26/06/2021
 Actualizado a 26/06/2021
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Dieciocho meses han pasado desde que el presidente del Gobierno afirmara en un debate de televisión previo a las Elecciones Generales que no concedería el indulto a los políticos presos del ‘Procés’. Esa misma noche también prometió solemnemente traer de vuelta a Carles Puigdemont para ser juzgado en España y terminar con la manipulación de TV3. Además, fue Sánchez quien pidió el voto a los ciudadanos españoles para recuperar el delito de ‘referéndum ilegal’. Estas afirmaciones fueron retransmitidas en el debate del día 5 de noviembre de 2019.

Año y medio después, se opone a la sentencia del Tribunal Supremo y será el Consejo de ministros quien apruebe al fin estos indultos en favor de la concordia y la convivencia de los españoles según el propio Sánchez y su equipo de Gobierno.

Típica argucia política, por eso muchos hemos dejado de creer en ellos e interesarnos por sus desmanes tras ver cómo incumplen una tras otra sus promesas sobre todo en asuntos tan graves como es saltarse a la torera la Constitución.

Cuántas veces habremos escuchado que la Ley es igual para todos. Bueno, ya vemos que no. Depende de a quienes necesite Sánchez para mantenerse en la Moncloa las decisiones judiciales se aceptan o se las pasa uno por el arco del triunfo.

Podemos estar o no a favor de que Cataluña sea independiente, pero asestarle esta puñalada trapera a la Constitución saldrá caro. Bien, pues si ‘ancha es Castilla’, leoneses, no sé a qué estamos esperando para separarnos de ella. Desde fuera nadie entiende estas aspiraciones en las que coincidimos una mayoría de ciudadanos aquí convivientes. Nada tiene que ver este deseo leonés de ser en soledad con independizarse de España. Es pura conveniencia administrativa y para algunos, memoria histórica. Así que, si la Constitución es sólo una sugerencia, tal vez deberíamos ir preparando la proclama. Sin muchas esperanzas, nuestros escaños, a Sánchez no le interesan.
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