Ingenuidad indisciplinada

Malos tiempos para creer y comprender que las y los ciudadanos de la provincia de León se puedan rebelar ante la ausencia de políticas acertadas por parte de los que dirigen las administraciones, rebelarse para cambiar el mal augurio de la despoblación y la desolación.

La resignación que reza nuestro credo queda en el interior de los individuos, se rumia y se mastica para tragarlo y morir con ella, ante la falta de malicia y de experiencia, me rebelo para llenar el ánimo de los provincianos leoneses y vomitar la resignación con una dosis de rebeldía justificada, para llamar a filas a todos los colectivos con la esperanza, la entrega, la solidaridad y la lucha…

Luchar para que los polígonos industriales vean crecer el empleo, para que tengamos más sedes de las instituciones que no tenemos, para que los hospitales vuelvan a ser la sanidad que necesitamos, que la educación sea el arma del candor de esa ingenuidad, para que nos enseñen a pensar libres, para que las plazas se llenen de niños jugando a saltar los cantos rodados, para que se respete nuestra identidad, nuestra cultura y nuestro patrimonio.

Luchemos juntos para que nuestras comarcas no mueran, para que el mineral negro sea capaz de volver a dar la riqueza que nos han robado y las vacas pasten en los campos para que nos llenen de tan buena leche las tazas… para que la agricultura con el lúpulo como el oro verde que amasa tanta liquido dorado, para que nuestro prieto picudo sea universal al igual que la catedral y sus montes preñados de una triste belleza… al igual que los muchos rincones mesoneros del buen yantar y beber.

Ingenuo indisciplinado, por soñar despierto preso de una ilusión, ilusión de saberte rodear con las mejores con los mejores, y volverte a dormir para despertarte y despertar esa ilusión de querer cambiar por lo menos esas tan innecesarias políticas que van en contra de lo nuestro, de lo simple, de lo de siempre Bendita Ingenuidad Indisciplinada.