25/04/2018
 Actualizado a 11/09/2019
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Hagamos un experimento. Vamos a colocarnos en algún punto de Puente Castro, por donde pasa el Camino de Santiago, a ser posible en una terraza para aprovechar el sol de estos días, y mientras degustamos alguna bebida fría, contamos el número de peregrinos que pueden pasar por este punto durante media hora. O una hora, si es posible. Hagamos la misma operación en La Virgen del Camino, donde se intuye que pueden incluso ser más los caminantes puesto que algunos parten de la capital leonesa. El siguiente ejercicio quizá cueste más de lo que parece, sobre todo si es algún que otro político el que lo quiere intentar poner en práctica: por un día, aunque solo sea por un día, vamos a olvidarnos de la Capital Gastronómica y de la Semana Santa leonesa, dos cuestiones económicas y turísticas con un marcado carácter temporal. Obviamente León tiene infinidad de riquezas más, y no por ello la provincia se va a quedar coja si nos imagináramos que no existen y nunca han existido. Ni mucho menos. Ahora unamos ambas realidades: el Camino de Santiago y la enorme capacidad de atracción de la provincia con multitud de recursos que aún no se han puesto en marcha o que apenas se utilizan. Y vayamos más allá, pensemos en el próximo Jacobeo, el de 2021, que promete ser una auténtica explosión turística para León si las perspectivas se cumplen. ¿Alguien está planificando ya más allá de las elecciones del año que viene? Me da que no... ¿Alguien me va a quitar la razón? Ojalá...
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