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Intur: una burla financiada, y consentida

16/12/2017
 Actualizado a 07/09/2019
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El pasado noviembre tuvo lugar en la ciudad vallisoletana una nueva edición de la feria regional de turismo: ‘Intur 2017’. Entre la publicidad ofrecida a comerciales y público, dos folletos (con su correspondiente web) recabaron especialmente nuestra atención: el titulado ‘Grandes rutas’, y su complementario, ‘Conjuntos históricos en las grandes rutas de Castilla y León’.

A la que llaman, en el primero con supina redundancia, ruta vía de la plata, dedican tres páginas. Llama la atención el mapa-guía que ilustra el texto, pues envía al viajero tanto por Benavente a León, como desde Benavente a Astorga; es decir, lo invitan a algo tan insólito y pinturero como dar una vuelta de campana. Entre las lindezas escritas, no se priva el plagiador de otros textos de afirmar, en este folleto, que tal ruta vía «desde Astorga hasta León, sigue el trazado del Camino de Santiago Francés». Aparte de la crónica tergiversación como punto de partida, pues la calzada de la Plata finaliza en Astorga y no en Asturias (o Galicia), no hay una referencia, siquiera, a esta ciudad como cabecera de este camino esencial. Le han hurtado nada menos que el derecho patrimonial (y turístico) que conlleva el ser término y principio de dos calzadas romanas: la que aquí preferentemente nos ocupa, de Mérida a Astorga, y la de Astorga a Burdeos, sobre la que se asienta una parte del Camino Francés.

Más breve va a ser la referencia al segundo folleto, el relativo a los conjuntos históricos de las grandes rutas. En el que concierne a los correspondientes a ese trazado que denominan ruta vía de la plata no tuvo el plagiador mucho trabajo a la hora de contemplar el patrimonio de Astorga, porque esta ciudad no figura. Ni la sucesiva numeración miliaria, ni el patrimonio arqueológico; tampoco el legado correspondiente como capital diocesana, tales la catedral o el palacio de Gaudí; ni palabra de museos singulares como el Romano, el del Chocolate… Aunque resulte chocante, nada consta de la que fue la capital de Convento Jurídico, mientras otras localidades repiten texto. Entre las agraciadas por esta publicación turística, aparecen vinculadas a ese ‘pintoresco’ camino poblaciones cercanas a Portugal como Alcañices y Ciudad Rodrigo; o Lois, hermoso pueblo leonés, tanto por su catedral de la montaña como por su antigua preceptoría, donde iniciaron estudios destacados obispos, y, permítaseme una querencia local, los hermanos, sacerdotes humanistas, Velado Graña. Sobran méritos a estas poblaciones para no figurar en caminos que no les pertenecen.

Una de las desgracias para nuestra nación ha sido el otorgamiento de transferencias indebidas; entre ellas, la competencia en los caminos históricos que han vertebrado su historia y que no entienden de su troceado y manipulación por parte de las comunidades autónomas; varias de estas implantadas, por lo demás, en función de servir de comodín del tablero. El caso más palmario es la calzada romana de la Vía de la Plata: ayuntamientos, diputaciones, regiones, consorcios…, se vienen valiendo de su nombre, ‘estirándola y maleándola’ hacia los extremos sur y norte, para difundir, señalizar, promocionar, lo que a cada cual le viene en gana: ya pueda tratarse de una carretera moderna o de un camino de cabras. En lo que atañe a esta comunidad autónoma, ha ido al rebufo de lo comandado por el ayuntamiento gijonés y el Principado, que se apropiaron, hace veinte años, de su nombre y derechos. Para lo cual constituyeron una llamada ‘Red de Cooperación’ de grandes ciudades desde Sevilla a Gijón. Esta Red viene siendo la abanderada de la falsificación, y cuenta con la complicidad interesada de instituciones locales, provinciales, regionales, y Turespaña.

Dado que este último sexenio la Red y sus allegados ya no soportan la contraofensiva que tanto les obligaba a utilizar su alta influencia política para sofocarla, apuran al máximo el tiempo. Así, en abril de 2014 una Comisión del Senado aprobó el promover la declaración de su ruta vía como Patrimonio de la Humanidad; irrisoria era la documentación, por lo que finalizada la propaganda ya nada más se supo. Recientemente, este octubre, la autonomía asturiana ha alcanzado la declaración como Bien de Interés Cultural, con la categoría de vía histórica, de lo que denomina ‘ramal transmontano de la Ruta de la Plata’; leer el expediente que ha servido como fundamento para tal declaración sonroja (cerciórese, si es de su interés, en la web correspondiente a la Vía de la Carisa-Iustel, decreto 68 /2017). Con este aval, y otros documentos de otras regiones, aspira la Red falsificadora a conseguir para su variopinto camino la denominación de Itinerario Cultural Europeo.

¿Lo conseguirán? Depende de que puedan encubrir cuál es la verdadera Vía de la Plata, el maltrato patrimonial que le han dado y cuántos han sido los atropellos para con decenas de pueblos y algunas ciudades, desde Mérida a Astorga. En todo caso, de esta autonomía que, como se ha podido comprobar, gasta dinero para burlar a las poblaciones de este esencial camino, poco se puede esperar. Y aún menos de sus cómplices.
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