"Internet está muy bien, pero la ciudad necesita esa vida que le dan las tiendas"

Entrevista a Alfredo Martínez y Javier Menéndez, representantes del comercio de León

Alfonso Martínez
11/10/2020
 Actualizado a 11/10/2020
Alfredo Martínez (Fele) y Javier Menéndez (Aleco) analizan la situación del pequeño comercio. | MAURICIO PEÑA
Alfredo Martínez (Fele) y Javier Menéndez (Aleco) analizan la situación del pequeño comercio. | MAURICIO PEÑA
Son dos de los principales representantes del comercio local y analizan la situación del sector y sus perspectivas de futuro. Se trata de los presidentes del Consejo de Comercio de la Fele, Alfredo Martínez, y de la Asociación Leonesa de Comercio (Aleco), Javier Menéndez.

– ¿Cómo definirían brevemente la situación actual en la que se encuentra el pequeño comercio?
Javier Menéndez (JM): Es absolutamente crítica. No hay vuelta de hoja. El consumo se ha frenado de forma exponencial y la gente tiene sus cautelas. Muchos han tenido la suerte de cobrar los Erte con un 70% de su sueldo, pero en el comercio somos autónomos. Y en el gremio se estima que el 53% no sabe lo que va a ser de su vida y que hay 1,6 millones de autónomos en España que lo van a pasar francamente mal. Además, 300.000 cerrarán el año que viene. En el caso de León, no podemos olvidar que en febrero salieron a la calle 80.000 personas. Y una semana después lo hicieron 500 tractores. Poco después vino el confinamiento, así que partimos de una situación muy delicada.
Alfredo Martínez (AM): Es cierto que la situación es crítica y, de seguir en esta dinámica, vamos muy mal y estamos abocados a muchos más cierres. Los locales que no han abierto después del estado de alarma o que han ido cerrando desde entonces suponen entre un 10 y un 20%, pero estamos empezando. Lo peor no ha llegado y la situación va a ser muy mala si esto no cambia.

– Pero la situación será distinta entre los comercios esenciales, que funcionaron en el confinamiento, y el resto…
JM: Los comercios esenciales están mejor por una razón sencilla. De repente, el consumidor se ha dado cuenta de que ese comercio esencial estaba ahí cuando se le necesitó. Cuando todos tuvieron que afrontar un cierre forzado por decisiones políticas ante la situación sanitaria, esos pequeños establecimientos que siguieron abiertos, con equipos de protección de plástico hechos muchas veces con bolsas de basura, atendían las necesidades de todos los consumidores. Es más, cerraban su negocio de alimentación y llevaban la compra a los clientes que se lo habían pedido. Esa necesidad ha hecho que el consumidor se dé cuenta y esos comercios esenciales, de alimentación o también los vinculados a cuestiones sanitarias para casos de urgencia, han vivido. El consumidor lo ha agradecido, pero hay que seguir insistiendo en ello. Y nosotros se lo agradecemos también a ellos.
AM: Ha sido una situación caótica en la que el coronavirus pilló a todo el mundo desprevenido. Nadie sabía qué hacer ni cómo combatir lo que se nos venía encima. Y eso nos ha llevado a esta situación. Ahora mismo se está sabiendo algo más sobre cómo combatir el virus y van haciendo experimentos, pero falta mucho y seguimos sin saber en qué va a derivar la situación. Como no sepamos a qué atenernos pronto, como la vacuna tarde mucho, la gente va a seguir parada ante esta incertidumbre. Las semanas posteriores al confinamiento, en las que atendíamos con cita previa, no estuvieron mal. Gente que había estado en casa mucho tiempo y que les había pillado aquí el confinamiento, aunque trabajen fuera, aprovechó para comprar esas semanas. Después eso fue bajando. En junio y julio fuimos trabajando un poquito. No es que fuera el ritmo de otros años, porque las ventas cayeron entre un 40 y un 50%, pero fuimos trabajando. En agosto ya aparecieron los rebrotes y la gente ahora mismo parece estar más preocupada ahora que al principio de la crisis sanitaria. Mucha gente te dice que no sale de casa o que sale lo imprescindible. Como no haya vacuna y nos concienciemos de seguir las instrucciones que nos marcan, esto no se va a arreglar tan pronto.

