Secundino Llorente

Inicio de curso: ‘Ratios y cupos del curso anterior’

02/09/2021
 Actualizado a 02/09/2021
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La vuelta al cole ya está aquí. Será un regreso a las aulas marcado por la pandemia que aún sufrimos. El día 15 de septiembre comenzarán las clases en las enseñanzas obligatorias y postobligatorias. Se ha acabado el periodo de vacaciones y las costumbres veraniegas. Cambian los horarios y los hábitos. Esto necesita una buena preparación para todos, para los alumnos y sus padres. Es la vuelta a la rutina y la puesta a punto de todo lo imprescindible para arrancar con buen pie. Para el alumno cada nuevo curso supone un reto. Nuevos profesores, nuevas materias, nuevas aulas, nuevos horarios, nuevos compañeros. Tiene que habituarse a muchas novedades y tiene que hacerlo pronto para no perder demasiado tiempo al principio. Además, viene mal acostumbrado del verano: horarios, móvil, etc. Ahora, con la ayuda de sus padres, tienen que equiparse para el curso con material escolar y libros de texto. Deberán organizar las actividades de tarde: algún deporte, clases de inglés o música en el conservatorio. También los profesores sufren un estrés muy fuerte cada comienzo de curso. Muchos de ellos son interinos o desplazados y deben acomodarse al nuevo centro y todos tendrán que adaptarse a sus nuevos alumnos, al nuevo horario, nuevos cursos y grupos e, incluso, nuevas materias. Pero los que no tienen tiempo ni para dormir en el periodo de organización del curso son los equipos directivos. Lo conozco muy bien. No teníamos ni un minuto libre en estas fechas. Los equipos directivos son conscientes de que si existen diferencias significativas en los horarios de los profesores va a ser muy difícil lograr la paz y concordia a lo largo del curso. Casi siempre los problemas y colisiones tienen sus raíces en el horario. Es fundamental la habilidad y buen tino del equipo directivo para lograr un reparto lo más equilibrado posible. Si se ajustan bien las piezas al principio, el curso irá sobre ruedas, de lo contrario todo será complicado.

Este era el inicio de curso de la ‘vieja normalidad’ anterior al coronavirus. Esta pandemia ha disparado los problemas y dificultades de tal modo que todo lo anterior nos parece nimio e insignificante. Los directores de instituto españoles vuelven a lanzar un SOS en toda España porque temen el caos en septiembre. La casuística de necesidades es muy variada y los directores pueden ser excelentes líderes, pero no magos. Están acostumbrados a solucionar los conflictos y dificultades sobre la marcha. Me temo que en los momentos peores se sentirán muy solos, pero ya están acostumbrados a luchar solos. Aunque opino que sería preferible apoyarse en el claustro de profesores y preguntarse juntos: ¿Va a cambiar el modo de comportarnos, de trabajar o de estudiar? ¿Se van a ver alteradas las relaciones de los alumnos con sus compañeros y con sus profesores? ¿Se olvidarán pronto de lo que ha pasado y volverán a sus costumbres de siempre? ¿Seremos todos más sensibles a los problemas de los demás, más atentos a las relaciones sociales, más cuidadosos con nuestros hábitos de sanidad y alimentación, más solidarios...?No es fácil adelantar respuestas ciertas a estas preguntas. Pero, en cualquier caso, estamos obligados a hacer previsiones y plantear algunas propuestas. Para todos (equipos directivos, profesores, alumnos y familias) han sido casi dos años de actividad en condiciones difíciles. Esperamos que en vacaciones se hayan cargado las pilas para la recuperación personal y emocional de todos. Tenemos claro que «la educación presencial seguirá siendo indispensable, no sólo para la adquisición de conocimientos y competencias, sino para aprendizajes que son difíciles de realizar a distancia, como la convivencia y otros valores sociales». Y también somos muy conscientes, después de la experiencia de los dos cursos pasados, que debemos poner todos manos a la obra para preparar otro «inicio de curso complicado» porque los resultados no se pueden dejar al azar, a que los problemas se resuelvan por sí mismos o a que otros decidan en nuestro lugar. Es responsabilidad de todos y debemos empezar el curso sin miedos y con ilusión.

La incógnita que más preocupaba a la comunidad educativa española este verano era «si podrían continuar con los desdobles, ratios y cupos del curso anterior». Nos acostumbramos en pandemia a trabajar con grupos pequeños y ahora resulta muy difícil volver a los 30 o 35 alumnos por aula. El dilema está entre calidad educativa o ahorro con aumento de ratios y disminución de cupos. Todo es cuestión de preferencias. España está dividida también en este tema, como ocurre con todo lo importante para la educación de nuestros millones de niños. El pasado miércoles, 25 de agosto, en la reunión de la ministra de Educación, Pilar Alegría, con las comunidades autónomas se hizo evidente esta ruptura. Se pusieron de acuerdo en apostar por la máxima presencialidad de los alumnos de todos los niveles y en flexibilizar la distancia entre alumnos de 1,5 metros a 1,2 metros gracias a la exitosa campaña de vacunación contra el Covid-19.Esta reducción de la distancia entre pupitres, contemplada ya en otra reunión en mayo, facilitará la antigua organización de los grupos y el regreso a las ratios habituales en cada autonomía en Secundaria y Bachillerato. Esa decisión «queda al arbitrio de cada comunidad autónoma». Es evidente que en algo tan serio debería haber unanimidad entre las autonomías y no crear esta confusión chapucera a la que estamos acostumbrados. Parece que la mayoría de las autonomías van a volver a las ratios anteriores a la pandemia, pero Castilla y León ha dado un paso adelante manteniendo la misma situación del curso pasado, con el gran coste que esto supone. Enhorabuena al mundo de la educación castellanoleonesa y ojalá podamos mantener la propuesta, aunque seamos la excepción en España. Eso sí es auténtico compromiso con la educación de los niños castellanoleoneses. Opino que sería un detalle muy loable que los sindicatos cambiasen las pancartas de protesta por los aplausos a la Junta de Castilla y León. Nosotros, por supuesto, alabamos y celebramos la decisión de mantener para este curso las ratios y los cupos del anterior.
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