Inversiones éticas

Desde hace una temporada, bastantes inversores se plantean invertir de manera ética. Para cada persona, eso significa algo diferente. Para mí, como asesor financiero desde hace más de veinte años, consiste esencialmente en considerar nuestro trabajo como un servicio para que a nuestros clientes les vaya bien, nunca como una agencia de colocación de productos. En este sentido, publiqué hace años una especie de guía ética para inversores: «Valores en alza. Tu conducta determina tu inversión». Constato que, viviendo las virtudes básicas de la prudencia, la justicia, la fortaleza y la templanza, a los inversores ‘nos va bien’. Es mi forma de enfocar mi trabajo éticamente: conocer a los clientes, escuchar, ver qué necesidades tienen, cuál es su perfil de riesgo, no dar nada por supuesto, y darle las soluciones oportunas. Solo una vez analizadas estas cuestiones (estrategia) podemos adentrarnos dónde invertir (táctica). Puedo atestiguar, con el paso de los años, que esta manera de trabajar funciona. Para los clientes, porque obtienen a medio y largo plazo rentabilidades acorde a su nivel de riesgo; para nuestra empresa, un referente de servicios de inversión; y para los trabajadores, que podemos vivir felices de aportar ‘soluciones éticas’ a nuestros clientes.

En este sentido, en este año, bastantes clientes se acercan a nuestra oficina solicitando «inversiones sostenibles», normalmente vinculadas al medio ambiente, o a un trato humanitario en las empresas donde invierten. Son personas con una especial sensibilidad, que les importa, a parte de la rentabilidad, porque son compatibles, dónde destinan su dinero y que esas empresas «hagan el bien».

Investigando sobre empresas sostenibles, me llega información actualizada de la Bolsa Social, «agentes activos de la transformación ética de la sociedad y las finanzas, convencidos del enorme potencial transformador de la financiación participativa y la inversión de impacto», como dicen en su web. Escuché a su Director General, José Moncada, hace unos años en León. Impulsan la financiación de empresas con potencial de crecimiento que produzcan un impacto positivo en la sociedad y el medioambiente, promover las finanzas éticas y democratizar la inversión de impacto. La Bolsa Social conecta empresas e inversores de impacto social para impulsar los objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU. Para tener en cuenta.