La gente está con ganas de salir y comprar, aunque si no cambia la situación, estamos abocados a ver más cierres– ¿Cómo valoran las ayudas de las administraciones públicas al comercio?
JM: En el caso del Gobierno de España, ahí están los Erte. Hay gente que todavía no los ha cobrado, pero ese apoyo ha estado ahí con el 70% del salario para los trabajadores afectados. Mientras, desde la administración autonómica nos han apoyado con los equipos de protección que hemos tenido que adquirir para que nuestras tiendas estén como están, con la seguridad que damos a nuestros clientes, pero al mismo tiempo han vuelto a jugar a informatizar el comercio. Hágalo todo online. Vamos a promocionar que estemos en internet. El comercio debe estar online, pero más como un escaparate virtual. En una ciudad tan pequeña ha de servir para que todos los consumidores sepan lo que hay en una tienda. Que internet sea un escaparate lo más amplio posible, pero una ciudad necesita vida y esa vida muchas veces viene dada de bajar a comprar al comercio de proximidad. La venta online… Este verano he visto cómo ha llegado a un pueblo de la montaña unas chanclas que valen tres euros. A 55 kilómetros de León. Alguien tiene que pagar esa fiesta. ¿Dónde está la ganancia? Esto de internet está muy bien, ha venido a quedarse, nosotros no vamos a poder competir con ello, pero habría que empezar a pensar un poco en lo local. Tenemos un eslogan que es ‘Creo en León’. Y las primeras letras de ese ‘creo’ equivalen a comercio, responsable, experto y orgulloso. Un euro en el comercio local mantiene empleo, genera los impuestos para mantener las infraestructuras y los servicios de la ciudad y da vida a sus calles. Un euro en otras formas de distribución es un euro perdido que no volvemos a ver en la vida. Pero el euro que dejamos en la pescadería de enfrente, el pescadero lo dejará en la frutería o en la farmacia. Ese euro se estará moviendo en la ciudad. Es ahí donde hay que apelar a la responsabilidad del consumidor. Además, ahora que está de moda lo verde, el pequeño comercio es medioambientalmente responsables. Si un empresario textil compra 300 prendas las tiene en su tienda después de que se las haya dejado una furgoneta. 300 arranques de una furgoneta para dejar 300 prendas en 300 sitios distintos suponen un consumo que no sabemos quién paga, porque esa fiesta no es real.
AM: Comparto las reflexiones anteriores y veo con satisfacción que este mensaje ha ido calando entre los consumidores, pero otra cosa muy diferente es que se lleve a la práctica. Cualquier persona con la que hablas reconoce la labor del comercio tradicional y la necesidad de apoyar al sector porque da vida a las ciudades, pero ¿se lleva posteriormente a cabo por parte de los leoneses? Aunque parece que están concienciados, no parece que luego lo lleven a la práctica. Yo haría un llamamiento a que lo hagan. Todos han experimentado con internet y ven bien que un producto de tres euros te lo pongan en casa, pero yo haría un llamamiento, porque si quieren que la ciudad esté viva, que el comercio siga y que tiremos para delante con nuestro trabajo y nuestros escaparates, es necesario que cuenten con nosotros. Sabemos que lo tienen en mente, pero necesitamos que lo practiquen de manera clara.

– Han quedado pendientes de análisis las ayudas del Ayuntamiento de León…
JM: Le ha hecho un favor a todos consumidores, porque ha puesto medio millón de euros a disposición de sus bolsillos para fomentar la actividad del sector y mover un total de dos millones en estos meses para nuestros negocios. Eso ha sido muy bueno, pero no ha tenido toda la aceptación que deseábamos, porque es difícil de vender que alguien tiene que invertir 90 euros para que le den bonos por valor de 120. El consumidor no acaba de implicarse. Nosotros hemos hecho pedagogía y a los clientes les hemos dicho que no nos paguen, que vuelvan al día siguiente con sus bonos después de explicarles cómo descargarlos o dónde recogerlos. No ha calado, pero es una medida importante porque supone dos millones circulando por la ciudad. Y es un gesto muy positivo del alcalde.
AM: Creo que todos debemos estar muy agradecidos al Ayuntamiento de León y a la Cámara de Comercio. Pero creemos que es necesario publicitarlo más. No se ha informado bien, no ha llegado a mucha gente. Nosotros estamos recomendándolo a nuestros clientes gracias a ese ahorro, pero además es muy farragoso a la hora de cobrar. Gente que no esté muy acostumbrada, que no sea nativa digital, tiene problemas para poder pagar en las tiendas. Agradecemos mucho la iniciativa, pero en lo sucesivo habría que buscar otra fórmula más sencilla para hacérsela llegar al consumidor.

