Jesús Antonio Martínez Lombó: "¿Cuántas horas? Uf, años"

'Mosaicos. Tras las huellas del pasado' es una singular muestra que este viernes inauguró en el Museo de León el artesano leonés, recreaciones de algunos de los mosaicos romanos más importantes

Fulgencio Fernández
16/06/2018
 Actualizado a 16/09/2019
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Jesús Antonio Martínez Lombó siempre te está hablando de cómo se ha emocionado con algún artesano que acaba de conocer, un soplador de vidrio, un marino que dejó el mar y hace cestos, una mujer que... pero de lo suyo le cuesta mucho trabajo hablar.

- Bueno, para entretenerme; es su frase favorita para escurrir el bulto.  

Pero el tiempo nos va dejando pinceladas. Unos relatos ‘de palera y humero’, unos dibujos, la memoria de esos molinos que tan familiares le resultan de su infancia en Castrillo de las Piedras... lineas y palabras.  

- Bueno, para entretenerme.

Pero este viernes inauguró en el Museo de León una exposición que resulta imposible creer que sea mero entretenimiento. ‘Mosaicos. Tras las huellas del pasado’ recoge más de treinta mosaicos romanos o detalles de ellos, reproducidos con gran fidelidad, por más que Jesús Antonio Martínez Lombó aclare rápidamente que «aunque he tomado como modelos mosaicos romanos tanto de la provincia de León, como de España y de fuera de la península, he de resaltar que no son reproducciones exactas de los mismos, ni en cuanto a la técnica, ni en cuanto a los materiales utilizados, tonalidades o escalas empleadas». Nadie lo diría al verlos. Bien es cierto que algunos que tienen alguna ‘cicatriz’, fruto del tiempo y sus avatares, se la ha corregido como parece evidente que eran los originales. «No he tratado de hacer duplicados fieles a la realidad pues el objetivo era otro bien distinto, el de viajar al pasado y a los lugares en el que unos artesanos desarrollaron un arte pictórico con pequeñas teselas de piedra que nos muestran hoy en día sus vidas, sus dioses y sus sueños...».

Y la pretensión más clara, la que repite, es «hacer un pequeño homenaje a esos lienzos de piedra enterrados en el subsuelo leonés que esperan un día poder ver la luz, y aquellos otros, como los mosaicos desaparecidos de Campo de Villavidel a los que he tenido acceso por la publicación realizada en su día por la Universidad de León, o a los de los Villares de Quintana del Marco y de la Milla del Río que se encuentran en el Museo Arqueológico de Madrid».

Son más de treinta mosaicos que nos permiten ‘viajar’ hasta aquellos lugares en los que un día estuvieron: Quintana del Marco-los Villares y su famoso Hylas y ninfas; el mosaico de Los Pájaros de Astorga y otros seis cuadros con detalles realizados en vidrio del Mosaico del Oso y los Pájaros, también de Astorga; de Campo de Villavidel y otros de Almenara Puras, la Villa de la Olmeda, Sevilla, Tarragona y hasta la Franja de Gaza con el mosaico bizantino de la Leona de Iglesia de Kissufim-Neguev.

- ¿Cuántas horas?
- Uff. Horas. Años.

- ¿Cuántos años?
- Pues ahora llevo trece dedicado a estos y antes ya hacía un par de ellos al año.

Por los veranos acude Martínez Lombó y allí cuidadosamente va cortando los cristales, uno a uno, después, ya en su casa los pule y los va haciendo, con diversas técnica, cristal a cristal. «Para los mosaicos de la exposición he empleado pequeñas teselas de opalinas y vidrios opalescentes de unos 6-7 mm de lado adheridas a una base para luego sellar sus uniones con cemento envejecido que realce el andamento del mosaico. Las láminas de vidrio de 3-4 mm de grosor las corto con una rulina adiamantada, pasando a continuación las tiras de vidrio por una piedra para erosionar el filo del vidrio...».

Y el resultado son años. Claro.

Su mujer y una hija, presentes en la inauguración, dan de que cuando se enfrasca en sus mosaicos «el resto del mundo no existe». Él sonríe y concede que tal vez sea tiempo de dar otro paso. «Me entretiene mucho, me permite estudiar, para documentarme, pero creo que ya he cumplido y, por otra parte, no es un trabajo creativo; creo que con esta exposición cierro esta etapa».

Talleres

La exposición tiene otra actividad complementaria realmente interesante, una serie de talleres que también impartirá Jesús María Martínez Lombó en los que, explica: «se presenta una muestra de mosaicos de distintos tipos realizados con piedra, azulejos, vidrio y madera para reflejar las épocas y las técnicas más representativas tanto de la técnica romana, como del trencadís modernista, el zellige morisco o los alizares árabes. Así mismo se muestran las herramientas utilizadas en un taller de mosaicos romano, las teselas obtenidas y unas pequeñas notas informativas sobre los distintos procesos».

Y va sacando piezas y herramientas que utilizará en estos talleres. Comienza a hablar de piedra de Boñar, madera de cerezo de Cabreros del Río, de vidrieras que son también mosaicos, calzadas portuguesas y los llamados mosaicos de agua, baldosas hidráulicas, aquellas de las que están hechas buena parte de las casas del viejo León... «Pues ya no queda prácticamente nadie que las haga, yo daré unas nociones de cómo se hacían... un acercamiento a la técnica.
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