mirantesb.jpg

Instinto de supervivencia

01/11/2021
 Actualizado a 01/11/2021
Guardar
Miguel Ángel Crespo lleva fugado desde el martes de la cárcel de Mansilla de las Mulas, pero no se puede decir que haya desaparecido porque en estos cinco días se sabe que le ha dado una paliza a un octogenario, se ha tomado dos cafés, ha cogido un taxi y ha comprado tabaco. Cinco días transcurrieron también desde que no regresó de un permiso al CIS de León uno de los presos más peligrosos de España, Santiago Izquierdo Trancho, al que encontraron escondido en una carbonera del Crucero. Tampoco regresó de un permiso Salvador Cañueto Cañueto, el bandolero de Omaña, aunque eso ocurrió hace once años.

Por León también pasó en una fuga mítica Eleuterio Sánchez ‘El Lute’, que llegó a robar una Vespa en la ciudad para continuar con su huida. El leonés Inmanol Arias recreó su historia en la gran película de Vicente Aranda.

Son cuatro prófugos en esta tierra que ha servido de escenario para crudos relatos de perseguidos y captores. Julio Llamazares lo plasmó perfectamente en ‘Luna de lobos’, que narra la resistencia de Ángel, Ramiro, Juan y Gildo. En el fondo, el relato refleja el instinto de supervivencia, el mismo que impregna tantas historias de maquis emboscados en los montes de la provincia durante años después de la Guerra Civil.

Pero hay matices porque a unos los esperan en una celda con barrotes del actual sistema penitenciario y a otros los esperaba la horca. Sin embargo, algunos análisis de la novela de Llamazares apuntan a la animalización que sufren sus protagonistas, que progresivamente se van despojando de hábitos sociales y culturales, movidos por la mera conservación. Una deshumanización por la libertad primero, por la vida después, que también sufre el niño de ‘Intemperie’, la oscura novela de Jesús Carrasco.

Doy gracias por haber estado hasta la fecha a salvo de esa metamorfosis, de no haber sentido nunca esos instintos.
Lo más leído