14/03/2021
 Actualizado a 14/03/2021
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Nadie manda decentemente en España. Los ciudadanos tenemos culpa, venda en los ojos y picaresca, pero nuestra clase política no está a la altura de la gobernanza de un país. Hay personas para todo, pero es una vergüenza que con más de 70.000 personas que han fallecido por la pandemia, estos políticos se sigan dedicando al «rebota, rebota y en tu culo explota». Cada día parecen vacilarnos más y nosotros seguimos tragando, agachando la cabeza e, incluso, alabando todas sus decisiones solo por el color de su partido, aunque en realidad se salven muy poquitos políticos.

El pasado miércoles miré el móvil en un descanso de clase y hubo una notificación que llamó mi atención: «PSOE y Cs presentan una doble moción de censura al PP de Murcia». Fruncí el ceño, pero tampoco le di más importancia en el momento. «Ya lo miraré tranquilamente cuando llegue a casa», pensé. Ay, cariño, si supieras todo lo que iba a suceder esa mañana… Solo habían pasado dos horas, estábamos grabando un corto y me pidieron el móvil. Lo saqué y tras desbloquearlo alcé la voz: «Oye, que Ayuso dimite y hay mociones de censura en Madrid también». No había terminado la clase y en Castilla y León ya teníais también una moción de censura. El efecto dominó fue imparable. La frivolidad y el oportunismo, también.

Hay muy pocas personas que estemos de acuerdo con la gestión de la pandemia en nuestra comunidad e, incluso, a nivel estatal. Sin embargo, este no es el momento para presentar mociones de censura, menos aún si se toma la decisión a la desesperada y actuando como verdaderos chupópteros. Solo los ciudadanos saldremos perdiendo con estas caóticas acciones, aunque ya estemos más que acostumbrados a ellas. Tamayazos, hipocresía y muy poquita vergüenza es lo que sobra a nuestros políticos, los mismos que aún no han entendido que la política es el gobierno del pueblo y, por consiguiente, somos nosotros quienes deberíamos importarles. Ya me dejo de chistes, disculpen. Ahora bien, si hay alguien que realmente merece una disculpa somos los 47 millones de ciudadanos que vivimos en un país ingobernable porque nadie da la talla para hacerlo correctamente.
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