Si un inquilino no es capaz de pagar la renta, lo normal es que cierre. Y es difícil que el local pueda abrir otra vez– Siguiendo con iniciativas del Ayuntamiento de León, existe cierto debate sobre la obra para culminar la peatonalización de Ordoño. ¿Cuál es su opinión al respecto?
AM: No entro a valorar que sea necesario o no. Creo que va a quedar más bonito y que incluso mucha gente puede venir a verlo, pero lo que sí digo rotundamente es que no era el momento de hacer la obra. ¿Qué se deba hacer? Perfecto, pero no ahora. Entiendo que hay otras necesidades de todo tipo en momentos como los que estamos viviendo. Hay muchas cosas a las que destinar esos fondos.
JM: Desde el comercio se le ha dicho al alcalde, ahora e incluso antes de que lo fuera, que no es el momento. Pero nuestra experiencia personal de comerciantes… Yo he hecho el ejercicio en días diferentes de la semana y he subido desde la plaza de Santo Domingo hasta la Catedral. He mirado tienda por tienda lo que había dentro de cada una. Un viernes a la una de la tarde había dos personas en una tienda. Nadie mira los escaparates, porque es una calle de paso. Lo que pensamos sobre hacer peatonal esta calle, independientemente de que haya modelos de éxito en otras ciudades, es que en Ordoño no va a quedar ningún comercio. Y es más, hay bancos que no sabemos cuánto durarán. Y donde hay banco no hay negocio. Que nos digan cuáles son los negocios que hay en la calle Ancha que no sean de hostelería, que esos funcionan bien porque los turistas vienen ahí, pero creo que el comercio no va a funcionar en Ordoño. Siempre hemos dicho que primero hay que buscar aparcamientos alternativos antes de peatonalizar. Es la lucha de toda la vida. Hay gente de los barrios que deja de venir al centro porque no tiene donde aparcar. Esto tiene que ser un proyecto de ciudad, no de peatonalizar por peatonalizar. Y además no es el momento de hacer esta obra. Si alguien quiere peatonalizar, que lo haga. Pero se le dijo que no era el momento, que en septiembre u octubre iba a venir el rebrote e íbamos a pillar al alcalde pintando y su imagen no iba a quedar muy bien en ese momento. Sé que la obra muy deprisa. Y no es el importe económico, porque en Arco de Ánimas nadie ha dicho nada y el coste ha sido parecido. No es el importe económico, es quizás el momento. Y se le ha dicho, pero bueno, él ha preferido los bonos de consumo para apoyarnos.

– ¿Qué perspectivas de futuro tiene el sector de cara por ejemplo a la campaña navideña?
JM: La incertidumbre es total y absoluta. No podríamos aguantar otro confinamiento como el de marzo, porque esto se cae, pero lamentablemente vamos por ese camino. Ya vemos lo que está pasando en Madrid. Esto es una correa de transmisión, pero si nos encierran otra vez, esto no tiene salida. Una gran mayoría de los propietarios de locales comerciales se han puesto las pilas con los comerciantes. Algunos les han dicho que no paguen la renta sin que se lo pidieran. Pero hay otros que están poniendo en riesgo los negocios, porque cuando no hay ingresos y los gastos se mantienen, nos vemos obligados a cerrar. Hago un llamamiento para que esos propietarios de locales, que muchos llevan alquilados décadas, tengan esa mano izquierda y planteen por ejemplo una bonificación de un 50% hasta que esto pase. Vamos a darle oxígeno a ese comerciante que está ahí manteniendo los puestos de trabajo que puede. Los Erte pueden acabar en ERE, porque el comercio cuando cierra lo hace en silencio. Por eso creo que al final se puede llegar a un acuerdo entre el inquilino y el propietario, porque es un bien para los dos. Si el inquilino no puede pagar, cierra. Y un local cerrado, a día de hoy, va a ser muy difícil abrirlo otra vez.
AM: Los propietarios deben tener presente que un local que se cierra por no hacer una rebaja en estos momentos no se va a volver a abrir más. Que lo tengan en cuenta. Como se les vaya el inquilino, se puede dar el caso de que estén años sin ingresar nada por su local. Si llega a un acuerdo con él, percibirá menos, pero es mejor poco que nada. Y en cuanto a las perspectivas de cara a la campaña navideña, estoy preocupado, pero siento también cierto optimismo. Si no nos confinan, si esto sigue así y la situación sanitaria se va sujetando, creo que podemos tener un balón de oxígeno, que la gente vuelva a tener un poco de confianza y salga otra vez a la calle. La gente necesita comprar y lleva unos meses en los que quizá haya podido ahorrar un poco, porque no ha habido vacaciones para muchos o se han quedado en el pueblo. No ha habido bodas ni comuniones y la gente puede tener dinero y coger confianza para salir a la calle si la situación sanitaria no empeora. La gente tiene ganas de vestirse, de salir a la calle, de consumir, de hacer una vida normal entre comillas. Sabemos que no va a ser lo que fue, pero hay que llegar a una cierta normalidad. Si hay otro confinamiento, apaga y vámonos.
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