Javier Sahagún: "Me duele el dedo de tanto pintar"

Fue uno de los nombres más interesantes del boom de dibujantes leoneses en los 90, habitual en las ilustraciones en prensa. Hace 23 años "desapareció" y ahora ha regresado al mundo de los pinceles (con tableta gráfica) con fuerza

Fulgencio Fernández
26/04/2016
 Actualizado a 18/09/2019
‘Cazador y perro’ es una de las pinturas con tableta gráfica que se muestran en la exposición de La Venta la Tuerta. | JAVIER SAHAGÚN
‘Cazador y perro’ es una de las pinturas con tableta gráfica que se muestran en la exposición de La Venta la Tuerta. | JAVIER SAHAGÚN
"Tras tantos años (concretamente 21) sin apenas usar mis añorados lápices y pinceles, he vuelto al punto de origen donde se fraguó todo lo que ahora soy. He vuelto a pintar". Así explica quien fuera un habitual de la ilustración y la pintura en León hace décadas su reaparición, es Javier Sahagún, un nombre cargado de numerosos recuerdos artísticos, habitual ilustrador de diversas secciones del desaparecido periódico La Crónica de León.

¿Qué ha ocurrido? ¿Dónde ha estado Javier Sahagún? Hace unos meses ha reaparecido, con exposiciones en el Palacio de Canedo, en el Bierzo; en El Corte Inglés de León y ahora mismo tiene otra abierta en las paredes del histórico La Venta la Tuerta, uno de esos lugares que siempre aliña su condición de restaurante con alguna manifestación artística.

Sahagún explica este tiempo de ausencia con una broma, "la dolorosa obligación de vivir...y comer". En otras palabras:"Los últimos treinta años he estado desarrollando proyectos como diseñador gráfico, que me han aportado otra perspectiva y enriquecedores conocimientos; pero el vertiginoso ritmo impuesto por la profesión, eclipsó notablemente mi faceta artística, dejando escaparse unas pocas obras que quedaron cultas en mi descuidado archivo y en la pared de familiares y amigos".

Y ahora ha regresado, con muchas ganas, trabajando mucho, animado por la excelente acogida de sus trabajos. "Actualmente mi obra transita por parajes de Asturias y ‘mi’ Bierzo, donde cobran vida los paisajes, la fauna y los pueblos, legado de nuestros abuelos. Tomando apuntes desde el amanecer, modelando la luz, hasta que el crepúsculo me encerraba en mi estudio, donde terminaba mis pinturas".

Cuando habla de ‘mi’ Bierzo, entre comillas, es que allí ha encontrado una excelente acogida en lugares como el Palacio de Canedo, a que se trata de un lugar mágico e irrepetible para pintar, pues Javier Sahagún es realmente leonés. "Nací en el barrio leonés de El Ejido, a tan solo 10 minutos andando de la Catedral. Por aquel entonces, para llegar a ella, había que sortear unas cuantas huertas y cruzarte con algún carro por un camino sin asfaltar. Sin apenas casas hacia esa parte de la ciudad y siendo un niño, recuerdo que la imponente figura de la Catedral se presentaba ante mí aún más colosal", una imagen que le ha quedado en la retina y a la que también ahora está dando salida pues trabaja en un gran proyecto que mucho tiene que ver con el templo leonés. "Creo que se trata de un gran proyecto. Nacido y crecido a los pies de la Catedral de León, era camino obligado rendirle tributo a ésta y otras joyas medievales leonesas, pues el proyecto se llama realmente Medieval" .

Y es que la Catedral forma parte de casi todas las etapas de su vida. La recordaba antes en su infancia, pero también recuerda Javier Sahagún cómo "más tarde, un León distinto a lo que conocemos, presenció mis primeros pasos con un Seat 600 rodeando la Catedral como si no pasara nada; y pasó. León creció y cambió todo lo que la rodeaba, eliminando jardines y terrazas repletos de gente ‘de domingos’. Incluso recuerdo ir a misa de 12 con toda la pandilla, para entre salmo y salmo, averiguar cuán inescrutables eran los pasadizos interiores alejados de la zona pública".

El tercer paso del proceso ha sido visitarla una y otra vez, visitarla, tratar de robarle el secreto que guarda de la luz y llevarlo a ese gran proyecto en el que tanta ilusión ha puesto. "La había pintado a lápiz y plumilla cuando tenía 16 años, regresar a ella 35 años después ha resultado emocionante".

Como está poniendo en todos sus trabajos, en su regreso feliz como pintor con tableta gráfica. "He realizado como 800 obras en este año y pico que llevo pintando otra vez, me duele el dedo. Además veo que despierta interés en gente joven, que me preguntan, que me piden demostraciones en directo, talleres...".
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