Investigadores de la ULE demuestran que es posible recuperar la perdiz roja silvestre

El estudio, publicado en ‘Europeran Journal of Wildlife Research’, supone una “esperanza” para muchos cotos en los que la situación es límite

L.N.C.
25/01/2017
 Actualizado a 17/09/2019
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Un estudio realizado por investigadores de la Universidad de León (ULE) y financiado por la Diputación de Valladolid, demuestra que es posible recuperar la perdiz roja silvestre, ya que ofrece resultados que constituyen una “esperanza” para muchos cotos en los que la situación de esta ave, conocida habitualmente como ‘reina de la caza menor’, es límite. La investigación fue publicada en la revista ‘Europeran Journal of Wildlife Research’, según informó hoy en un comunicado la institución académica leonesa.

En palabras de José A. Pérez, que lideró el trabajo de campo, “el objetivo de esta investigación fue estudiar el efecto de medidas de gestión cinegética en las poblaciones de perdiz roja”. Para ello se empleó la ‘Finca de Matallana’, un hábitat típico para la especie, que en el comienzo del estudio en el año 1995, contaba con una pequeña población de perdices (unas tres parejas por cada 100 hectáreas).

En las 308 hectáreas de la finca, se dispusieron 15 pequeñas siembras para la caza (veza y cebada), se distribuyeron comederos y bebederos, se realizaron tareas de desbroce en zonas arbustivas y durante la primavera se llevó a cabo un control de predadores, incluyendo zorros, urracas y perros asilvestrados, siguiendo la normativa vigente.

La caza se vedó y buena parte de estas tareas la llevó a cabo un guarda. “También se realizaron varias translocaciones de conejo de monte dentro de la finca, - explica José A. Pérez-, dado que esta especie es clave para los ecosistemas mediterráneos y quizás su recuperación podía ‘ayudar’ a la perdiz”

Vicente Gaudioso, investigador que dirigió el proyecto, apunta que “los censos realizados en primavera, verano, otoño e invierno iban mostrando cada año una mejora gradual de las poblaciones. Tras cinco años, la densidad de parejas se duplicó y en el año 2004 se alcanzaron, por cada 100 hectáreas, 12 parejas en primavera, 98 perdices en verano y 86 perdices en otoño, casi cinco veces más en comparación con 1995”.

El conejo también se recuperó, con densidades superiores a los 200 individuos por cada 100 hectáreas en los años finales del estudio, si bien la liebre no corrió la misma suerte por la llegada de la Tularemia, enfermedad que diezmó sus poblaciones en la comarca de Tierra de Campos. “Aunque no se llegó a establecer qué medidas de gestión fueron las más importantes, está claro que una gestión integral dirigida a la perdiz roja funciona, pero hay que darse 4-5 años de margen para comenzar a ver resultados”, aseguró Carlos Sánchez, coautor del artículo.

Inversión

Es interesante destacar que este estudio ha mostrado como una inversión aproximada de unos 50 euros por hectárea, (siendo el gasto en guardería el más importante), se tradujo en la recuperación de la perdiz y el conejo, y además la finca albergó nada menos que 48 especies de aves propias de estos paisajes mesetarios (incluyendo 21 especies de rapaces).

Como conclusión, el artículo indica que aquellos cotos que aún tienen perdices y quieren recuperarlas (al menos dos o tres parejas por 100 hectáreas), debieran poner en marcha las medidas que plantea el estudio antes que realizar repoblaciones, intentando favorecer también al conejo de monte, cuya recuperación también puede ayudar a la perdiz.
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