en el documental. Y en última instancia también me parecía bien desmitificar un poco el glamour que rodea al mundo de la música. Hoy en día todo el mundo vende la foto trucada, la foto bonita, el éxito, etc, y yo creo que en realidad somos seres duales, con muchas aristas, y hay un montón de cosas que no vemos. El documental simplemente deja abiertas una serie de puertas, en las que la gente ya puede pensar e interpretar».Jorge Martí se considera con fuerza y ánimo para mantenerse en esa dualidad y en esa lucha diaria que el destino le ha encomendado, si bien reconoce que en algún momento se llegó a plantear dejar la música para centrarse en el cuidado de su mujer y sus hijas. «Esto no te lo planteas a diario, pero sí cada cierto tiempo tienes la tentación. Pero esto es algo que ocurre con frecuencia, porque los músicos somos bastante ciclotímicos y manifestamos esas subidas y bajadas de ánimo. Cuando eres creador supongo que tienes ese plus de sensibilidad que hace que tanto lo bueno como lo malo te afecte de una manera a lo mejor extra. Obviamente, se me ha pasado por la cabeza dejar ambos lados de mi vida, porque ya no puedes más. Pero esto lo veo como que estás en medio del mar, hay una tormenta, te atas al mástil y piensas que esto pasará, volverá la calma y volverá a salir el sol. En realidad lo veo como parte de la vida», argumenta el músico valenciano, que reconoce que «la música me da muchas satisfacciones y el escenario siempre ha sido para mí un sitio sagrado en el cual nada te puede hacer daño. Allí todo se para y es como muy especial», destaca Martí.

En todo este maremagnum, Jorge Martí todavía saca tiempo para componer. «El documental se hizo hace bastante tiempo y después de que tuve el problema de salud he bajado un poco el ritmo. Afortunadamente en Noruega tienen una forma de funcionar en sanidad que necesitan muchos extras y tu puedes trabajar un poco a la carta. Básicamente yo intento mantener un equilibrio y si tengo muchos conciertos, muchos viajes y mucha marcha con la música pues no trabajo como cuidador. De hecho llevo desde hace seis meses sin hacerlo. También, por problemas de salud, he intentado estar más tranquilo y descansar más. Realmente para componer necesitas tener tiempo libre y una vida más contemplativa. Esto es así, porque en ese momento es cuando puedes poner en orden tus ideas y que se manifieste todo eso en canciones y en impulsos creativos. En el momento que paras es cuando sientes la llamada de la guitarra, del piano o de lo que sea, y entonces es cuando tienes la necesidad imperiosa de sacar lo que te aflige y lo que te inquieta. Ahí es cuando salen las canciones. Ahora mismo llevamos una marcha de haber estado todo el verano tocando y tenemos unos cuantos conciertos de gira también. Supongo que hasta el momento que no pare no volveré a ponerme a componer. Pero yo siempre he escrito canciones. Aprendí a tocar la guitarra porque quería escribir canciones. Era una cosa que sentía que tenía que hacer y lo vengo haciendo desde que era un chaval».
Lo más leído