susana-martinb.jpg

Instrucciones para mi funeral

08/09/2017
 Actualizado a 18/09/2019
Guardar
Cuánto valor le habrá echado Julie para ir a encargar la esquela de su madre y escribir el texto... Una esquela maravillosa –drama aparte– en que la hija de Alicia Jones invitaba a sus amigos y conocidos a un «acto alegre de despedida» en un tanatorio, «donde en su recuerdo tomaremos vino y tortilla».

Vi la esquela en Twitter (la publicaba el Faro de Vigo) y me sacó una sonrisa enorme. «No se admiten flores, donen su importe a una ong», concluía. Qué gente tan genial, pensé, qué maravilla.

¿Se imaginan? En el peor momento, en pleno dolor por la pérdida, un brindis y un pinchín por quienes se van... Hay que tener mucha fuerza, vale, pero no me digan que no es una manera increíble de despedir a quien tanto disfrutó la vida, como esta maestra galesa que al parecer adoraba la fiesta...

Siempre lo digo, no estamos preparados para ninguna muerte. No somos conscientes de que cada día puede ser el último. Para nosotros o para los que tenemos al lado... Por eso soy tan partidaria de celebrarlo todo, porque estando uno vivo siempre sobran los motivos...

Si me lo permiten, firmo ya por un adiós así cuando me toque: que haya música, fotos, picoteo, cerveza, vino y muchas burbujas. Que quienes tan feliz me hicieron brinden por tanto vivido conmigo. Por los recuerdos, por las risas, los cumpleaños, por cada juerga disfrutada juntos...

Que de vez en cuando hay esquelas que te tocan. Tengo otra guardada de un periodista que murió en 2013, Ricardo Lezcano. «Sus últimas palabras fueron: He sido muy feliz». Miren qué lujazo de vida, poder decir eso al final, después de mil idas y venidas: ‘A pesar de todo, con todo, he sido muy feliz, gracias’. Y si a ese adiós le añadimos un buen sarao en el funeral, ya será la leche: jamoncito, tu gente querida, risas, brindis...

Cada vez lo tengo más claro: Hay vida antes de la muerte... disfrutémosla.
Lo más leído