15/05/2015
 Actualizado a 07/09/2019
Guardar
Siempre he sido anti-madridista. Nunca soporté la mezcla de arrogancia, prepotencia y soberbia de los jugadores y, en menor medida, de los aficionados del Real Madrid.

Da igual que un chico que promete mucho en el Osasuna, pongo por caso, sea humilde, luchador y tenga templanza. A los diez minutos de fichar por el susodicho, todas estas virtudes se arrinconan y salen a la luz las otras, las que les hacen odiados en la mayoría de los campos de primera división. Debe ser un virus que se instaló, hace muchos años, en el vestuario del Madrid y que se inocula sólo con respirar.

Lo de los aficionados, similar. Como sus ídolos la deben de tener grande y ellos pequeña, actuan como el jicho que entra al salon de cualquier pueblo del oeste. Miran de soslayo a diestro y a siniestro, intentando averiguar si los pobres parroquianos que están sentados bebiendo una cerveza son dignos de poder respirar. Y, además, tienen muy mala memoria y escaso agradecimiento. Todo esto viene a cuento por lo del sábado en el Bernabeu.

Estadio lleno. Se juegan media liga, o la liga completa. Tienen que ganar al Valencia. En el minuto doce, Alcácer, mete un gol. Medio estadio se dedica, a partir de entonces, a pitar a Casillas. Un rato después, otro gol de los valencianistas: adios a la liga, servida en bandeja de plata al Barcelona, otro que tal baila. Arrecian los pitos contra el portero.

Y digo yo, ¿es culpable el reo en cualquiera de los dos goles? Claramante no. Entonces, ¿porqué le abuchean?Y uno no quiere decir que Casillas es el mejor portero del mundo mundial... Vitor, sin ir más lejos, si se hubiera dedicado a este menester de parar pelotas, sería mucho mejor. Pero mucho mejor. De todas las maneras, queridos, la ingratitud es una constante en el ser humano desde que el mundo es mundo. Los mediocres no pierden oportunidad de demostrarla a la mínima oportunidad. Y siempre lo hacen para machacar al elegido de los dioses, al que está tocado con un halo de virtud, (en este caso, parar muchos balones), que ellos no poseen. Si, además, este virtuoso cobra mucho dinero, pero mucho, mejor, más motivos.

Al pobre Iker no se le perdona ni una desde que intentó arreglar el desaguisado que montó Mou en aquellos lamentables partidos contra un Barcelona claramente, en aquella época, superior. Intentó, y logró, junto con Xavi y Pujol, que este mal ambiente no afectase a la selección española.

¿Eso fue un delito? Para una parte de la afición del Madrid, de la prensa del Madrid y dos de sus compañeros, dos tontos muy tontos, como Arbeloa, el de ¡AJUUUUUU!,y Xabi Alonso, sí. Al enemigo ni agua. Ese mismo día, un rato antes, todo el estadio del Barcelona cantaba «Xavi, te queremos, Xavi, quedaté». Ambos dos son amigos, lo han ganado todo, literalmente, y el dinero, seguramente, les sale por las orejas.

¿Porqué esa diferencia?

Uno, como es de Bilbao, aunque nací donde me dio la gana, se siente orgulloso de que en su equipo, cuando alguien ha logrado mucho menos que lo que ha logrado Iker Casillas, le pongan su nombre a una calle adyacente al estadio de sus amores. Kalea Zarra, Kalea Lezama... Somos humildes, aunque muy agradecidos.Tranqui Iker, la envidia, que es muy puta y muy mala.

Salud y anarquía.
Lo más leído