Intuición, ‘faroles’ y piques construyendo tu ciudad

8 personajes distintos con habilidades particulares. Nadie sabe quién es quién en cada turno. Crea tu distrito, jugando con tus cartas y las que creas que tienen los demás. Sé el rey en el Ciudadelas

Jesús Coca Aguilera
20/07/2022
 Actualizado a 20/07/2022
Una imagen de alguna de las cartas con las que se juega al Ciudadelas. | J.C.
Una imagen de alguna de las cartas con las que se juega al Ciudadelas. | J.C.
Seguro que muchos habéis jugado de adolescentes a ‘policías y ladrones’, donde se repartía una carta normal de baraja española a cada uno, el ladrón mataba gente, se debía descubrir quién era...

Si no te suena de nada, no te preocupes que no influye en que puedas disfrutar de la opción que presentamos hoy. Si eres de los que acaba de recibir un pequeño golpe de nostalgia al recordarlo, debes saber que por supuesto esa mecánica de juego, pero mucho más evolucionada, también tiene su aplicación en los juegos de mesa actuales.

Uno de los mejores en esta modalidad de personajes es un clásico que ha cumplido ya dos décadas pero no envejece y podría pasar perfectamente por un juego que hubiera salido el mes pasado: el Ciudadelas.

Un juego de intuición, ‘faroles’, estrategia y piques garantizados, al que se puede jugar desde mano a mano hasta con un máximo de ocho jugadores, y cuyas partidas duran en torno a 45 minutos y son siempre diferentes ya que depende de qué personajes vayas escogiendo tú... y el resto de competidores.

Hay ocho distintos, más otros diez con la expansión. También monedas de oro que necesitarás para construir y cartas llamadas de distrito que son las que te van dando puntos y te pueden permitir ganar. ¿El objetivo? Es construir la ciudad más próspera con los edificios nobles (amarillos), eclesiásticos (azules), militares (rojos), comerciales (verdes) y las maravillas (moradas) que te dan también habilidades extra.

En el juego básico, si bien si lo compras ahora vendrá ya prácticamente siempre con la expansión, hay ocho personajes con distintas habilidades, que van desde matar a otro, robarle sus monedas de oro o sus cartas, cobrar dinero por tus construcciones, eliminar alguna de las de tus rivales, coger cartas extra o empezar a elegir quién eres en el turno siguiente.

¿La mecánica del juego? Es la siguiente. En cada turno, serás un personaje. En función del número de jugadores, se dejarán unas cartas boca abajo y cada uno irá escogiendo otras, no sabiendo por tanto cuáles hay cogidas y cuáles en la mesa. ¿Qué quiere decir? Que por ejemplo, siendo el asesino, puedes gastar tu turno matando a alguien... que luego resulta que no existe, o por contra acertar y dejar a alguien en blanco durante ese turno.

Cada jugador realizará la habilidad de su personaje, cogerá dos monedas de oro o dos cartas de las que se quedará una, y construirá o no alguna de las que tenga en la mano, que tienen un precio diferente en función de los puntos que otorgue.

Así se irán jugando turnos hasta que alguien construya ocho distritos diferentes, momento en el que finalizará y se contarán los puntos, dándose por lo que valga cada construcción, por tener distritos de los cinco colores diferentes, por haber llegado a los ocho...

Sé arquitecto, mercader, condotiero, obispo, rey, bruja, hechicero, recaudador, diplomático o artista. Viaja a la edad media para construir monasterios, señoríos, templos, castillos o torreones. Y sobre todo disfruta... e intenta no odiar en esos muchos momentos en los que alguien te rompa por completo todos tus planes.
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