Imagen Juan María García Campal

Infamias de vario grado

13/03/2019
 Actualizado a 19/09/2019
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Este no será un texto de «entonación orillera», tal como decía en su prólogo de 1954 que era su ‘Historia universal de la infamia’ el maestro Borges. Este es un texto de escritura inmersa, casi ahogada –si la mediocridad cansa, la infamia ahoga– en el río de la realidad. Asfixiadas bocanadas de infecto aire que uno quisiera expulsar de la enviciada política que a uno tanto le duele. Mi idea de política y democracia difiere, y mucho, de los usos y abusos habituales que eclipsan de continuo, no debemos olvidar, la que fue conquista que no graciosa cosa otorgada y, triste veo, para algunos acaso solo aceptada.

Infamia me parece que el Partido Popular con su aznariano frankestein, Pablo Casado, a la cabeza vuelva a desenterrar la teoría de la conspiración en el día del décimo quinto aniversario del infausto 11M y de sus partidistas mentiras por interés electoral. ¿Qué dirá el próximo 26 de mayo, aniversario de la tragedia del Yak-42? ¿Pedirán perdón como partido, como gobierno, o volverán a ampararse en el nombre del Estado? ¿Les quedará algo parecido a la vergüenza?

Infamia me parece que un partido que se dice Ciudadanos, en unas elecciones primarias entre sus poco más de mil militantes en Castilla y León sufra un pucherazo del ocho por ciento. ¿Llegaremos los verdaderos ciudadanos a conocer nombre, apellidos y rostro de estos cacos y procedente femenino inclusivo? ¿Serán expulsados totalmente del quehacer político o serán reconvertidos a, si es caso y se puede, alguna libre designación?

Infamia me parecería que el rey de las primarias, Pedro Sánchez, llegase hoy a retorcer la voluntad de la militancia socialista leonesa retorciéndola con tal de incluir en sus listas a uno de sus fieles escuderos, ya cultural y bien retribuido; el de los pretendidos kilometrajes públicos y desconocido mayor mérito. Qué tufo a democracia orgánica.

Infamia me parece, amén de machista y digno del peor culto a la personalidad, el cartel con el que, cual a mesías, se recibió a Pablo Iglesias. Para llamarse Podemos, bien pudieron hilar más fino, igualitario y feminista.

Quizá más de uno me infame por no citar a los voceros con nostalgia y vocación de generales superlativos, pero ni soy futurólogo ni publicista.

Y mientras… Infamia: tres mujeres menos luchando por su vida, tres mujeres más asesinadas. ¿Cómo las adjetivarán las derechas tan dadas a su propio feminismo de sí pero menos?

Mas acaso todo esto sean cosas mías que hoy me levanté con el pie derecho.

Buena semana hagamos, buena semana tengamos.
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